El vino es la bebida universal por
excelencia, la más sana de todas las que
usamos para nutrición y recreo.
VICENTE BLASCO IBAÑEZ
(1867-1928)
Quince han sido las catas “ciegas” que el Grupo Enológico Mexicano ha llevado a cabo en diversos pasajes de la alta montaña de México. Desde la primera, celebrada en el mes de noviembre de 2004, hasta la más reciente, del domingo 12 de junio de 2011, en estas degustaciones se ha puesto de manifiesto, reiteradamente, que la disminución en la presión atmosférica contribuye, de manera ostensible, a que la expresividad aromática de los vinos se incremente notablemente.
De las primeras catorce catas, seis tuvieron lugar en diferentes parajes del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, a una altitud de 4.000 metros. Otras seis tuvieron por escenario el interior del extenso cráter del Nevado de Toluca, a 4.216 metros, donde se ubican los lagos del Sol y de la Luna, los más altos de América del Norte. Las dos catas “ciegas restantes, realizadas en abril de 2007 y junio de 2009, fueron denominadas por mí, en su momento, “las degustaciones a mayor altitud en el mundo, en sitios a los cuales se tiene acceso a bordo de un vehículo motorizado rodante”. Ese punto geográfico es la cumbre misma del volcán Sierra Negra, frente al Citlaltépetl (también conocido por el nombre de Pico de Orizaba, de 5.747 metros), a una altitud de 4.583 metros sobre el nivel del mar, y a una distancia de doscientos cincuenta kilómetros de la capital mexicana. La posición geográfica es la siguiente: 18° 59’ Latitud Norte, 97° 18’ Longitud Oeste. Estas dos catas “ciegas” fueron realizadas en un amplio salón subterráneo, tres metros por debajo de la colosal estructura astronómica exterior del Gran Telescopio Milimétrico.
En estricto apego a la verdad quiero mencionar que el día 22 de marzo de 2011 tuvo verificativo una degustación de vinos (sus organizadores no utilizaron la expresión “cata ciega”, sino degustación ) en el paso fronterizo de Agua Negra, entre Chile y Argentina, en la Cordillera de los Andes, a una altura de 4.780 metros. En la reseña de esa Primera Cata de los Andes, publicada en el periódico El Zonda, de la Provincia de San Juan, en Argentina, participaron, según dicha escueta noticia periodística, “degustadores chilenos y argentinos, y fueron catados vinos de ambos países”. .
Como ya lo he señalado anteriormente, en esos lugares de la alta montaña (en los cuales existen condiciones de hipoxia ambiental, es decir, de disminución de oxígeno) la presión atmosférica, que a nivel del mar es de 760 milímetros de mercurio, es aproximadamente de 460 milímetros, y por lo que respecta a la presión parcial de Oxígeno --que a nivel del mar es de 159 milímetros de mercurio-- ésta es, aproximadamente, de 85 milímetros. Puede afirmarse, utilizando otras palabras, que en este sitio la presión barométrica es de 0.61 atmósferas, ya que a nivel de mar esa presión es de una atmósfera.
No está por demás reiterar que la finalidad principal de estas singulares catas “ciegas” de vinos (en dos ocasiones fueron evaluados brandies españoles, lo que igualmente constituyó una experiencia gustativa en extremo interesante) es la de conocer cuáles son las variaciones que se registran en lo concerniente al mensaje aromático y gustativo que transmiten los vinos ---es sorprendente advertir que la percepción de los aromas se incrementa en ese lugar, donde la presión barométrica se halla disminuida--- , y así mismo registrar los cambios que pueden experimentar los catadores, al analizar el mensaje odorífero y gustativo de un vino, cuando la degustación tiene verificativo en un sitio de la alta montaña mexicana, a una altitud en ocasiones superior a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Conviene tener presente que el vino contiene aproximadamente seiscientas substancias, de las cuales quinientas son volátiles y ellas conforman el aroma del vino.
