Degustar un vino
es estar dispuesto y
abierto a todas
las sensaciones: ser amo
de uno mismo y
del universo: saber
degustar un vino es saber vivir
PIERRE POUPON (1917-2009)
Hoy
en día es frecuente escuchar la expresión “Los vinos del Nuevo Mundo”, cuando
se hace referencia a los caldos vínicos que no proceden de los países
tradicionalmente considerados los más importantes, tanto por su crecida
producción como por su milenario historial, ubicados la mayoría de éstos en
Europa. Si bien no se habla de “los vinos del Viejo Mundo”, cuando se hace
alusión a los caldos báquicos que son elaborados en el continente europeo, en Francia,
Italia, España, Alemania, Austria, Suiza, Portugal, Hungría, Bulgaria, Rumania
y Grecia, entre varias otras naciones del continente europeo, así como otros
países de Asia Menos, suelen ser mencionados por el nombre del país de origen,
como sello de distinción de productos de excelente calidad enológica.
En
estricto apego a la verdad podría decirse que los vinos del continente africano
igualmente forman parte de la categoría denominada del “Viejo Mundo”. Se
menciona que existen veinte naciones africanas, de las cuales Argelia,
Marruecos y Túnez son antiguos (de centenarios orígenes) e importantes
productores en el extremo septentrional de ese continente, pero también figuran
como países vitivinícolas los siguientes (que usualmente no son incluidos en la
denominación “Nuevo Mundo): Cabo Verde, Camerún, Etiopía, Kenia, Mauricio y Senegal, los cuales tienen su origen en los
cultivos agrícolas llevados desde Europa por los colonizadores, quienes
llegaron en los siglos XVIII, XIX y XX a esas tierras --antaño ignotas--, con el fin de
aprovecharse de sus cuantiosos recursos naturales.
De
la misma manera, ya es ampliamente reconocida la indudable calidad, señaladamente ostensible
en una decena de naciones vitivinicultoras, así como el crecido volumen de su producción y
la considerable cuantía de las exportaciones (como es lógico suponer hay países
de mayor producción y exportación, en la lista que a continuación aparece) que
distingue a aquellos néctares etílicos de los países del “Nuevo Mundo”, como
Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Estados
Unidos de América, México, Nueva Zelandia, Perú, Sudáfrica
y Uruguay, los cuales son considerados productos de notoria finura y delicioso
sabor. A estos vinos suele llamárseles, igualmente, del “Hemisferio Sur”,
porque salvo Canadá, Estados Unidos de América y México todos los demás son
elaborados en países de regiones australes. Curiosamente, los vinos de
Inglaterra y de Gales, cuyos orígenes se remontan a los tiempos de hegemonía de
Roma, hace veinte siglos, son incluidos en la sección “Nuevo Mundo” del libro Atlas Mundial de Vinos y Licores (Editorial
Blume. Barcelona, 1986), escrito por el autor británco Hugh Johnson.
Ahora
bien, ¿dentro de cuál categoría deben quedar incluidos los vinos de Japón
y China?. A este particular diré que en
el portal de la sommelier venezolana Susy Sánchez (del día 15 de marzo de 2011),
leí lo siguiente: “En principio, no es parte de la
cultura del japonés consumir vino habitualmente. Sin embargo, aún cuando esto
ha sido así, practican la viticultura desde remotos tiempos. En el año 1186, la única cepa nipona, la
koshu, que da vinos blancos afrutados, se cultivaba en viñedos cercanos al
monte Fuji, al sur del valle de Kofu y al oeste de Tokio. Esta región vitivinícola es aún la más
importante y las mejores viñas están plantadas en suelos volcánicos y de
gravas, en vertientes expuestas al sur. La producción anual es de casi sesenta
y cinco millones de litros”. En otro portal, éste de España (Blog de
Viniviticultura de Nacho Bueno, del 21 de mayo de 2010, queda asentado que “Aunque
según las leyendas el cultivo de la vid comenzó en Japón en el año 718, en
Katsunuma, en la región de Yamanashi, el primer caso documentado del consumo de
vino en Japón fue en el siglo XVI, cuando los misioneros jesuitas llegaron de
Portugal. San Francisco Javier llevó vino como regalo a los señores feudales de
Kyushu, y otros misioneros continuaron con esta práctica, dando lugar a que los
locales adquirieran gusto por el vino. Llamaron al vino chintashu, que combina
la palabra chinta (rojo en japonés) y shu que significado licor.
