lunes, 15 de octubre de 2012

LA COMIDA EN LAS CARABELAS DE CRISTOBAL COLON


 

 A Castilla y a León
nuevo mundo dió Colón
ANONIMO

 
Hace tres días, el 12 de Octubre, se cumplieron 520 años de la llegada  ---en 1492--- del llamado “Almirante de las 100 Patrias” , Cristóbal Colón,  a una pequeña isla del Mar Caribe. Habiendo zarpado del puerto de Palos de la Frontera (también llamado Palos de Moguer) el viernes 3 de Agosto de 1492, a bordo de una nao, la “Santa María”  ---anteriormente denominada la “Marigalante”--- , y dos carabelas, “La Pinta”, y “La Niña”,  desembarcó en Guanahaní, una isla a 400 kms al norte de Cuba, del grupo de las Bahamas, a la cual Colón bautizó con el nombre de San Salvador.

Es casi seguro que no pocos se preguntarán qué comían los tripulantes de esas tres embarcaciones, en aquel periplo náutico. Y acerca de este asunto de notoria importancia, ya que alimentarse durante los setenta días que tardaron en cruzar el Atlántico debió ser motivo de preocupación, tanto para Colón como para los marinos que lo acompañaron en aquel viaje, comentaré que en el libro Las Naves de Colón, del historiador español José María Martínez Hidalgo, leo los pormenores de la pitanza de los noventa hombres que viajaron con Colón. “”Para la comida tenían gamellas (recipientes para colocar los alimentos), platos de madera, escudillas de barro y cuchillos, así como liarias (vasos rústicamente hechos) para la ración de agua. Los víveres embarcados comprendían agua, vino, aceite, manteca de cerdo, harina, bizcocho o galleta, tocino, sal, vinagre, judías, lentejas, cebollas, habas, ajos, aceitunas, pescado seco y en salazón, arroz, azúcar, carne de membrillo (sic), miel, queso, almendras, pasas y otras frutas secas en cantidad suficiente para un año. La base de la alimentación era el bizcocho, tocino, garbanzos, salazón y queso. Fernando Colón (hijo del Almirante) decía haber visto a muchos comer la mazamorra de noche, cuando no eran perceptibles los gusanos que, con la humedad y el calor de la bodega, pronto hacían su aparición.

“”Es probable que sólo hicieran una comida caliente al día, a eso de las once de la mañana, antes del relevo de la guardia, y siempre que el tiempo lo permitiera. No debía resultar cosa fácil, mientras la nave daba fuertes bandazos y se encapillaban golpes de mar, hacer una simple mazamorra en el fogón, reducidos a trébedes sobre una plancha de hierro o una losa con mamparos para resguardarlo del viento, y tierra para aislar el fuego de la cubierta. El capitán, el maestre, el piloto y el escribano comían en mesa, y el anuncio para sentarse a ella lo hacía un grumete diciendo: “tabla, tabla, señor capitán y maestre. Tabla en buena hora. Quien no viniera, que no coma.

“”Los marineros, sin esperar llamadas rimbombantes ni discretas, irían a las inmediaciones del fogón   ---la isla de la olla, le decían---  cuando su olfato adivinara que estaban hervidos los ollaos, y alargando la escudilla al paje en funciones le dirían: ¡Por la mesana!, acomodándose luego encima de unas adujas de cabo, en los cuarteles de la escotilla o en el sitio más resguardado que encontraran.

“”Salazar describe la comida de la marinería: “En un santiamén se sienta la gente marina en el suelo, y sin esperar bendición sacan los caballeros de la tabla redonda sus cuchillos y gañavetes de diversas hechuras, que algunos hicieron para matar puercos, otros para desollar borregos, otros para cortar bolsas, y cogen entre sus manos los pobres huesos, y así los van desforneciendo de sus nervios y cuerdas, y en un credo los dejan más tersos y limpios que el marfil. Los viernes y vigilias comen sus habas guisadas con agua y sal. Las fiestas recias comen su abadejo. Anda un paje con la gaveta del brebaje en la mano, y con taza, dándoles de beber harto menos y peor vino, y más bautizado que ellos querían. Pedid de beber en medio del mar, moriréis de sed, que os darán agua por onzas, después de estar hartos de cecina y cosas saladas, que la señora mar no conserva carnes ni pescados que no vistan su sal. Y así todo lo que más se come es corrompido y hediondo”. Hasta aquí la transcripción de ese texto.

Esta era, según lo relata José María Martínez Hidalgo la comida en las embarcaciones de Cristóbal Colón (a quien el historiador Luis Amador Sánchez llamó “el primer Quijote español”) hace 520 años. En otro hermoso libro, Pasajeros de las Indias, escrito por el historiador mexicano  José Luis Martínez, se describen las peripecias de quienes, una vez “descubierto” el Nuevo Mundo, conquistadas y  a punto de ser colonizadas sus principales ciudades, decidían viajar, décadas más tarde,  a las tierras allende los mares. En ese documentado volumen leo lo siguiente, acerca de la alimentación de aquellos viajeros: ”Lo primero que tenían que tenían que hacer quienes decidían viajar a América era llegar a Sevilla, donde contrataban e iniciaban el viaje. En seguida, se requería tener el permiso expedido por la Casa de la Contratación de las Indias, o bien de las Reales Audiencias, los virreyes o los gobernantes de las Indias, en el caso de los viajes a Europa. Una vez instalados en el puerto de salida  y provistos de los permisos correspondientes, los pasajeros debían tratar con el dueño de un barco, su capitán o su maestre, para establecer el pago del pasaje, además de que se debían prevenir para llevar consigo todo el matalotaje y los alimentos que hubieran menester para el viaje. Salvo el agua de que los proveía, parca y malamente el barco, los pasajeros debían llevar cuanto necesitasen para su persona y alimentación. Los pasajeros que se embarcaban en España se proveían en Sevilla con relativa facilidad, y los que lo hacían en Veracruz, La Habana, Cartagena o Santo Domingo, de lo que allí hubiere. Las provisiones constaban, por lo general, de bizcocho, vino, puerco y pescados salados; vaca, probablemente como cecina; habas, guisantes y arroz; queso, aceite y vinagre.