En una ocasión previa, al redactar la crónica de esa cata, mencioné que en todas las ocasiones los vinos han estado contenidos ---en sus respectivos envases de vidrio--- dentro de bolsas de gruesa tela, ornadas al frente y al reverso con el logo del Grupo Enológico Mexicano, y los catadores han estado instalados frente a mesas cubiertas por blancos manteles. Antes de proceder a la evaluación sensorial (generalmente a las 12 horas del día, cuando la luminosidad es más brillante) se hacen diversos registros: altitud, temperatura, presión atmosférica, velocidad del viento, humedad ambiental y ubicación geográfica, mediante el uso de altímetro, termómetro, barómetro, anemómetro, higrómetro y GPS, siglas éstas, en lengua inglesa, del aparato llamado Global Positioning System: Sistema de Posicionamiento Global, si bien su nombre correcto es Navstar GPS).
Para esta cata, la número 207 del Grupo Enológico Mexicano desde enero de 1995, fueron seleccionados siete vinos que bien pueden ser llamados “de terruño”, porque los viñedos donde fructificaron las uvas, con las cuales están elaborados esos caldos vínicos, tienen características muy especiales: el terreno, el clima allí imperante, el tipo de suelo, la edad de las viñas y otros factores ---entre los cuales figura preponderantemente la mano del enólogo---, que permiten obtener una notable calidad en los vinos. Esa denominación de “Vinos de Terruño” viene a significar (como lo asentó Carlos Delgado en una columna periodística, de 2005, en el diario “El País”: “la expresión española del Cru y Domaines, de Francia, o Vigneti, de Italia, que son la máxima categoría en el mundo fascinante del vino de gran calidad”.
A este particular agregaré que en España “Vino de Pago es una indicación geográfica vinos que garantiza la procedencia de las uvas de una zona geográfica con unas características edáficas específicas. Es decir, cuando en una zona concreta existe un microclima particular y una composición del terreno específica que la diferencian y distinguen de otras zonas de su entorno”.
Esos siete vinos proceden de varias empresas vitivinícolas ---en Cataluña, en Chile y en Estados Unidos de América---, agrupadas bajo la razón social Bodegas Miguel Torres, S.A. (asentada en Vilafranca del Penedés), sin lugar a dudas la más afamada y conocida de España en el mundo entero, ya que posee, en España, fincas vitivinícolas registradas en diversas Denominaciones de Origen, como Conca de Barberá, Toro, Penedés, Jumilla, Ribera del Duero, Priorato y Rioja.
Me parece interesante comentar algunos pormenores acerca de esos vinos. Grans Muralles debe su nombre a las imponentes murallas defensivas que circundaban el monasterio cisterciense de Poblet, protegiéndolo de los ataques de los ejércitos mercenarios que asolaban esa región en épocas pretéritas. El vino es el resultado de un coupage de dos antiguas cepas catalanas: Garró y Samsó, combinadas con Monastrell (también llamada Mourvedre), Garnacha Tinta, Mazuelo y Cariñena.
Mas la Plana es considerado por los enólogos hispanos el mejor Cabernet Sauvignon de la Bodega Miguel Torres, S.A.. La palabra Mas deriva, seguramente, del término masía, que hace alusión a una construcción rural, de la zona oriental de la península ibérica, y vinculada a las actividades agrícolas. El vino Mas la Plana proviene de las uvas de la viña del mismo nombre ---cuya antigüedad es de casi treinta años---, en la población de Pacs, en el corazón de la Denominación de Origen Penedés. Originalmente era llamado Mas la Plana Gran Coronas Etiqueta Negra. Un vino de la añada 1970 obtuvo el primer premio en la Olimpiada del Vino organizada en Paris, en 1979, por la revista Gault Millau, superando nombres como Chateau Latour y Chateau Haut Brion. Este es el vino de Bodegas Torres, S.A. que más medallas de oro y reconocimientos ha recibido año con año. Otros juicios acerca de este néctar son los siguientes: “Probablemente sea uno de los vinos españoles más apreciados a nivel mundial” y “La cosecha 1998 es una de las más premiadas en todo el mundo, en prestigiados concursos como International Wine Challenge, International Wine & Spirits Competition, Challenge International du Vin y Mundus Vin”. Este extraordinario vino es un monovarietal Cabernet Sauvignon. Tiene una crianza de dieciocho meses en barrica de roble francés, de Troncais y de Nevers.
