miércoles, 14 de abril de 2010

LOS VINOS "ELABORADOS" POR EL GRUPO ENOLOGICO MEXICANO


A finales de noviembre de 2009 varios Miembros de Número del Grupo Enológico Mexicano visitaron una decena de bodegas vitivinícolas, en los valles próximos a la ciudad de Ensenada, deleitándose con la degustación de casi un centenar de magníficos vinos.

De ese periplo enológico, en el cual la gastronomía jugó un papel preponderante, publiqué en su oportunidad un extenso reportaje (aparecido en varios medios de comunicación electrónicos), del cual transcribo ahora varios párrafos, de la que fue para quienes participamos en ese recorrido una de las visitas más interesantes. Así escribí: “Luego enfilamos hacia la zona vitivinícola del Valle de Santo Tomás, y dio comienzo la visita a Bodegas de Santo Tomas, donde fuimos recibidos por Iván Cortéz, en cuya grata compañía estuvimos varias horas. Primeramente nos llevó, a bordo de un vehículo abierto por ambos lados (lo que permite tener una hermosa panorámica de los campos cubiertos de viñas), a recorrer numerosos planteles de este cultivo, al tiempo mismo que nos explicaba que la extensión de los viñedos asciende a 350 hectáreas ---a una altitud de 150 metros sobre el nivel del mar---, en tres zonas diferentes: Valle de Santo Tomas, Valle de San Vicente y Valle de San Antonio de las Minas. Allí hay sembradas veintidós variedades distintas de uvas, de las cuales dieciséis son las más utilizadas, para elaborar los exquisitos vinos de esta bodega. Las seis restantes se encuentran en proceso de experimentación.

La primera parada la hicimos, al filo de las once de la mañana, para degustar tres copas de vino tinto de la variedad Tempranillo, cosecha 2008 ---que tuvo una guarda de cinco meses en barrica---, procedente de vides de tres edades diferentes: veinte, cuarenta y cinco y sesenta y cinco años (este último vino es el que se utiliza para elaborar el vino Duetto, de gran calidad), que nos fueron escanciadas por sus gentiles asistentes: Ana Ofelia Félix Serrano y Freddy Gutiérrez López, Esta experiencia gustativa, de apreciar el aroma y el sabor de vinos elaborados con uvas de vides de diferentes edades, resultó en extremo interesante para los catadores.

Una segunda parada nos permitió saborear otras tres copas de vino blanco, la primera de Chardonnay, cosecha 2007, de la línea “ST”; la segunda de French Colombard, cosecha 2008 y la tercera de Chardonnay, cosecha 2006, Estos vinos permanecieron cuatro meses en barrica.

Vendría, momentos después, una tercera parada, bajo la frondosa copa de un añoso pirul, donde las copas estaban colocadas sobre barricas de roble francés. Allí degustamos dos vinos Barbera, cosecha 2008, elaborado con uvas de parras de veinte y sesenta y cinco años de edad, con guarda en barrica de diez meses.. Y a continuación otras copas con vino de la variedad Cabernet Sauvignon, de parras de veinte años, procedentes de dos áreas distintas: el Valle de San Gabriel y el Valle de San Antonio. Los planteles de esas uvas llevan por nombre de “Los Dolores”, de sarmientos añosos de veinte y cuarenta y cinco años, y de “La Changa”, de sesenta y cinco años de antigüedad. Estos vinos son los empleados para la confección de los excelentes vinos “Único” y “Duetto”..

Tras varias horas de recorrido por los viñedos fuimos a un espacio interior denominado “Cava Baro”, donde nos aguardaba un interesante ejercicio de degustación. En esa oscura cava Iván Cortéz, nuestro diligente cicerone, nos explicó que “la intención de la “Cata de Maderas” es que los participantes se den cuenta del uso de la barrica, y de qué manera influye sobre el vino, además que si ponemos barricas de roble francés de dos bosques diferentes, aún utilizando un vino de la misma variedad, ese caldo tendrá aromas y sabores completamente diferentes. El acompañamiento en cada parte del ejercicio se hace con instrumentos musicales diferentes, para que al final se reúnan todos tocando la misma melodía, lo cual es un espejo de lo que sucede día a día en nuestra vinícola, departamentos diferentes trabajando al unísono, para llegar a un mismo fin”. En esta experiencia se utilizó la variedad Merlot proveniente de plantas de 28 años de edad, con crianza de nueve meses en barricas de. Allier y Nevers.

Momentos más tarde procedió, cada uno de los participantes en este recorrido, a elaborar “su” propio vino, eligiendo para ello porcentajes diferentes de cinco vinos hechos con variedades diferentes: Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah, Barbera y Tempranillo. Los resultados saltarán a la vista (y al olfato y al gusto), ya que el Grupo Enológico Mexicano llevará a cabo una próxima cata, en la cual sean catados, y calificados, a “ciegas”, estos vinos. (subrayado ahora por mí, ya que e13 de abril de 2010 llegó esa oportunidad, en la cata “ciega” número 188)”

(Cabe agregar ahora algo muy importante: en esa ocasión, la cual significó una gratísima experiencia enológica para los participantes, gracias a la gentileza de Iván Cortéz, nuestra tarea fue la de utilizar los vinos que nos proporcionaron en ese recinto (que, a mi parecer, no dejaba de semejar un espacio nimbado por la magia), y con ellos elaborar un coupage
--esta palabra tiene como sinónimos, para estos fines, assemblage, corte, blend y mezcla--, en el cual cada uno de los enófilos allí congregados mostró sus preferencias gustativas. De esta manera, los allí presentes eligieron combinar diversos porcentajes de dos vinos elaborados con dos cepas diferentes, para hacer “su propio vino”).

