jueves, 22 de septiembre de 2011

LA PUBLICIDAD DEL VINO HACE CASI 100 AÑOS


Una comida sin vino es como una belleza

sin gracia, como una flor sin perfume,

como una mesa sin música.

MAURICE DES OMBIAUX (1868-1943)

En fecha reciente se llevó a cabo la trigésima cena de la serie Gastrónomos y Epicúreos, del Grupo Enológico Mexicano, en el restaurante “La Finca Española”, de Polanco. En esa ocasión Miguel Guzmán Peredo disertó acerca del tema “El encanto de los carteles antiguos”. El título de esta charla bien podría haber sido “La publicidad del vino hace casi 100 años”, porque lo expuesto ---en esa presentación audiovisual--- hizo clara alusión a la forma como eran promocionados los vinos, principalmente en el continente europeo, a finales del siglo XIX y principios del XX..

En su presentación audiovisual el conferenciante hizo pormenorizada referencia a esa singular forma publicitaria, utilizada ya desde el siglo XVIII tanto por las bodegas vitivinícolas como por las productoras de licores, destilados y otras bebidas etílicas.

Acerca de la publicidad cabe señalar que hay quienes la remontan a los tiempos cuando se construyó la Torre de Babel, ya que se afirma que el primer testimonio del cual se tiene conocimiento es una tablilla de barro cocido, del año 3.000 A.C., con la escritura cuneiforme propia de los sumerios. En esa placa hay menciones a un comerciante de ungüentos y a un zapatero.

A continuación, en esta crónica, aparece un extracto de esa plática mencionada líneas arriba, utilizando la primera persona del singular para describir el tema presentado.

En alguna página de internet leí que “Los asirios, fenicios, árabes, griegos y cretenses realizaban el trabajo de mercadeo o comercio. Hace más de 2500 años las caravanas de mercaderes babilónicos se valían de hombres heraldos, de voz potente y clara pronunciación, para anunciar sus productos. Los griegos contaban con pregoneros que anunciaban la llegada de los barcos con cargamento de vino, especias y metales. Con frecuencia, el pregonero iba acompañado de un músico que sólo se mantenía en el tono adecuado. Los pregoneros después se convirtieron en el medio más común de anuncios públicos en muchos países europeos, como Inglaterra o España y continuaron en boga durante muchos siglos”.

Durante la Edad Media se registró un acentuado analfabetismo en Europa, lo que propició que los comerciantes se sirviesen de carteles pictóricos, colocados en exteriores, donde una imagen (un zapato, una copa de vino, una llave, un sombrero, etc,) fuese la clave para proyectar un mensaje visual, entendible por la inmensa mayoría de los transeúntes, que se enterarían que en ese local reparaban o vendían zapatos, vino, forjarían llaves o hacían o arreglaban sombreros. Este tipo de publicidad tuvo una amplísima difusión, principalmente en Europa, y hoy en día constituye una forma muy pintoresca de dar a conocer la actividad comercial de un establecimiento. Estos anuncios constituían una forma simbólica de dar a conocer lo que en lenguaje escrito muy pocas personas podrían entender. De esta manera, con una imagen fácilmente comprensible por todos, se hacía posible anunciar un producto determinado.

Partiendo de la base de que quien tiene por actividad el comercio requiere que el público consumidor esté informado de sus productos o servicios, se hace evidente la certeza de la voz popular que afirma “el que no enseña no vende”. Otros promotores de las virtudes de la publicidad recuerdan que “la gallina no sólo pone el huevo, sino que cacarea”, para avisar de ese hecho. Este vocablo, cacarear, tiene el sentido figurado de exaltar los méritos propios.

Una de las formas más antiguas de la publicidad, que se remota a varios siglos, es aquella que tiene lugar en exteriores, y puede aseverarse que a raíz de la invención de la imprenta dieron comienzo los primeros anuncios, de los cuales los carteles significaron un nuevo paso en la estrategia de anunciar diversos productos, que combinaron atinadamente imágenes artísticas con un breve texto, que era suficiente para motivar la atención de quien contemplaba ese anuncio comercial.