”Ya en espera en el puerto, obtenidos los permisos, compradas las provisiones y los ajuares personales y pagado el pasaje, el traslado y acomodo de cuanto tenía que llevar el pasajero , debió ser difícil y después un problema permanente. Además de la ropa, objetos personales, cama, cacharros para preparar los alimentos, guardados en fuertes y pesados baúles, el pasajero tenía que llevar su alimentación y bebidas para dos o tres meses de travesía. El peso de los víveres por hombre oscilaba entre ochocientos y novecientos kilogramos en la salida.


”Una vez superados los mareos y adaptados al ritmo de vida del barco, y a su monotonía mientras no se presentaran tormentas y peligros, los primeros días de navegación debieron ser agradables a los pasajeros. El agua, el vino y las provisiones eran aún abundantes y frescas; y para quienes no supieran cocinar ni llevaran un criado que los auxiliara, el intento por prepararse un potaje caliente debió ser motivo de diversión para los demás. En el desayuno se comía cualquier cosa fría. La comida del medio día era la más importante, y probablemente la única caliente. Entonces se prendía un fogón colectivo, siempre que hubiera buen tiempo, y allí acercaban todos sus sartenes, asadores y pucheros para cocinar sus alimentos. Si no se tenía amistad con el  cocinero la preparación de los guisos se tornaba bastante problemática, dada la afluencia de quienes deseaban acercar sus cacharros al fogón.

”Es posible que los momentos más gratos del viaje fuesen las escalas, en las Canarias, apenas iniciado el viaje, y en las islas del Nuevo Mundo,  cuando ya estaba a punto de concluir la navegación oceánica. Eran un descanso de las incomodidades del barco, y la ocasión de beber agua fresca, lavarse y probar las comidas y las frutas americanas”

 Para concluir, quiero señalar que es fácil suponer lo que significaba cruzar el Atlántico hace poco más de cinco siglos, en una lenta embarcación movida por el viento. Debió ser una verdadera penalidad, especialmente por lo que concierne a la alimentación a bordo. El hecho de no disponer de suficiente agua fresca y de alimentos en buen estado de conservación  durante la dilatada travesía, seguramente fue motivo de incomodidad y desaliento para aquellos viajeros, quienes se vieron obligados a comer carnes secas, saladas y agusanadas, con tal de cumplir su anhelo de llegar a las tierras recientemente descubiertas, en las cuales pensaban encontrar grandes riquezas.


miércoles, 10 de octubre de 2012

CATA DE VINOS MULTINACIONALES



Creo que es un error establecer un impuesto alto
para los vinos, como si éstos fueran un lujo.
Por el contrario, son una ganancia para la salud
de  nuestros ciudadanos.

THOMAS JEFFERSON  (1743-1826)

La cata “ciega” mensual número 223  del  Grupo Enológico Mexicano, correspondiente al mes de octubre de 2012, tuvo lugar en el salón “Decanter”, del hotel St. Regis México City. Ese día fueron evaluados ocho vinos, importados y comercializados en México por  Club del Gourmet. Sin embargo, lo más interesante de esta degustación organoléptica fue que se trató de vinos de siete países diferentes; Bulgaria, España, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, Israel y Sudáfrica.  En esta cata fueron degustados seis vinos del  llamado “Viejo Mundo” y  dos  del “Nuevo Mundo” (Estados Unidos de América y Sudáfrica).

En la relación total de los vinos degustados por el  Grupo Enológico Mexicano, en estas catas “ciegas” celebradas  desde enero de 1995 hasta el 9 de octubre de 2012 (cuya suma total asciende a 1730 vinos, elaborados en veinte países diferentes)  aparece que de los países productores de los vinos seleccionados para la cata número 223 han sido evaluados 33 de Bulgaria; 313 de España, 121 de Estados Unidos de América; 173 de Francia; 2 de Grecia; 1 de Israel y 4 de Sudáfrica.

Con el objeto de presentar un  breve panorama de la producción de vino en cada uno de esos países ---que aparecen enlistados en orden alfabético--- señalaré lo siguiente:  Bulgaria es un país del centro de Europa, colindante con Rumania, Serbia, Grecia y Turquía, y también con el Mar Negro.  En el corazón de la península de los Balcanes se localiza Bulgaria, cuya superficie es de casi ciento once mil kilómetros cuadrados (exactamente 110.912). Como necesario punto de comparación diré que la extensión territorial de esa nación de Europa Oriental es menor a la del estado de Durango, que cuenta con poco más de ciento diecinueve mil kilómetros cuadrados. El número de habitantes de Bulgaria, país colindante con Grecia, Rumania, Serbia y Turquía, es aproximadamente de diez  millones.

Los historiadores del vino aseveran que existen registros fidedignos que permiten conocer que los caldos etílicos búlgaros son los más antiguos del continente. Los vinos de la antigua Tracia (éste es el nombre de la región sudoriental de la península de los balcanes, que se encuentra dividida, políticamente hablando, en Bulgaria, Grecia y Turquía) fueron elogiados desde tiempos pretéritos por los poetas helénicos. Homero, en sus libros “La Ilíada” y “La Odisea”, se refiere con encomio a ellos, mencionando sus agradables aromas y sabores.

Las modernas investigaciones arqueológicas permiten suponer que el territorio actualmente ocupado por Bulgaria, bien puede haber sido la primera región geográfica donde fueron plantadas viñas, y, por ende, la zona donde inicialmente sus moradores elaboraron vino. Se habla de que esta actividad vitivinícola tuvo lugar entre los años seis mil y tres mil antes de Cristo, cuando a estas tierras se les llamaba Tracia. Por lo tanto, miles de años antes  que los romanos difundieran por doquier sus vinos, los tracios plantaron los primeros viñedos en las áreas septentrional y meridional de los Balcanes, dando comienzo a la producción de caldos vínicos. Como dato curioso mencionaré que en esta misma región  --a la cual hace miles de años algunos llamaron  Pomoria—  se expidió una ley,  en el siglo II de nuestra era, mediante la cual los viñedos serían objeto de protección de parte del gobierno local.

Después de más de dos mil años de desarrollo vitivinícola en Bulgaria, en 1946 el gobierno comunista de ese país nacionalizó esta industria, y entonces fue creado un organismo estatal, denominado “Vinprom”, que tuvo a su cargo la tarea de fomentar la producción de vinos. La exportación quedó en manos de la empresa gubernamental “Vinimpex”. Cabe agregar que en 1989 cayó el sistema comunista que gobernaba Bulgaria, y a partir de esa fecha comenzó la privatización de la actividad vitivinícola nacional.