Milmanda es un vino blanco, elaborado con la cepa Chardonnay, que ostenta la Denominación de Origen Conca de Barberá. Es elaborado en la población de Vimbodí, donde sucesivamente ---en el transcurso de los siglos--- se asentaron pobladores iberos, griegos, fenicios, romanos y visigodos. Allí fue construido un castillo, llamado de Milmanda, y en sus proximidades los monjes de la orden del Cister plantaron viñedos, sobresaliendo hoy en día la cepa Chardonnay, la “reina de las uvas blancas”, que recibe diversos nombres como los que a continuación enlisto: Auxois Blanc, Morillon, Negret Blanc, Rulander y Weisser.
Conde de Superunda es un vino elaborado en Chile, en la Bodega Miguel Torres Chile, (la cual fue establecida en 1979, en el Valle de Curicó, dentro del Valle Central, en la Región del Maule). Es el vino ícono por excelencia de esta bodega chilena, ya que las uvas (Cabernet Sauvignon, Carmenere, Monastrell y Tempranillo) con las cuales es elaborado provienen de cepas de notoria antigüedad. Toma su nombre del título nobiliario del cuadragésimo tercer virrey de Perú, José Antonio Manso de Velasco, quien tuvo un encomiable desempeño al registrarse, en 1746, el terremoto, y posterior tsunami, que destruyó Callao y ocasionó miles de víctimas. Ese aristócrata auxilió a la población afectada por el maremoto, y en virtud de ese hecho el rey de España le otorgó el título de Conde de Superunda (“sobre las olas”). Este vino tiene una crianza de veinticuatro meses en barricas nuevas de roble nuevo francés, de Nevers.
La Bodega Miguel Torres Chile, actualmente dirigida por Miguel Torres Maczaseek, miembro de la quinta generación de la familia Torres. Cuenta con 640 hectáreas de viñedos propios y elabora varias categorías de vinos, de los cuales, como ya lo señalé anteriormente, el de nivel superior es Conde de Superunda. Por abajo de éste figuran tres vinos “de finca”: Manso de Velasco, Miguel Torres Brut y Vendimia Tardía. Luego viene la línea Cordillera, con cuatro vinos, y en seguida la línea Santa Digna, con nueve etiquetas. Finalmente está la línea Las Mulas, con 4 vinos más.
Marimar Torres Estate es una finca vitivinícola asentada en Sebastopol, en el condado de Sonoma, en el estado de California. Fundada en el año 1986 está dirigida por Marimar Torres, hermana de Miguel A. Torres, el presidente de Bodegas Miguel Torres, S.A. Elabora dos vinos Pinot Noir y Chardonnay, que están dentro de la Denominación de Origen Russian River y Sonoma Coast, respectivamente.
La cata “ciega” mensual número 207, del Grupo Enológico Mexicano, se llevó a cabo en un hermoso sitio, en medio de un bosque de coníferas, en el paraje denominado “El Caracol”. Los catadores salieron de la ciudad de México y tras de recorrer setenta kilómetros llegaron a la ciudad de Amecameca, sita a una altitud de 2.480 metros sobre el nivel del mar. De aquí se desplazaron al collado montañoso que lleva el nombre de “Paso de Cortés” a veintitrés kilómetros de distancia, sito a casi 4.000 metros de altitud. Posteriormente fueron, a bordo de sus automóviles, transitando por un estrecho camino de terracería, a la cumbre de una colina ubicada un poco por arriba de los cuatro mil metros, desde donde se contemplaban las dos montañas emblemáticas de México: el Popocatépetl (de 5.452 metros) y la Iztaccíhuatl (de 5.286).
A las once de la mañana dio comienzo la cata “ciega”. El día lucía brillante, si bien la temperatura era un poco fresca (12 a 15 grados centígrados). Fueron instaladas dos mesas cubiertas con blancos manteles, y allí se instalaron, en ese hermosísimo paraje de la alta montaña de México, quienes habían de evaluar tan espléndidos vinos elaborados por tres bodegas vitivinícolas que llevan el nombre de Miguel Torres.