En el caso de los vinos, de los destilados y los licores, y por ende todo tipo de bebidas alcohólicas, los carteles constituyeron una manera muy atractiva de anunciar esos productos. El Diccionario de la Real Academia Española define así la palabra cartel: “El papel que se fija en algún paraje público para hacer saber alguna cosa”. En Francia el cartel toma el nombre de Affiche, mientras que en Italia es llamado Etichette. Y en los países angloparlantes utilizan el vocablo Poster, para ese medio de comunicación.

Me parece interesante consignar que en octubre de 2007 tuvo lugar en Logroño, el corazón de La Rioja, en España, una exposición de treinta carteles donde se mostraban las imágenes publicitarias de las principales bodegas riojanas, de tradición centenaria, como AGE, Bilbaínas, CVNE, Franco Españolas, López de Heredia, Martínez Lacuesta, Marqués de Murrieta, Paternina y La Rioja Alta.

También en Madrid se llevó a cabo, en noviembre y diciembre de 2007, otra exposición de carteles, con la finalidad de conmemorar el aniversario 75 de haber sido implantado en España el sistema de las Denominaciones de Origen. De esta singular muestra artística escribió Helena Sánchez-Monge lo siguiente: “Los carteles expuestos en el Ministerio de Agricultura se presentan en soportes muy diferentes como chapa, papel, cartón, cartulina o tela. Y recogen, en siete apartados, los aspectos principales del sector vitivinícola: viñedos, uvas y pasas; vinos, temas generales; vinos generosos y mistelas; vinos espumosos; aguardientes vínicos; aperitivos vínicos; y vinos y exportación, etc. Los carteles de esta exposición abarcan el periodo de 1890 a 1960. En ellos se advierten detalles como el marco paisajístico que rodea al producto, el cuidado con que se recolecta la materia prima, así como distintos momentos del consumo, incluyendo el acto de cata y escenas típicas de comidas en diversos ambientes. Se puede apreciar también la evolución del vestido, con una gran variedad de trajes y atuendos, regionales, típicos y de etiqueta”.

Por lo que concierne a Italia quiero mencionar que en este país, de acentuada tradición vitivinícola, existe una agrupación integrada por personas que coleccionan carteles (en italiano la palabra que significa cartel es Etichette). Lleva el nombre de Associazione Italiana Collezionisti Etichette del Vino: Asociación Italiana de Coleccionistas de Carteles del Vino: A.I.C.E.V.). En este grupo figura Angelo Musanti, quien posee 2.800 carteles cuya antigüedad se remonta al año 1775 y se extiende al año 1950.

En la disertación aludida en esta crónica Miguel Guzmán Peredo proyectó en una pantalla una cincuentena de bellas imágenes, que están basadas en carteles de España y de Francia, de años pretéritos. Allí se muestrean generalmente mujeres, elegantemente ataviadas a la moda característica de estos dos países. En algunos casos se aprecian vestimentas propias de la Belle Epoque, aquel período de la historia de Europa comprendido entre los postreros años del siglo XIX y la primera década del XX. En el caso de las bebidas etílicas españolas, brandies, cavas, manzanillas y licores, las mujeres principalmente portan atuendos típicos de Andalucía.

Al concluir esta disertación hizo uso de la palabra Sergio Olmos de Urquidi, directivo de la empresa “La Villa de Madrid”, para hacer referencia a una bodega de La Rioja, cuya razón social es Viña Ijalba. Hizo mención que fue fundada por Dionisio Ruiz Ijalba, en el año 1991, y al presente ha alcanzado numerosas distinciones por la calidad de sus vinos. De esta bodega degustamos el vino blanco Genolí, un monovarietal 100% de cepa Viura, cuyas características organolépticas fueron ponderadas por los participantes en esa cena, destacando sus delicados aromas frutales y florales. Entre varias otras cualidades.