En el año 1963 Bulgaria era el sexto país exportador de vinos en el mundo (en 1999 ocupó el lugar número cinco, por el volumen de sus ventas al exterior). En 1978 se estableció la ley que regula, de manera oficial, la actividad vitivinícola. A partir de esa fecha comenzó el sistema de categorías de los vinos búlgaros, señalándose en la etiqueta  –con leyendas en lengua inglesa, para hacer más fácil la comprensión de qué tipo de vino se trata, pues si lo hubieran hecho en alfabeto cirílico muy pocos pudiesen entender esos caracteres--  varios niveles de calidad enológica. La leyenda “country wine” equivale a “vin du pais” en la clasificación francesa. Si aparece la frase “declared geographical origin” (D:G:O.)  es equivalente a lo que Francia clasifica como Vino Delimitado de Calidad Superior. El nivel más alto de calidad en los vinos búlgaros está dado por la palabra “controliran”, equivalente a la Denominación de Origen Controlada. Estos vinos pueden ser de dos clases: Reserva y Reserva Especial, si han sido añejados en barrica, dependiendo del tiempo de su maduración.

La producción de vino en Bulgaria, en 1985, fue de 450 millones. En 1990 (considerada por los enólogos de ese país la mejor cosecha, en términos de calidad, en los cuarenta y cinco  años anteriores) disminuyó a 180 millones de litros. Tres años después ascendió a doscientos cinco millones de litros, ubicándose Bulgaria en el lugar número veinte como país productor.  Ese año el porcentaje de exportación fue de diecisiete punto cinco. He encontrado cifras de que en los años más recientes Bulgaria exporta el ochenta y cinco por ciento de su producción de vino, siendo Inglaterra y Estados Unidos de América quienes encabezan la lista de importadores de ese néctar báquico.

En Bulgaria hay cinco regiones vitivinícolas: la septentrional, la oriental, la subbalcánica, la meridional y la sudoccidental. La superficie cubierta de viñas es de casi ciento setenta mil hectáreas, y la producción anual promedio es de unos doscientos cincuenta millones de litros de vino. El veinte por ciento del total (cincuenta millones de litros) está destinado al mercado interno, mientras que el restante ochenta por ciento (doscientos millones de litros)  es comercializado en el exterior, en setenta países.  Con base a estas cifras es que se dice  que Bulgaria es el segundo país exportador de vio embotellado en el mundo, por atrás de Francia.
En algún portal de internet, referente a los vinos búlgaros, encontré que la siguiente información: “Bulgaria cuenta con una riqueza ampelográfica notable. Algunas de las variedades de uva que se cultivan todavía hoy en día en Bulgaria tienen orígenes Tracios y no pueden encontrarse en ningún otro lugar del mundo. Cabe destacar la variedad tinta autóctona Mavrud. Son reseñables también uvas como la Pamid, la Dimiat, la Gamza, o la Misket Tinta. En la actualidad Bulgaria produce y exporta aproximadamente en un 60% vinos tintos, mientras que el resto del volumen se reparte en un 30% de vinos blancos, y el 10% restante distribuido entre vinos rosados, fortificados y espumosos”.
Algunos de los vinos elaborados en Bulgaria han sido motivo de catas “ciegas” de parte del Grupo Enológico Mexicano, en cuatro ocasiones anteriores. En las catas número 54 (septiembre de 1999), en la número 69 (febrero de 2001), en la número 85 (julio 2002), y en la número 205 (abril de 2011). Esos vinos fueron importados y comercializados en México (en su momento) por José del Valle Rivas, Miembro de Número de dicha agrupación de enófilos.

Por lo que concierne a la producción de vino en España, mencionaré que este país es el tercer mayor productor de vino del mundo, a pesar de tener la mayor superficie vitícola del orbe. En el diario La Vanguardia, de España, apareció el 22 de junio de 2010 la siguiente noticia: “Principio del formulario
Final del formulario
España es el primer país del mundo en superficie destinada a la producción de vino, con un total de 1,1 millones de hectáreas en 2009, seguida de Francia e Italia, informó hoy la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV). De la superficie global de viñedos, España dispone del 14,5% del total, Francia del 11% e Italia del 10%, indicó hoy la OIV en su balance sobre la situación vitícola mundial en 2009. En términos de producción, no obstante, España cae al tercer puesto de la lista, con un volumen anual de 35,1 millones de hectolitros de caldo elaborado en 2009, lo que representa un 13,1% del total mundial de 268,7 millones de hectolitros. Le superaron en 2009 Italia, con 47,6 millones y el 17,7% del total mundial, y Francia, con 45,5 millones de hectolitros y un 17% de la producción global.

España, donde se consumió el 4,8% del vino mundial, es el séptimo país de la lista de consumidores, clasificación que lidera Francia (12,6%) y Estados Unidos (11,5%), agregó la OIV. El discreto volumen de consumo no impidió que España fuera el segundo mayor exportador del mundo el pasado año, superado por Italia y seguido por Francia. Italia colocó en el exterior 18,6 millones de hectolitros de vino, un 21,5% del total mundial, España 14,4 millones (16,7% del total) y Francia 12,5 millones de hectolitros (14,5%), según los datos reunidos por la OIV. Hasta aquí esas transcripción.

De acuerdo al Observatorio Español del Mercado del Vino, la producción de vino en España, estimada para el mes de noviembre de 2011, era de un poco más de cuatro mil millones de litros. La Organización de la Viña y el Vino (O.I.V.) informó el 22 de marzo de 2012 que España había producido tres mil cuatrocientos millones de litros de vino en 2011.

En varias ocasiones he mencionado que en España existen, en materia de vinos, sesenta y nueve Denominaciones de Origen, de las cuales dos han alcanzado el honroso título de Calificadas: Rioja y Priorato, y por ello en las etiquetas figura la leyenda D.O.Ca Rioja y D.O.Ca Priorat. En otras fuentes de información he leído que el número exacto de esas D.O, es de setenta y dos, y que esa cifra continúa incrementándose en virtud de que otras áreas vitivinícolas han acreditado la calidad de sus vinos. En el portal Saber de Vino aparece que  “Una D.O. puede aspirar a convertirse en D.O.Ca. si cumple una serie de requisitos, tales como tener una antigüedad superior a 10 años, o que las bodegas adscritas no puedan en ningún momento tener vino en su interior que no proceda del territorio amparado por la D.O”. Y se asienta allí mismo que “Curiosamente, la Comunidad Autónoma que más D.O. aporta es la de Canarias, con un total de 10. Le siguen de cerca Castilla La Mancha y Castilla y León, con un total de 9 cada una”.

