El Grupo Enológico Mexicano tiene la costumbre de visitar periódicamente las bodegas vitivinícolas nacionales. La más reciente tuvo lugar a Viñedos Los Azteca, en el Estado de Querétaro, en lo que significó para los participantes un agradable paseo sabatino.
El deleite gastronómico dio comienzo con un almuerzo en el restaurante “Los Arcos”, próximo a la caseta de peaje de “Palmillas”, donde saboreamos gorditas de chicharrón y barbacoa, acompañando este manjar con tres tipos diferentes de vinos espumosos, obsequiados por Raymundo López Castro, Miembro de Número del Grupo Enológico Mexicano.
El primero fue Chardonnay Brut Nature Viña Doña Dolores (un monovarietal de esa cepa), sin añada, elaborado por la Bodega Freixenet de México en el municipio de Ezequiel Montes, en Querétaro. El segundo espumoso fue el Vilarnau Brut, sin añada, Denominación de Origen Cava, de esa bodega ubicada en Sant Sadurní d’Anoia, en Cataluña. Es un vino resultado del coupage propio de esta clase de vino: 50% cepa Macabeu, 35% cepa Parellada y 15% cepa Xarel-lo. El tercer espumoso fue Champagne Lanson Black Labeb, sin añada, elaborado por la casa del mismo nombre (fundada en el año 1750, lo que la hace una de las empresas más antiguas en la región de Champagne), en Reims, Francia. Es resultado de un coupage de 50% Pinot Noir, 35% Chardonnay y 15% Pinot Meunier. El maridaje de la barbacoa con estos tres espumosos ---como ya lo tenemos experimentado en repetidas ocasiones--- fue delicioso.
Luego nos dirigimos a la Hacienda los Azteca, sita en la Carretera San Juan del Río-Cadereyta kilómetro 40 + 0.4, Se trata de un lugar de acentuada vocación ecuestre, merced a la inclinación de su propietario, Jorge Ferreira, por la charrería y las artes ecuestres, Allí se ubican los viñedos que proporcionan la materia prima para elaborar los dos vinos emblemáticos de esta casa: “Pretexto “ y “Dos Viñedos”, encomiable obra enológica de Josep Anton Llaquet (dilecto amigo quien en años anteriores fungió como enólogo y director de Freixenet de México).
Fuimos recibidos por Jesús Cardoso, quien nos mostró las principales instalaciones de la Hacienda Los Azteca, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII. Donde antaño estuvo la Tienda de Raya ahora es la tienda y sala de degustación. En la capilla hay ahora una sala de proyección y reunión de visitantes. Los viñedos cubren una superficie de cuatro hectáreas, donde las viñas están regadas por el sistema de goteo.
De regreso fuimos a la sala de barricas, donde hay una cincuentena de barricas nuevas de roble americano, francés y húngaro. En ellas tiene lugar la crianza de los vinos que allí degustamos. “Pretexto” (vino artesanal orgullosamente mexicano rezan los carteles allí existentes), que es un coupage de las siguientes variedades: 40% Cabernet Sauvignon, 20% Cabernet Franc, 15% Syrah, 10% Malbec, 10% Merlot y 5% Tempranillo. El otro vino que probamos fue “Dos Viñedos”, cuyo nombre proviene del hecho de haber sido combinados vinos procedentes de Languedoc, en Francia, con vinos mexicanos. El resultado, puedo aseverarlo, es un excelente vino (como el caso de “Pretexto”), que prestigia los caldos de esta nueva bodega vitivinícola mexicana.
Después de haber visitado la Hacienda Los Azteca los participantes en este paseo enogastronómico fueron al restaurante “Nicos”, de la ciudad de Querétaro, donde eran esperados para una exquisita comida. El agasajo palatal comenzó con una copa de Chardonay Brut Nature Viña Doña Dolores, y en seguida fueron llegando los platillos de esa manducatoria: Como entrada sirvieron Tortitas de chiles Chure. La sopa fue de lentejas con nopales, y el guiso principal consistió en Chivo tapeado, un manjar, como los dos anteriores, propios de la cocina regional queretana. Para acompañar estas sabrositudes bebimos el vino tinto “Duetto” cosecha 2003.
La comida concluyó con Buñuelitos de requesón con miel de maguey y una aromática taza de café expresso.
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