Igualmente saboreamos el vino tinto Múrice, Crianza, cosecha 2005 (resultado de un coupage de Tempranillo con Graciano), igualmente de Viña Ijalba, al cual seguramente el enólogo de esa bodega le dio ese nombre por recordar que un molusco del género Murex (Murex brandaris), propio del Mediterráneo, producía un colorante empleado para teñir las vestiduras de reyes y alta jerarquía civil y eclesiástica, al colorear de una tonalidad púrpura los ropajes de esa aristocracia. Es un vino en extremo delicioso, de color violáceo profundo y de exquisito bouquet y delicioso sabor.

Al llegar el momento de la cena nos dispusimos a degustar dos platillos de señalada sabrositud, preparados por Estela Pérez, cocinera-propietaria de “La Finca Española” (muy agradable restaurante sito en Sudermann 235, en el área de Polanco). Inicialmente sirvieron Calamares a la Romana, sobre una cama de lechuga, y posteriormente Entrecot al queso cabrales. Con el primer manjar bebimos el vino blanco Genolí, cosecha 2010, estableciéndose un sápido maridaje. Con el platillo principal la armonización fue con Múrice, y la combinación fue excelente. El postre fue Arroz con lecha, tradicional de este salón comedor.

Antes del café bebimos una copa del mezcal “Pierde Almas”, elaborado en forma artesanal con el agave Do-ba-daán, cuyo grado alcohólico oscila entre los 48 y los 53 grados. Se trata de un destilado de grato aroma e intenso sabor, que día a día viene cobrando mayor demanda entre los consumidores nacionales.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

CATA "CIEGA" DE VINOS MULTINACIONALES


Para no ser esclavos martirizados por el tiempo,

¡embriagaos!, ¡embriagaos!, ¡embriagaos

constantemente!.

De vino, de poesía o de virtud, a vuestro antojo.

CHARLES BAUDELAIRE (1821-1867)

La degustación evaluativa de vinos de diversa procedencia geográfica, elaborados con cepas distintas unas de otras, entraña para el enófilo acentuado interés, porque permite la posibilidad ---en la ocasión que tiene lugar esa cata organoléptica--- de advertir sensaciones olfativas y gustativas de aromas y sabores distintos, así como de la calidad propia de esos caldos, lo que orilla a un análisis cuidadoso de su parte, para que su calificación a cada uno de esos vinos sea lo más objetiva posible, máxime que ignora (porque se trata de una cata “ciega”) el país de origen, la región productora, la variedad con que está elaborado, así como la marca y, por ende, el precio al público de ese vino.

Los vinos evaluados en la cata “ciega” número 211 del Grupo Enológico Mexicano, correspondiente al mes de septiembre de 2011, fueron elaborados en cinco países: Argentina, Chile, España, Francia y México. Estos vinos son comercializados en nuestro país por la empresa La Selección del Sommelier.

Con la finalidad de proporcionar a quien lea esta crónica, alguna información actualizada acerca de esos países productores de tan deliciosa ambrosía etílica, mencionaré lo siguiente:

Con respecto a la producción del vino en Argentina, señalaré por su volumen es el quinto país a nivel mundial, por atrás de Francia, Italia, España y Estados Unidos de América. En 2008 el volumen total comercializado ascendió a mil trescientos diez millones de litros. De esta considerable cantidad el 79% fue derivado al consumo interno, y el restante 21% a las exportaciones, a todo el mundo.

En el año 2003 la producción de vino en Argentina fue de 1.200 millones, y por ello ocupó el primer lugar en América del Sur, por delante de Chile. Y fue el segundo exportador, por detrás de su vecino, Chile. La extensión del viñedo en 2008 alcanzaba las 229.500 hectáreas. El viñedo en Mendoza representa el 70.33% del total nacional. El de San Juan, el 21.69%, y el de La Rioja el 3.76%. El restante 4.22 % corresponde a las otras zonas vitícolas. El total de las bodegas registradas fue de mil trescientas treinta y una. Ese año la producción sumó mil quinientos cuatro millones de litros.