La Denominación de Origen Ribera del Duero comenzó a tener resonancia a partir del año 1975, cuando los principales productores de vino hicieron grandes esfuerzos por mostrar la calidad de esos caldos. Tiene vigencia desde el año 1982, si bien ya desde tres años antes  había sido otorgada, de manera provisional, a los vitivinicultores ubicados en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, y en las provincias de Soria, Burgos, Segovia y Valladolid. En esta zona están registrados, al año 2010, poco más de ocho mil viticultores, y el número de las bodegas es de doscientas setenta y nueve. La producción en año señalado fue de casi cincuenta y siete millones de litros de vino.

En esta Denominación de Origen se encuentra registrada la Bodega Hermanos Pérez Pascuas, de la cual en su página oficial leo lo siguiente: “La trayectoria de esta bodega, pionera en Ribera del Duero, comienza en el año 1980, cuando los tres hermanos, Benjamín, Manuel y Adolfo Pérez Pascuas, muy convencidos de sus posibilidades por los inmejorables viñedos de su padre Mauro, deciden emprender y poner en marcha su atractivo proyecto, elaborar uno de los mejores vinos de España y con mejor proyección internacional. Se trata de una bodega familiar, que desde sus orígenes apostó por la elaboración de "Grandes Vinos". En la actualidad se elaboran 500.000 botellas anuales, y esta producción tan limitada permite un control de todo el proceso de elaboración desde su comienzo. Posee 135 Has. de viñedo en propiedad: 90% "Tinta del País" y 10% "Cabernet Sauvignon". Sus vinos: “Cepa Gavilán”, “Finca La Navilla”, “Viña Pedroza” y “Pérez Pascuas Gran Selección” son exportados a más de 35 países, representando el 40% de la producción.

En el portal de la Denominación de Origen Rías Baixas (ubicada en Galicia) aparece la siguiente información: “La historia de la D. O. comienza en 1980 cuando se recoge en la B.O.E. del 11 de Octubre la Denominación Específica Albariño. Cuatro años más tarde, el 30 de Abril, se aprueba el Reglamento de la Denominación Específica Albariño y de su Consejo Regulador. Debido a las necesidades de adaptar la legislación española a la comunitaria, la Consellería de Agricultura, Gandería e Montes, en una Orden del 17 de Marzo de 1988, reconoce la Denominación de Origen Rías Baixas, y el 4 de Julio publica la Orden que aprueba el Reglamento de la Denominación de Origen y de su Consejo Regulador, ratificado en una Orden Ministerial del 28 de Julio de ese mismo año. En su corta historia, el sector de la Denominación de Origen Rías Baixas supo evolucionar de forma ordenada y con criterio, así pasó, en un período comprendido entre los años 1987 y 2001, respectivamente, de 492 viticultores a 5.059, de 14 a 161 bodegas y de una superficie de viñedo de 237 hectáreas a otra de 2.408”.



La Bodega La Val, productora del vino degustado en la cata 223, está ubicada en Salvatierra de Miño, Pontevedra, Galicia,  España. Fue fundada en 1985, “siendo una de las marcas pioneras de la Denominación de Origen Rías Baixas. Situada inicialmente en el Municipio de O Rosal, a orillas del río Miño, la finca denominada LA VAL, cultivó en sus orígenes las variedades de Albariño, Loureiro y Treixadura.
Su entonces moderna y bien equipada bodega, comenzó a elaborar sus primeros vinos de gran calidad, que se comercializaron en el mercado nacional. Conscientes ya en aquella época del potencial de éstos vinos, el siguiente objetivo fue la búsqueda de los mejores terrenos donde realizar nuevas plantaciones, que se consolidó con las adquisiciones de las fincas de Arantei (1985), Taboexa (1985), y Pesegueiro (2001). Este crecimiento en plantaciones la convirtió en una de las más importantes bodegas de elaboración propia, con una capacidad de 1 millón de litros”.
El viñedo de Estados Unidos de América tiene sus orígenes en el tercer tercio del siglo XVIII, ya que después de realizar una encomiable tarea evangelizadora en la Sierra Gorda de Querétaro, donde construyó cinco misiones: Jalpan, Concá, Landa, Tilaco y Tancoyol, el monje franciscano Fray Junípero Serra  --nacido en la isla de Mallorca, el 24 de noviembre de 1713--  salió de la población de Loreto, en la Baja California, en 1769, hacia la Alta California. Al llegar a aquellas lejanas tierras del virreinato novohispano fundó la Misión de San Diego de Alcalá, en torno a la cual habría de desarrollarse la populosa ciudad estadounidense de San Diego. Allí encontró vides silvestres (Vitis californica y Vitis girdiana), y en torno al edificio cristiano sembró viñedos con la cepa Misión, propagando la cultura del vino en aquellas regiones. Junípero Serra, quien fuera bautizado con el nombre de Miguel José Serra, fundó a más de la de San Diego ocho misiones más, difundiendo el cultivo de la vid. Por esos méritos de pionero se hizo merecedor, como lo señala Barbara Ensrud, en su libro American Vineyards, al honroso título de “Padre del vino en California”. Cabe agregar que en el Capitolio de Washington, en la Sala de los Próceres, hay una escultura que lo representa, y en una placa aparece la leyenda siguiente: “Fundador de California”. Finalmente diré que este monje fue canonizado el 25 de septiembre de 1988, y por ello yo lo llamo “el santo vitivinicultor”.

En la década de los años treinta, del siglo diecinueve, el francés Jean-Louis Vignes (en el nombre llevaba la fama, pues la palabra “vignes” significa en la lengua gala viñas) estableció un viñedo en Los Ángeles, sembrando variedades diferentes a la cepa Misión. Años más tarde el húngaro Agoston Haraszthy fomentó la vitivinicultura californiana, ganándose el calificativo de “Padre de la vitivinicultura californiana”.

La elaboración del vino en California iba viento en popa en los comienzos del siglo veinte, pero el 7 de enero de 1920 entró en vigor el Acta Volstead, mejor conocida como la “Ley Seca”. Durante trece años, hasta el 5 de diciembre de 1933, estuvo vigente la llamada “Prohibición”, que propició que el viñedo de California quedase prácticamente arrasado.