La Mesa de Catadores estuvo integrada esa tarde por los siguientes enófilos: Alejandra Vergara, Gustavo Riva Palacio, Roberto Quaas Weppen, Raymundo López Castro, José del Valle Rivas y Miguel Guzmán Peredo.
Cabe agregar que las fichas técnicas de los vinos degustados señalan que los blancos deben ser servidos a una temperatura de ocho a diez grados centígrados, y se registró que ésta era de diez grados. En el caso de los tintos la sugerencia es servirlos a una temperatura de dieciséis a dieciocho grados. Fueron escanciados a 15 grados centígrados.
Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.
Los resultados fueron los siguientes:
Vinos blancos:
1.- Chardonnay Marimar Torres, cosecha 2007. Monovarietal 100% Chardonnay. 14.2% Alc. Vol. Denominación de Origen Russian River Valley. Unfiltered. California, Estados Unidos de América. Calificación: 89.16 puntos. Precio: $ 543.00
2.-Milmanda, cosecha 2007. Monovarietal 100% Chardonnay. 14.0% Alc. Vol. D.O. Conca de Barberá. Cataluña, España. Crianza de 12 meses en barrica de roble francés en contacto con sus lías. Calificación: 87.66 puntos Precio: $ 551.00 Este vino (una botella de la cosecha 2001) fue galardonado con Medalla de Oro en el concurso Chardonnay du Monde, en Francia, en el año 2002. Y también (una botella de la cosecha 2004) con la misma presea en el certamen Challenge International du Vin, en Francia, en el año 2006. Vinos tintos:
1..-Grans Muralles, cosecha 1999. Coupage de. Garró y Samsó, combinadas con Monastrell (también llamada Mourvedre), Garnacha Tinta, Mazuelo y Cariñena. 14.5% Alc. Vol. Denominación de Origen Conca de Barberá. Cataluña, España. Crianza de 18 meses en barrica nueva francesa, de Allier. Calificación: 90.83 puntos. Precio: $ 1.145.00
Este vino ---una botella de la cosecha 2004) fue calificado en la Guía Peñín, de España, en la edición de 2009, con 93 puntos..
2..-Mas La Plana, Gran Reserva, cosecha 2006. Monovarietal 100% Cabernet Sauvignon. 14.5% Alc. Vol. Denominación de Origen Penedés. Cataluña, España. Crianza de 18 meses en barrica nueva francesa, de Troncais y Nevers. Calificación: 90.16 puntos. Precio: $ 533.00 Este vino ---una botella de la cosecha 2003) fue calificado en la Guía Peñin, de España, en la edición de 2009, con 92 puntos Y en la revista Wine Spectator, de Estados Unidos de América, en la edición de 2008, alcanzó una calificación de 91 puntos sobre cien.
3.- Conde de Superunda, cosecha 2003.Coupage de Cabernet Sauvignon, Carmenere, Monastrell y Tempranillo. 14.0% Alc. Vol. Denominación de Origen Valle de Curicó. Chile. Crianza de 24 meses en barrica nueva francesa, de Nevers. Calificación: 89.33 puntos. Precio: $ 609.00 Este vino ---una botella de la cosecha 2000) fue calificado en la revista Wine Advocate con 92 puntos.
4.- Manso de Velasco, cosecha 2006. Monovarietal 100% Cabernet Sauvignon. Viejas Viñas. 14.0% Alc. Vol. Denominación de Origen Valle Central. Chile. Crianza de 18 meses en barrica nueva francesa, de Nevers y posterior reposo en botella durante 10 meses. Calificación: 88.66 puntos. Precio: $ 566.00
5.- Pinot Noir Marimar Torres, cosecha 2006. Monovarietal 100% Pinot Noir. 14.2% Alc. Vol. Don Miguel Vineyard. Denominación de Origen. Russian River Valley. California, Estados Unidos de América. Calificación: 84.33 puntos. Precio: $ 573.00
Salta a la vista la extraordinaria calidad y delicioso sabor de cada uno de estos vinos,. Seis de los siete alcanzaron calificaciones superiores a los 85 puntos, lo que de acuerdo a los parámetros del Grupo Enológico Mexicano permite ubicarlos en la categoría de “muy buenos”.
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