Las principales regiones vitivinícolas de Argentina son Mendoza (su producción corresponde al 60% del total nacional), San Juan, Salta, La Rioja, Córdoba, Catamarca. En fecha reciente han comenzado a ser consideradas otras zonas, como Neuquen, Río Negro, Entre Ríos, Chubut, Buenos Aires y Santa Fe,

Finalmente diré que en fecha reciente, el 24 de noviembre de 2010, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, expidió el decreto por el cual el vino fue declarado “la bebida nacional” de esa nación del Cono Sur.

En la página oficial de la bodega Francois Lurton leo la siguiente información: “ François Lurton desciende de una de las familias más famosas de la viticultura bordelesa y en el transcurso de los últimos veinte años supo ganarse una reputación gracias a su pericia y a su visión moderna de los vinos. Después de trabajar diez años con su padre decidió crear, junto a su hermano Jacques, una sociedad sociedad vitivinícola. Su propósito fue aún más transparente, producir vinos fuera de Burdeos y empezó a buscar viñedos en Languedoc y en Argentina.

Durante los primeros años, Jacques & François Lurton es esencialmente una sociedad de asesoramiento para la crianza, la vinificación y el marketing de los vinos. Sus clientes son viticultores que quieren adaptar su producción a las expectativas de los diferentes mercados, así como negociantes y minoristas deseosos de satisfacer las nuevas demandas de los consumidores. Durante estos últimos años construyeron bodegas y compraron viñedos en Languedoc, España, Argentina, Chile y Portugal. Los hermanos Lurton disponen de sus propios equipos de enólogos en cada país, las uvas proceden de viñedos contratados o que les pertenecen y únicamente comercializan sus propios vinos. Hace poco François adquirió la parte de su hermano convirtiéndose así en el accionista mayoritario de la sociedad y toma entonces su actual nombre: 'François Lurton, S.A”. Hasta aquí esa cita.

Considero conveniente agregar que Francois Lurton posee bodegas vitivinícolas en Argentina, Chile, Francia, España y Portugal.

De este emporio comercial degustamos tres vinos elaborados en la región de Mendoza, en Argentina: el vino blanco Gran Lurton Corte Friulano, y los vinos tintos Bonarda y Alcayata.

Por lo que concierne a España mencionaré que es el país que cuenta con la mayor extensión cultivada de viñas en el mundo. Suman un millón las hectáreas cubiertas de viñedos (otras fuentes de información acrecientan esa cantidad a un millón doscientas mil), lo que viene a ser el 15% del total mundial. A pesar de esa colosal superficie cubierta de viñas España es el tercer productor de vino en el orbe, por atrás de Francia e Italia. Se habla de que el consumo anual per capita asciende a 38 litros, lo que lo coloca como noveno país consumidor en el mundo. Hay sembradas más de seiscientas cepas diferentes, si bien el 80% del vino producido es elaborado con únicamente veinte variedades, entre las que sobresalen Tempranillo, Albariño, Garnacha, Palomino, Airén, Macabeo, Parellada, Xarel·lo, Cariñena y Monastrell. En Wikipedia leo también que “Algunas de las zonas vinícolas más conocidas internacionalmente son Rioja, Ribera del Duero, el Marco de Jerez, Rías Baixas, Penedés, y Priorat.

En este país existen actualmente sesenta y nueve Denominaciones de Origen, con sus respectivos Consejos Reguladores, pero esta cifra se incrementa constantemente.

Se ha estimado que la producción en 2010 fue del orden de los 40.2 millones de hectolitros (cuatro mil doscientos millones de litros), y que las regiones de Castilla-La Mancha, La Rioja, Cataluña y Valencia incrementarían su producción, en tanto que decrecería en Castilla-León, Andalucía y Galicia.