Actualmente Estados Unidos de América es el cuarto país productor de vino en el mundo, con una cifra superior (en el año 2011) a los mil ochocientos millones de litros.
En repetidas ocasiones se ha dicho que si California fuese país independiente vendría a ser, por su producción de vino, el cuarto país productor en el mundo. El viñedo cubre una extensión de más de 400 mil hectáreas. California es el estado donde es elaborada la mayor cantidad (90% del total) de esta báquica bebida, El enoturismo en California es en extremo considerable, pues se estima que más de veinte millones de visitantes, anualmente, recorren las más de mil doscientas empresas y bodegas vitivinícolas existentes en las veinte regiones ubicadas en dicha entidad estadounidense.

En el boletín on-line www.argentinewines.com apareció, el 27 de septiembre de 2012, la noticia referente a que “La industria del vino en Estados Unidos de América conmemora 18 años de crecimiento, aun en medio de la economía aún frágil de EEUU, según el Beverage Information Group. Afirma en su investigación 2012 Wine Handbook, que el consumo de vino creció 3,0% hasta alcanzar los 312,4 millones de cajas de 9 litros en 2011. El Beverage Information Group afirma que a medida que los consumidores descubren nuevas variedades, regiones y niveles de precios, se espera que el consumo de vino en general continúe aumentando en los próximos cinco años, y que la industria del vino llegue a 317.3 millones de cajas en 2012”.
Considero interesante señalar que, de acuerdo a la legislación vitivinícola estadounidense,  los vinos elaborados en California ---así como en el resto de los estados vitivinícolas, deben llevar en la etiqueta la indicación AVA respectiva. En un portal de internet de estos vinos leo que  Área Vitivinícola Americana (del inglés: American Viticultural Area, abreviado AVA) es una región de producción de uvas para vinos en los Estados Unidos distinguibles por características geográficas, con límites definidos por la Oficina de Comercio de Impuestos de Alcohol y Tabaco (TTB), Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. La TTB define a las regiones AVAs por peticiones de bodegas. Al mes de mayo de 2008 Estados Unidos de América contaba con 190 AVAs.  Antes de la instalación del sistema de AVA, la denominación de origen de los vinos en los Estados Unidos fue designada en base a los límites de los estados o condados. Todas estas denominaciones fueron protegidas en la legislación federal y pueden aparecer en las etiquetas de los vinos designados como lugares de origen, pero estas denominaciones son distintas a las de AVAs.
Las Áreas Vitivinícolas Americanas varían en tamaño. Estas son tan grandes como el Upper Mississippi Valley AVA, con 29.900 millas cuadradas a lo largo de cuatro estados, o mucho más pequeñas como el Cole Ranch AVA en el Condado de Mendocino, California, con tan sólo 72 acres. El Augusta AVA cerca del pueblo de Augusta, Misuri fue la primera región reconocida por el sistema de AVA, al obtener el estatus el 20 de junio de 1980.
A diferencia de la mayoría de las denominaciones de origen de Europa, un AVA se especifica en tan sólo un lugar geográfico, a partir de los cuales al menos el 85% de las uvas utilizadas para hacer un vino deben de haber crecido. Las AVAs son más similares al de la  indicazione geografica tipica (I.G.T. de Italia) que otros sistemas de denominación de origen europeos. Las denominaciones de origen de un Área Vitícola Americana no limitan el tipo de uvas cultivadas, el método de vinificación, o el rendimiento de los cultivos. Algunos de estos factores pueden, sin embargo, ser utilizado por los que pidieron las peticiones para justificar la singularidad del lugar en el momento de proponer una nueva AVA.
Pormenor a mi parecer muy interesante al enfatizar la calidad de los vinos elaborados en California es el siguiente: en mayo de 1976 tuvo lugar una degustación organoléptica  que después fue conocida como “El Juicio de Paris”. Se trató de una cata “ciega” de vinos californianos y franceses, organizada por Steven Spurrier, celebrada en el hotel InterContinental, de Paris, en las inmediaciones de la Place Vendome. Nueve personalidades francesas, de las más renombradas, fueron convocadas por el organizador  ---con la finalidad de que fungiesen como irreprochables jueces--- para evaluar  diecinueve vinos, blancos y tintos (nueve Chardonnay  y diez  Cabernet Sauvignon, de California, Burdeos y Borgoña). Los jueces tuvieron conocimiento que se trataba de vinos de la procedencia señalada. El primer lugar en ambas categorías fue para dos vinos de California.

La fascinante historia de este acontecimiento, que marcó un hito en la proyección internacional de los vinos de California en el mundo, es posible leerla en el libro Judgment of Paris, escrito por George M. Taber, en una edición en lengua inglesa, de la editorial Scribner (Nueva York, 2005).

La bodega Francis Ford Coppola fue establecida en 2006, en el Condado de Sonoma, en California. Lleva el nombre de su director-propietario, el célebre director de cine del mismo nombre, creador, entre muchos otros, de grandes filmes, como El Padrino, Patton y La Conversación,