El deleite no concluyó ---en aquella gratísima ocasión en Bodegas de Santo Tomas--- con la elaboración de esos vinos, sino que a continuación nos dirigimos a un espacio arbolado contiguo, donde habían sido montadas las mesas, para una suculenta comida. La entrada fue Ensalada de lechugas mixtas, con manzanas y tomates, y aderezo de balsámico, mostaza y miel. El vino French Colombard, cosecha 2008, fue una magnífica opción de maridaje. El platillo principal consistió en Parrillada de Rib Eye, T-.Bone y Chorizo español, con ejotes, calabaza estrella y zanahoria baby. Para acompañar este sápido manjar bebimos Tempranillo, cosecha 2007. El postre fue Peras al mezcal”.

Hasta aquí esa extensa trascripción, que viene al caso porque en la cata “ciega” número 188, del Grupo Enológico Mexicano, correspondiente al martes 13 de abril, fueron evaluados los vinos tintos que en el pasado mes de noviembre “hicieron” (quienes disfrutaron de la generosa hospitalidad de Bodegas de Santo Tomás) .sus respectivos “creadores”. El nombre que ostenta cada uno de los vinos le fue impuesto por el aprendiz de winemaker. que lo preparó. .

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

La Mesa de Catadores estuvo integrada día por los siguientes enófilos: Patricia Amtmann,
Alejandra Vergara, Ofelia Fernández, Leticia Echeverría, María de Lourdes Rubalcava, José Del Valle Rivas, Mauricio Romero, Philippe Seguin, Darío Negrelos, Roberto Quaas Weppen y Miguel Guzmán Peredo.

El personal de servicio tuvo a su cuidado elegir el orden en que serían servidos los vinos, para que ninguno de los catadores supiese qué vino estaba evaluando.

Los resultados fueron los siguientes, una vez que se obtuvo el promedio de cada vino, eliminándose la calificación más alta y la más baja. Los nombres de los vinos fueron impuestos por sus “creadores”

Primer lugar:
ST II (2)
José del Valle Rivas.
Coupage de 75% Shiraz. viñas de 20 años
y 25% Tempranillo. viñas de 65 años. Crianza en barricas de Allier y Nevers. Calificación 86.80 puntos

Segundo lugar:
Preferido
Ofelia Fernández de Guzmán
Coupage de 50% Tempranillo. viñas de 65 años y 50% Merlot. viñas de 20 años. Crianza en barrica de Allier. Calificación: 86.00 puntos

Tercer lugar:
Presagio.
María de Lourdes Rubalcava
Coupage de 80% Tempranillo. viñas de 65 años, y 20% de Merlot. viñas de 20 años. Crianza en barrica de Allier. Calificación: 85.40 puntos.



Tercer lugar (empate):
Valquiria
Miguel Guzmán Peredo
Coupage de 60% Syrah. viñas de 20 años y 40% Merlot. viñas de 20 años. Crianza en barricas de Allier. Calificación: 85.40 puntos

Cuarto lugar:
Trabant ST
Roberto Quaas Weppen
Coupage de 75% Merlot. viñas de 20 años, y 25% Cabernet Sauvignon. viñas de 45 años. Crianza en barrica de Allier. Calificación: 85.00 puntos

Quinto lugar:
Alba
Leticia Echeverría de Quaas
Coupage de 60% Merlot. viñas de 20 años, y 40% Tempranillo. viñas de 65 años. Crianza en barrica de Allier. Calificación 84.00 puntos

Sexto lugar
Sinfonía
Patricia Amtmann
Coupage de 80% Merlot. viñas de 20 años y 20% Shiraz. viñas de 20 años. Crianza en barrica de Allier. Calificación: 83.80 puntos

Al concluir esta interesante cata de “vinos de autor”, saboreamos una magnífica cena, preparada por los dos chefs del restaurante “Bistro 235”, Mauricio Romero Gatica y Héctor Dongú. El primer guiso fue Crema de espinacas con mousse de espárragos ,crocante de jamòn y avellanas tostadas, que acompañamos con el vino Gewürztraminer Reserve, cosecha 1991 (Appelation Alsace Controlée, elaborado por Jean Sipp, en Ribeauville, Alsace, France). Este vino, de diecinueve años de edad, se mostró espléndido, en cabal estado de salud enológica, y en extremo delicioso tanto en nariz como en boca.

El manjar principal fue Rib eye a la pimienta verde con papa al horno, maridado con el
Vino tinto Quinta de Tarsus, cosecha 1999. Es un monovarietal 100% Tempranillo, de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Es elaborado por Bodegas Tarsus, ubicadas en Anguix, Burgos, España. El melindre final fue Pastelito de chocolate y helado de vainilla, que armonizó muy bien con el vino blanco inicial.

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