Existen predicciones que aseguran que antes del año 2015 (según leo en el boletín on-line Argentinewines.com, del 10 de julio de 2008) España ocupara el primer lugar mundial como productor de vino, debido a que la producción francesa pasaría de 52,8 millones de hectolitros en el período 2000-2004 a 43,9 millones en 2015, estimó el Centro de Investigaciones para el Estudio y la Observación de las Condiciones de Vida (CREDOC) en este estudio. Los vinos franceses son castigados por la reducción del volumen que se consume, sobre todo de los vinos tintos, un fenómeno al que resisten mejor los tintos españoles. Respecto a las exportaciones, lo viticultores franceses sufrirán una pérdida de mercado en los mercados tradicionales y en los emergentes (China, Japón. frente a la competencia de los nuevos productores en América y Oceanía.

Acerca de la empresa denominada Bodega y Viñedo Tinedo, productora del vino Cala 2, degustado en la cata del martes 13 de septiembre de 2011, señalaré que es la finca propiedad de la familia Álvarez-Arenas, ubicada en el municipio de Socuéllamos, de Castilla-La Mancha (próximo a las Provincias de Ciudad Real y Cuenca), donde cuenta con cuarenta y siete hectáreas de viñedos. En la página de esa bodega queda asentado que la antigüedad de esa familia en dicha zona se remonta a algunos años anteriores a 1742. Allí elaboran los vinos Cala 1 y Cala 2, de gran clase enológica.

De la producción de vinos en Chile asentaré (de acuerdo a lo que aparece en el portal www.todovinos.cl, que se estimaba que la vendimia de 2011 permitiría alcanzar los diez millones de hectolitros (un mil millones de litros), lo que significaría un incremento superior al 20% en comparación con la vendimia de 2010. Esta cantidad permite suponer que el viñedo chileno se ha recuperado después de la traumática experiencia del terremoto que asoló 1.25 millones de hectáreas. A este particular conviene recordar que el viñedo chileno se extendía en el año 2005 en una superficie de casi dos millones de hectáreas (1.959.000 exactamente).

Por lo que concierne a las exportaciones de esta “golosina líquida” (como llamó Emile Peynaud, renombrado enólogo francés, al vino) en Chile, en 2010, Pedro Araneda, vicepresidente de la empresa Vinos de Chile, consignó que habían sido del orden de los 733 millones de litros.

De este país catamos un vino blanco, resultado de un coupage de las cepas Sauvignon Blanc y Gewürztraminer, elaborado por la bodega Viña Ventisquero, una empresa fundada en 1998 que ha alcanzado un notorio crecimiento y prestigio, ya que desde 2007 figura como una de las diez más importantes de Chile. Los vinos de esta bodega, que posee viñedos en Valle de Maipo, Valle de Casablanca, Valle de Colchagua, Valle de Leyda y Valle de Apalta, están comprendidos en tres niveles: Yali, Viña Ventisquero y Ramirana. .

Al ocuparme de Francia me extenderé un poco más, por tratarse del país que ocupa, al paso de los años, el primer lugar mundial, con algunas altibajas, como productor de vino en el orbe, oscilando dicha producción anual entre los cinco mil quinientos y los cinco mil ochocientos millones de litros. Por la extensión de su viñedo ocupa el segundo lugar mundial (800.000 hectáreas, en números redondos), por atrás de España, lo que viene a ser el 10.3% del total del viñedo mundial.

Las principales regiones productoras de vino en Francia son las siguientes: Alsacia, Burdeos, Borgoña, Champagne, Jura, Languedoc-Roussillon, Loira, Provenza, Ródano, Saboya y Sudeste.