Francia: En el boletín on-line Vitisphere, de Francia, del 21 de febrero de 2012, apareció la noticia de que en este país la producción de vino, en el año 2011, había sido de 50.3 millones de hectólitros, equivalentes a poco más de cinco mil millones de litros, con este volumen de producción ocupa el primer lugar mundial. A continuación vienen Italia, España; Estados Unidos de América (mil ochocientos millones de litros); Argentina (más de mil cuatrocientos  millones de litros); Australia (poco más de mil cincuenta millones de litros); Chile (la misma cantidad); y China (poco más de mil millones de litros)
Como es  sabido, el área geográfica de Alsacia, en el extremo oriental de Francia, colindante con el río Rin, es propicia para la elaboración de espléndidos vinos blancos, envasados en la tradicional botella denominada alsaciana, de esbelta forma. Esta zona de Francia pertenecía, en ocasiones (de acuerdo a los vaivenes bélicos y políticos), a Alemania, lo cual,  a mi parecer, en mucho contribuyó al encanto urbanístico de sus principales ciudades: Estrasburgo, Colmar, Mulhouse, Riquewir e Illhausen (donde se localiza el célebre restaurante “L’Auberge de L’Ill, de gratísima memoria).
En Alsacia está el viñedo, en la comuna de Bergbieten,  cuyas uvas son empleadas para elaborar el vino Michel Leon Riesling Grand Cru Altenberg. Lleva la denominación de Grand Cru porque solamente unos cuantos viñedos, de los considerados mejores (en el área del Bajo Rin, en la zona más septentrional), son considerados buenos para que los vinos lleven esa denominación. Los vinos de la bodega Michel Leon están clasificados como A.O.C.
Ahora que me ocupo de los vinos de Francia quiero referirme a la noticia publicada en el boletín on-line E-Lettre de Vitisphere, de Francia, del día 21 de septiembre de 2012, donde queda registrado que este año Francia conservará el primer lugar como productor de vino en el mundo. Allí aparece la gráfica de los cinco principales países productores, donde se muestra la producción de 2011 y la esperada para 2012. El texto de esa noticia enfatiza que Francia, Italia, España, Alemania y Portugal (cuya producción conjunta en 2011 fue superior al 80% del total del vino elaborado en Europa) ocuparán los cinco primeros lugares. Al comenzar el mes de septiembre de 2012 el Servicio de Estadística y de la Prospectiva anunció que Francia producirá cuatro mil doscientos noventa millones de litros de vino (casi el dieciséis por ciento menos que en 2011). Esa reducción es  debida a las acentuadas variantes climáticas (heladas invernales, granizadas en primavera, sequía y calor canicular en verano), a más de las enfermedades criptogámicas del viñedo.   La noticia acerca de la producción de vino en los países arriba mencionados asevera que este año (2012)  Italia producirá 3.930 millones de litros de vino, cifra inferior a la producida en 2011, que fue de 4.150 millones de litros (bastante menos que en 2010, que ascendió a 4.850 millones de litros. Por lo que respecta a España, la producción se mantendrá en 3.500 millones de litros (dos  por ciento por arriba de la correspondiente a 2011) 
La vitivinicultura de Grecia se remonta al segundo milenio A.C.y fueron los helenos quienes difundieron por todo el Mar Mediterráneo (el Mare Nostrum) y los países ribereños el arte del cultivo de la vid.  El viñedo en esa nación cubre, hoy en día, una extensión de 150.000 hectáreas, donde proliferan ---en la mitad de esa superficie--- unas trescientas variedades de uvas para elaborar vinos. La otra mitad produce uvas de mesa y uvas pasa.  

Acerca de los vinos griegos anotaré lo siguiente. En el portal Argentine Wines (www.argentinewines.com), del día 10 de septiembre de 2008, aparece un interesante texto ---que reproduce la noticia publicada en el Diario de Cuto cuatro días antes---acerca de los vinos de Grecia. Por la documentada información que proporciona, ahora transcribo lo esencial del mismo: De acuerdo con la historia, las viñas y el vino hicieron su aparición en Grecia alrededor del año 4000 AC. Dionysos, hijo de Zeus, era el dios de las plantas y del vino, y se le adoraba en toda Grecia con fiestas y ceremonias que se celebraban en varias ocasiones a lo largo del año. Los autores clásicos escribieron mucho sobre las áreas productoras de vino, sobre el vino y sobre las fiestas relacionadas con el vino. Existen descripciones detalladas sobre los procesos de la producción del vino que provienen de inscripciones que datan del 2500 AC …
La prensa de vino más antigua del mundo que se conserva proviene de la región de Arhanes en la Isla de Creta. Se han encontrado pepitas de uva en tumbas antiguas. Homero describe en la Ilíada varias ciudades y regiones de Grecia como productoras de vino y alaba todas las tradiciones vinícolas de estas regiones.
En este país se cultivan alrededor de 250 variedades distintas. Los vinos griegos son de una gran calidad. Son frescos y resultan deliciosos por sí solos, pero además combinan muy bien con la comida. Tanto el norte como el sur de Grecia ofrecen excelentes vinos. Las viñas se cultivan en casi todas las regiones de la Grecia continental y en todas las islas. En el norte de Grecia las regiones vinícolas más importantes son Naousa, Goumenisa, Amynteo, Siatista and Halkidiki. Algunas de las variedades más conocidas que se cultivan en Macedonia son la Xynomavro, la Moshomavro, la Athiri, la Asyrtiko y la Agioritiko provenientes de los viñedos de Agio Oros. El vino más popular, especialmente en verano es el `retsina’. Se elabora añadiendo resina de pino a vinos blancos de la región durante su fermentación. El retsina tiene el sabor inusual a pino de la resina y se sirve o bien directamente del barril o de botella. En ocasiones se sirve con agua de soda. De uvas tintas encontramos Agiorgitikó, conocido también como San Jorge, de Nemea. Limnio, de la isla de Lemnos. Mavrodafni, sólo para entendidos, del noroeste del Peloponeso. Xynomavro, del norte de Grecia”. Hasta aquí esa cita. Y agrego que otros nombres de la cepa Aguioguitiko (como también suele ser denominada esta variedad de uva) son Mavrostáfilo y mavraki.
La producción de vino en Grecia, en 2003, fue de tres millones de hectólitros (trescientos millones de litros), según cifras ---estimadas en 2005--- de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Atenas. Del año 2003 al año 2012 la producción de vino disminuyó notoriamente, por la reducción de la superficie del viñedo. Grecia importa vinos, principalmente de Italia, Francia y España, y según el citado documento Grecia es el sexto productor de vinos en la Unión Europea, después de Francia, Italia, España, Alemania y Portugal. En el libro La enciclopedia del vino (editorial Ramón Llaca. Madrid, 2008), la superficie del viñedo en este país es, en la actualidad, de 110.000 hectáreas. Produce cinco millones de hectólitros de vino (quinientos millones de litros) y exporta cincuenta millones de litros.
En un portal de vinos griegos encontré que “Hace más de un siglo, en 1890, la familia Tsantalis comenzó a elaborar vinos y a destilar ouzo y tsipouro en Tracia oriental. Uno de sus descendientes, Evangelos Tsantalis, fundó su bodega basándose en un profundo respeto por la belleza de la tierra y un fuerte compromiso con la calidad. El espíritu pionero de Evangelos y sus descendientes ha logrado consolidar una orgullosa herencia vitícola que evoluciona más allá del tiempo y las generaciones. Por su capacidad de innovación, la bodega Tsantalis goza hoy en día de un liderazgo innegable dentro del panorama vitícola griego. En 1970, Evangelos Tsantsalis rescata del olvido la rica tradición vitícola de la región del Monte Athos y fue el primero en exportar vino de esta región hacia el mundo. En 1973, realiza su primera exportación de vinos griegos. El lanzamiento de vinos de la región de Agioritikos, en 1975, marca un gran éxito comercial para esta casa. Finalmente, en 1991, Tsantalis adquiere la bodega Rapsani ubicada sobre el mítico Monte Olympus, hasta entonces en manos del Ministerio de Agricultura, y escribe una nueva página en la historia del vino de Grecia. Actualmente, Tsantalis está en manos de la tercera generación de esta familia y continúa preservando la tradición innovadora de sus predecesores”