La producción de vino en la región de Languedoc-Roussillon (ubicada en el sur de Francia en los Pirineos Orientales, colindando con Cataluña) viene cobrando una señalada importancia, pues su exportación se ha incrementado notoriamente a nivel mundial. De esta zona vitivinícola son dos de los vinos catados, procedentes de la bodega Mas Janeil, perteneciente a la empresa Domaines Francois Lurton y adscritos a la Denominación de Origen Cotes du Roussillon-Villages. Cabe agregar que la palabra Mas es un vocablo catalán que equivale a las palabras francesas Domaine o Chateau. El vino tinto Mas Janeil es resultado de un coupage de Grenache (60%), Carignan, (30%) y Syrah (10%). Las tres variedades tienen crianza en barrica francesa durante un año, antes de ser mezcladas. El vino Mas Janeil Rosé es un coupage de 60% Grenache Noir, 30% Syrah y 10% Grenache Gris.

Otras noticias referentes al vino en Francia son las siguientes: de acuerdo al informe publicado el 12 de agosto de 2011, en el boletín digital Argentinewines,com “la producción de vino en Francia en 2008 disminuyó a 45,8 millones de hectolitros, el 1,5% menos en comparación con los 46,5 millones de hectolitros de 2007, y un 12% menor frente a la media de los últimos cinco años, según datos de la Oficina Interprofesional de Vinos y Hortícola (Viniflhor). La Interprofesional, en sus últimas estimaciones de fin de julio, detalla que de los casi 46 millones de hectolitros que se prevén de esta vendimia, unos 22 millones de hectolitros corresponden a vinos de calidad producido en región determinada (vcprd), el 4,5% menos frente a los 23,2 millones de hectolitros anteriores. En lo que se refiere a vinos de la tierra y de mesa, mostos y zumos, la producción de esta campaña rondará los 17 millones de hectolitros, cantidad similar a los 16,9 millones de hectolitros de 2007, mientras que serán 6,5 millones de hectolitros los que se destinarán a la producción de coñac y armañac. Por regiones, destacan la producción de Languedoc-Rousillon, que aportará este año al balance nacional 14,8 millones de hectolitros; la de Aquitania, con 6,7 millones de hectolitros, y la de Charentes, con 6,5 millones de hectolitros”

Al mencionar esas cifras millonarias cabe recordar, agrego yo, que la cosecha promedio habitual de vino en Francia se sitúa entre 53 y 58 millones de hectolitros cada año.

En enero de 2010 la OIV (Organización Internacional de la Viña y del Vino) declaró que en 2009 Francia produjo casi 46 millones de hectolitros de vino (casi 4.600 millones de litros), una cifra muy próxima a los 45,5 millones italianos, que ahora ocupa el segundo lugar, y con ello recuperó el primer lugar mundial. De acuerdo a dicho organismo rector de la viticultura en el mundo “En 2008 Francia consideró que su reinado se vio superado y perdió el primer puesto en el ranking de la producción mundial de vinos, con 41,4 millones de hectolitros, 7 millones menos que en Italia, en 2009 los productores galos recuperaron su dignidad”.

Acerca de la disminución que se registra actualmente en el consumo de vino en Francia considero conveniente transcribir algunas frases, recientes (del 7 de julio de 2011), que leí en un texto titulado “Adiós al vino”, de quien firma con el seudónimo de Apicio Gourmet (apicio.gourmet@yahoo.com), donde asienta: “¿Está ocurriendo lo impensable en Francia?
Un viejo amor de los franceses parece sentir el desgaste del tiempo: la tradicional pasión de esta sociedad por el vino como un elemento distintivo de su cultura está en pleno declive, afirma un nuevo estudio. El cambio se constata tanto en el marcado descenso del consumo de vino en Francia como en una actitud más distante de los jóvenes hacia esa bebida, según el trabajo de expertos del Grupo Escuela Superior de Comercio de Pau (ESC Pau) y la Universidad de Toulouse. Los expertos se basaron en investigaciones previas según las cuales el consumo de vino en Francia descendió de 50 millones de hectolitros en 1980 a 32 millones en 2008.