Ahora bien, acerca de los vinos elaborados en Israel mencionaré lo siguiente, leído en el portal www.israelwonders. com  Oriente Medio y el Mediterráneo oriental han sido la cuna de la producción de vinos, y la antigua tierra de Canaán es, en realidad, uno de los primeros países donde se cultivaron cepas, más de 2000 años antes de que esta bebida llegase a Europa. En los últimos años, las excavaciones han permitido descubrir prensas antiguas y vasijas de almacenamiento que indican la existencia de una industria vinícola bien desarrollada y próspera en toda la zona. Las uvas, los racimos, las vides y las parras son motivos que se encuentran con frecuencia en las monedas y las vasijas antiguas. Se han desenterrado gran cantidad de prensas de vino y depósitos de almacenamiento, desde el Monte Hermón hasta el Néguev. En las inscripciones y los lacres de las ánforas de vino se puede comprobar que el vino era un producto comercial que se enviaba en odres o cántaros desde puertos como Dor, Ashkelon o Joppa (Jaffa). Los viñedos de Galilea y Judea se mencionaban ya entonces, y eran famosos vinos con nombres como Sharon o Carmelo procedentes de lugares como Gaza, Ashkelon y Lod.

En la década de 1990, la producción de vino, que había sido de blancos en un 70% y de tintos en un 30%, cambió a un 60% de tintos y un 40% de blancos, en atención a los nuevos gustos. Han venido al país fabricantes de vinos y consultores internacionales para mejorar la calidad global y asesorar sobre los tipos de uvas que cultivar, dónde plantar las cepas y cómo elaborar vinos de talla mundial. Los viticultores han invertido en equipamientos de última generación y técnicas modernas han reemplazado a métodos menos profesionales. En esta época han proliferado las bodegas a lo largo y ancho del país. De hecho, el 85% de todas las que operan actualmente en Israel se han fundado en la última década.

En la actualidad hay más de 25 bodegas comerciales y más de 150 bodegas de venta de vinos en Israel, donde elaborar vinos se ha convertido en la obsesión personal de viticultores que intentan producir los mejores vinos del mundo. Con independencia de esta explosión apasionante de tiendas de reciente creación, las tres bodegas más grandes del país representan el 75% de la cosecha anual; las cinco mayores, el 84% de la cosecha; y las 11 mayores, el 95% de la cosecha anual total. La superficie de viñedos es de 3.800 hectáreas. El consumo de vino en Israel es de siete litros per capita al año. Los principales países importadores de vinos israelíes son: Estados Unidos de América, Francia, Reino Unido, Alemania y Canadá”. Hasta aquí esa cita..

Acerca de la empresa Golan Heights Winery señalaré que en el periódico Diario de las Américas, publicado en Miami, Florida, en su edición del día  9 de agosto de 2011, apareció una nota escrita por José R. Garrigó, donde menciona: “ El grupo Yarden comprende la marca de ese mismo nombre, además de las bodegas Golan Heights y Galil Mountain. El grupo se fundó en 1984 y sus instalaciones se encuentran en las regiones de Galilea y en los Altos de Golán. La zona de Galilea está considerada ser donde se elaboran los mejores vinos del país. Tanto el suelo como las condiciones climatologicas de esas áreas son ideales para el cultivo de la vid. Su maestro bodeguero, Víctor Schoenfeld, al igual que su colega Micha Vaadia, han ido elevando la calidad de los vinos israelitas, lo cual ha permitido que los mismos compitan y se distribuyan en el mercado internacional” En otra fuente de información aparece que: “ Desde su creación en 1983, Golan Heights Winery ha sido la punta de lanza de la industria del vino de calidad en Israel. La bodega elabora vinos de calidad de más de 20 variedades en las etiquetas Yarden, Gamla y el Golán, regularmente ganan premios en las competiciones del mundo del vino más importantes”.

Sudáfrica.  Por lo que respecta al vino de Sudáfrica diré que se tiene conocimiento de la fecha exacta de inicio del viñedo en ese país, ya que el 2 de febrero de 1652 Johan Van Riebbeck fundó la Compañía de la Indias Orientales, lo que marca el comienzo de la actividad vitivinícola. Fueron los holandeses los primeros europeos en avecindarse en tan lejano país, ubicado en el extremo meridional del continente africano. Años más tarde, los colonizadores franceses introdujeron una mejor tecnología, y ello permitió que la calidad de los vinos mejorase sensiblemente.

Se estima que Sudáfrica es el décimo país mundial por la cuantía de su producción de vino, estimada en seiscientos millones de litros. En otra fuente de información, quizá más reciente, queda asentado que produce mil millones de litros. Hay poco más de 100 mil hectáreas cubiertas de viñas en este país austral,  y la exportación de vino sudafricano al resto del mundo es del 25% de su producción  La principal cepa blanca es la Chenin Blanc, mientras que una uva tinta ampliamente utilizada para elaborar vinos en  extremo agradables es la Pinotage, una variedad híbrida, resultado de la cruza del vidueño Pinot Noir, originario de Borgoña, con la cepa Cinsalt (también llamada Cinsault), extensamente cultivada en el sur de Francia.

El 8 de enero de 1918 Charles Kohler reunió a un grupo de vitivinicultores de la región denominada Western Cape (Cabo Occidental) , de Sudáfrica, para fundar una cooperativa cuya razón social es Koöperatieve Winjbouewers Vereniging. La razón principal de esa sociedad era restablecer la industria vitivinícola sudafricana, que había quedado muy dañada por los estragos de la Phylloxera vastatrix. En 1997 la cooperativa se transformó en una sociedad privada, y sus miembros pasaron a ser accionistas. La empresa KWV está ubicada en la ciudad de Paarl, donde tiene cinco bodegas, y desde allí se exporta vino a 35 mercados en todo el mundo.