En promedio, se estima que un francés adulto bebe como máximo una botella de vino por semana. Una de las razones de esta caída, explicó el estudio, es la disminución en la cantidad de franceses que beben vino regularmente, que una proyección ubica en 16,5%. Pero también se ha registrado un aumento en la cantidad de franceses que directamente evitan consumir vino, que se duplicó entre 1980 y 2005 para llegar a 38% del total”.

Respecto a los vinos de España mencionaré lo siguiente: este país europeo cuenta con la mayor extensión cultivada de viñas en el mundo (en unas fuentes de información aparece un millón de hectáreas, en tanto que en otras se menciona la cifra de un millón doscientas mil hectáreas), lo que viene a ser el 15% del total mundial. Allí están sembradas más de seiscientas variedades autóctonas, pero cabe decir que el ochenta por ciento del vino elaborado procede únicamente de veinte cepas. España es el tercer productor mundial, por atrás de Francia y de Italia, con un total promedio aproximado de cuatro mil millones de litros.

De los vinos de nuestro país, México, transcribiré un par de párrafos de un escrito de quien firma con el seudónimo de Apicio.gourmet (apicio.gourmet@yahoo.com), publicado el 7 de enero de 2011. Allí leí que “En 2009 se alcanzaron ventas de 66 millones de litros, incrementándose en 2% con respecto al año anterior. Incluso un estudio de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en México, llamado "El Mercado del Vino en México", estimó una tasa de crecimiento anual de consumo aproximada de 12% para los próximos años.

Según los expertos del sector, se puede considerar la venta de vino en México como "un mercado en pleno ascenso", donde cada año aumenta tanto la producción de vino nacional e importaciones de vino extranjero, como su consumo. En el país existe una cantidad importante de marcas (más de dos mil etiquetas) aunque muchas son nuevas. De hecho, se estima que 33% de las etiquetas vendidas son recién incorporadas al mercado, es decir, se sustituyen rápidamente unas a otras.

Otra información en extremo importante es la que leí en el boletín on-line E-Lettre Vitisphere, de Francia, del 6 de junio de 2011. Allí aparecen las declaraciones de Luis Alberto Cetto, Presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola, a la vez que Presidente y Director General de la empresa Productos de Uva, elaboradora de los vinos de la marca L.A.Cetto, en el sentido de que “el consumo de vino per capita en México se incrementará en un 13% en relación al volumen de 2010, y que en los cuatro años venideros se duplicará esa cantidad. Se tiene proyectado que en el año 2015 la producción de vino en México será de un millón de hectolitros (cien millones de litros)”

Y agregó, de acuerdo a esa noticia: “Actualmente sólo 1.3 millones de mexicanos (el 1% de la población) consume el 80% del volumen de los vinos comercializados en el país. El mercado mexicano es aún pequeño, el consumo anual per capita es de 400 ml. Se puede advertir el gran potencial de este mercado, en comparación con el consumo anual de parte de sus vecinos estadounidenses, que fue de doce litros. En Chile fue de diecinueve litros, en tanto que en Argentina alcanzó los cuarenta litros”.

El vino mexicano evaluado en la cata 211 del Grupo Enológico Mexicano fue Tierra de Misiones Barlovento, cosecha 2007. Es un vino elaborado con un coupage de 40% Tempranillo, 30% Cabernet Sauvignon, 15% Merlot y 15% Petite Syrah, que tiene un tiempo de crianza de ocho meses en barricas de roble Francés y Americano.

La cata mensual número 211, correspondiente al mes de septiembre, tuvo lugar en un salón privado del restaurante “Valkiria”, la sede permanente de estas degustaciones analíticas. La Mesa de Catadores estuvo integrada esa tarde por los siguientes enófilos: Alejandra Vergara, Patricia Amtmann, Joaquín López Negrete, José del Valle Rivas, Darío Negrelos, Manuel García y Miguel Guzmán Peredo.

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Los resultados fueron los siguientes:

Vinos Blancos

1.- Gran Lurton Corte Friulano. Cosecha 2009. Coupage de 75% Tokai Friulano, 20% Pinot Gris, 2.5% Torrontés y 2.5% Chardonay. 13.0% Alc. Vol. Crianza de ocho meses en barrica de roble francés. Viñedos y Bodega Lurton. Valle de Uco, Mendoza, Argentina. Calificación: 86.71 puntos. Precio: $ 480.00

2.- Ramirana Gran Reserva Sauvignon Blanc/Gewürztraminer. Cosecha 2009. Coupage de 70% Sauvignon Blanc y 30% Gewürztraminer. 13.5% Alc. Vol. Viña Ventisquero. Chile. Calificación: 85.71 puntos. Precio: $ 339.00

Vinos Rosados

1.- Lurton Bonarda. Cosecha 2007. Monovarietal 100% Bonarda. 12.5% Alc. Vol. Crianza de dos meses en barrica de roble francés y posterior reposo en botella durante seis meses. Viñedos y Bodega Lurton. Valle de Uco, Mendoza, Argentina. Calificación: 83.29 puntos. Precio: $ 216.00

2.- Mas Janeil Rosé. Cosecha 2008. Coupage de 60% Grenache Noir, 30% Syrah y 10% Grenache Gris. 13.9% Alc. Vol. Crianza de ocho meses en barrica de roble francés. A.O.C.. Cotes du Rousillon-Villages. Domaines Francois Lurton. Languedoc. Francia. Calificación: 76.86 puntos. Precio: $ 378.00

Vinos Tintos

1.- Alcayata. Cosecha 2006.Coupage de 85% Malbec y 15% Syrah. 14.0% Alc. Vol. Crianza de doce meses en barrica de roble francés, el 85% del vino, y el 15% del vino en barrica americana). Viñedos y Bodega Lurton. Mendoza, Argentina. (este vino fue premiado con medalla de oro en el certamen Argentina Wines Awards). Calificación: 89.14 puntos. Precio: $600.00

2.- Tierra de Misiones Barlovento. Cosecha 2007.Coupage de 40% Tempranillo, 30% Cabernet Sauvignon, 15% Petite Syrah. 13.7% Alc. Vol. Crianza de diez meses en barrica de roble francés. Viñedos y Bodega Parras de Guadalupe. Valle de Guadalupe. Ensenada, Baja California, México. Calificación: 87.57 puntos. Precio: $369.00

3.- Cala 2, cosecha 2008. Coupage de 85% Tempranillo y 15% Cabernet Sauvignon. 14.0% Alc. Vol. Crianza de dieciocho meses en barrica. Producción limitada a 4.500 botellas. Bodega y Viñedo Tinedo. Municipio de Socuéllamos, La Mancha, España. Calificación: 86.71 puntos. Precio: $ 428.00

4.- Mas Janeil Tinto. Cosecha 2007.Coupage de 60% Grenache, 30% Syrah y 10% Monastrel. 14.0% Alc. Vol. Crianza de doce meses en barrica de roble francés y reposo de doce meses más en botella. A:O:C: Cotes du Rousillon-Villages. Domaines Francois Lurton. Languedoc. Francia. (este vino fue galardonado con medalla de oro en Vinalies International, de Francia, y medalla de oro en Concours des Altides, también de Francia). Calificación: 85.57 puntos. Precio: $ 450.00.

Los miembros de la Mesa de Catadores eligieron “mejor etiqueta”, en el caso de los vinos bancos, la del vino Gran Lurton Corte Friulano; y en el caso de los tinto, la del vino Cala 2.

De los ocho vinos degustados seis rebasaron los 85 puntos de calificación, lo que de acuerdo a los parámetros del Grupo Enológico Mexicano significa que se trata de “muy buenos”.

Al concluir la degustación saboreamos una deliciosa cena, acompañada de tres vinos previamente catados: Ramirana Gran Reserva Sauvignon Blanc/ Gewürztraminer, Mas Janeil Tinto y Alcayata.