La bodega Amani Vineyards, fundada en 1997, está ubicada en Stellenbosch, la segunda ciudad más antigua de Sudáfrica, después de Ciudad del Cabo, y es considerada el centro vitivinícola del Cabo de Buena Esperanza, en el extremo meridional del continente africano. Los viñedos de esa empresa están localizados en las proximidades de la Bahía Faise, donde reciben las frígidas las brisas marítimas del Atlántico Sur. Por ello es considerada esa zona una de las más frías de Stellenbosch.
:
En el boletín on-line Directo al Paladar, de España (www.directoalpaladar.es), apareció ---el 26 de julio de 2006---  el comentario siguiente: La producción de vino ha sido muy importante en Sudáfrica durante los últimos tres siglos. De hecho se trata del país más antiguo de producción de vino en el denominado Nuevo Mundo. (subrayado por mí). El inicio de la cultura vinícola en este país fue gracias a Simon Van der Stel, un gran aficionado al vino que llegó a este país en el año 1679”.


Esta afirmación entraña un notorio error, ya que la producción de vino en el llamado  “Nuevo Mundo” dio comienzo en México (a la sazón llevaba el nombre de Nueva España, si bien se ha mencionado que los primeros sembradíos de vides tuvieron lugar en la isla Española, descubierta por Cristóbal Colón, en 1492, que fue el lugar del primer asentamiento de europeos en el continente americano, que hoy en día comparten Haití y República Dominicana, a raíz del descubrimiento de América, en 1492), cuando Hernán Cortés decretó, en marzo de 1524, la obligatoriedad para los encomenderos de sembrar vides en los lugares donde tuviesen indígenas en encomienda. La primera bodega vitivinícola en el continente americano comenzó a funcionar en el año 1597, en el Valle de Parras  ---la actual Casa Madero---, en el estado de Coahuila (México). De aquí se propagó el cultivo de la vid a Perú, en la cuarta década del siglo XVI, y luego a Bolivia, a Chile, a Argentina y a Paraguay. Más tarde a todo el Cono Sur.


La Mesa de Catadores estuvo integrada esa tarde por los siguientes enófilos: Patricia Amtmann,  Cristrina Gaitán, Carlos Ruíz, Philippe Seguin, Darío Negrelos, Oscar Nicanor, Salomón Cohen, Mauricio Romero, Juan Ignacio Torreblanca, Joaquín López Negrete Amtmann,  Roberto Quaas Weppen y  Miguel Guzmán Peredo.

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Los  resultados fueron los siguientes:

Vinos blancos:

1.-  Francis Ford Coppola Gold Label Reserva, cosecha 2010, Diamond Collection..13.5% Alc. Vol. Monovarietal 100% Chardonnay. Crianza en barricas nuevas de roble francès durante 17 meses.  AVA. Napa Valley and Sonoma County.. Francis Ford Coppola Winery. Russian River Valley-Dutton Ranch Vineyard. California, Estados  Unidos de América. Calificación: 85.80   puntos. Precio: $ 455.00

2.- La Val, cosecha 2010. Monovarietal 100% Albariño. 12.5%  Alc. Vol.  Denominación de Origen Rías Baixas. Salvatierra de Miño, Pontevedra, Galicia,  España. Calificación: 85.00  puntos. Precio: $ 363.00

3.-  Mount Hermon Yarden White, cosecha 2007. 13.5 % Alc. Vol.   Coupage de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Semillon.  Golan Heights Winery. Israel. Calificación: 82.80  puntos. Precio: $ 305.00

4.- Michel Leon Altemberg de Bergieten, A.O.C. Alsacia Grand Cru,  cosecha 2007 Monovarietal 100%  Riesling  Calificación: 82.00 puntos. Precio: $ 413.00


Vinos tintos:

1.- Kometa, cosecha 2008. Coupage Merlot y Cabernet Sauvignon. 14.5  % Alc. Vol. Coupage de 75% Merlot y 25% Cabernet Sauvignon. Crianza en barrica durante 10 meses.  Bodega Damianitza A.D.  Valle de Tracia, Bulgaria.  Calificación: 87.80    puntos. Precio: $ 450.00

2.- Viña Pedroza Crianza, cosecha 2009. Monovarietal 100%  Tinta del País (Tempranillo). 14%   % Alc. Vol.  Denominación Ribera del Duero. Crianza en barrica durante 18 meses. Bodegas Pérez Pascuas Hermanos. Pedroza del Duero. España  Calificación:  85.40  puntos. Precio: $ 722.00

3.- I am 1 (Amani), cosecha 2006. Coupage de 72% Merlot. 8%  Cabernet Sauvignon, 8% Shiraz. 7%  Cabernet Franc y 5% Petit Verdot.  14.0  % Alc. Vol.   Crianza en barrica durante 14 meses. Amani Winery. Kanonkop. Stellenbosch. Sudáfrica.  Calificación: 83.30  puntos. Precio: $ 684.00

4.- Kanenas, cosecha 2007. Coupage de Mavroudi Nemeas y Shiraz. 13.5 % Alc. Vol.  Crianza en barrica durante 6 meses.  Bodega Evangelos Tsantalis, S.A. Grecia. Calificación: 83.10   puntos. Precio: $ 421.00

En esta degustación organoléptica cuatro de los ocho vinos catados superaron los 85 puntos, por ese motivo quedaron ubicados dentro de la categoría de “muy buenos”

Los catadores eligieron el vino blanco Michel Leon Altemberg de Bergbieten como “mejor etiqueta”  y “mejor botella”. Y en el caso de los vinos tintos “mejor botella”! la del vino Kometa, y “mejor etiqueta” la del vino Viña Pedroza Crianza.

Al finalizar la degustación organoléptica fue servida una deliciosa cena, diseñada por Guy Santoro, Chef ejecutivo del hotel St. Regis México City. Los guisos fueron: Ensalada de lechuga Frisse con huevo pochado y vinagreta de balsámico. Luego un excelente Filete de res glaseado con Shiraz y puré de papa a la  mascarpone. El postre consistió en Pastel de Calabaza de Castilla y Nuez de Pecan. Los vinos blancos que acompañaron tan exquisitos manjares fueron:   Chardonnay Francis Ford Coppola Gold Label Reserva, Diamond Collection, cosecha 2010, y Mount Hermon Yarden White, cosecha 2007.  Dos vinos tintos armonizaron muy bien con los platillos: I am 1 (Amani), cosecha 2006, y  Viña Pedroza Crianza, cosecha 2009.