“La
regulación de la elaboración del vino comenzó en Japón con la adopción de la
cultura occidental durante la restauración Meiji, en la segunda mitad del siglo
XIX. El primer intento de producir vinos a nivel local se llevó a cabo en
Yamanashi, en 1875. Durante el primer período, se introdujo el cultivo de
variedades de uva de América. Sin embargo, experimentó un retroceso debido a
una epidemia de filoxera. Posteriormente, la demanda de vino nacional
disminuyó, aunque en todas las regiones sobrevivieron pequeños
viniviticultores. No fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial que la
elaboración del vino comenzó a crecer de nuevo. Durante la década de los 70 y
80 del siglo pasado, aumentó el consumo de vino, debido a la mejora en el
nivel de conocimientos para su elaboración, copiando los métodos occidentales,
introduciendo cepas europeas”.
Acerca de la vitivinicultura en China mencionaré que
en la página web Delicias de Baco
(Usos y costumbres del vino argentino)
leí que “Aunque algunos no lo crean, en varias regiones de China han cultivado
viñas desde hace más de cuatro mil años. Sin embargo debido a las bajas y
extremas temperaturas que se soportaban en Beijín, la producción es usaba para
licores de alta graduación, y solo fue hasta finales del s. XIX que se empezó a
producir vinos al estilo europeo. Los alquimistas chinos inventaron el brandy
-como muchas otras cosas que consumimos aún hoy en día-. Hay textos del siglo
VII d.C. que describen detalladamente su fabricación. Otro gran dato es que el
imperio chino fue el primero en crear una gran embotelladora en todo el mundo
entre los años 9 y 13 d.C. en la cual destilaban licor. A Europa llegó esta
ciencia de la destilación de la mano de los árabes (la palabra alcohol
significa al=El, kohol=Sutil) la cual los chinos usaban desde miles de años
atrás para producir perfumes y alcohol antiséptico”. Hasta aquí esa cita. Y
agrego lo siguiente: según
la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino) China es el sexto
productor de vino en el mundo, superando a Australia
Me
parece interesante consignar que en el boletín francés Vitisphere.com, del 14 de mayo de 2007, apareció publicado el
comentario de Christophe Grenaille, directivo de Diageo Chateaux and Estates Wines, quien señaló que en la
siguiente década “ la diferencia que existiría entre los vinos del “Viejo
Mundo “(Ancien Monde) y los del “Nuevo Mundo”
(Nouvelle Monde) no sería únicamente geográfica, sino tecnológica,
esencialmente basada en el nivel de tecnología utilizada tanto en la vinificación como en
la preparación del viñedo. Estarán de un lado las vinícolas que consideran
positiva la inversión en materia tecnológica, que representarán al Nuevo
Mundo, independientemente de su localización geográfica. El Viejo Mundo
estará representado por los enólogos fieles a las técnicas
tradicionales”. Hasta aquí esa cita.
Por cierto, cabe agregar que en numerosos países del “Nuevo
Mundo” ---como Argentina, Chile, Estados Unidos de América, Nueva Zelandia, Sudáfrica
y Canadá---han utilizado desde hace más de un
lustro la tapa rosca (argumentando que es un procedimiento efectivo,
más económico que el corcho tradicional, el cual brinda, además, la ventaja
de no agregar malos olores al vino. Pero no solamente estos países se sirven de
la tapa rosca. También en Francia y en
España algunas bodegas vitivinícolas emplean este sistema de
obturación de las botellas de vidrio que contienen vino.
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Entre
los mayores productores de vino en el
mundo, dentro de la categoría del “Nuevo Mundo”, figuran Estados Unidos de
América, Argentina y Chile. Los orígenes de la vitivinicultura en los Estados
Unidos de América se remontan al año 1769, cuando Fray Junípero Serra --un monje franciscano que recorrió a pie
enormes distancias de la entonces Nueva España—
llevó desde las tierras de la entonces Nueva España ---desde la Baja
California--- las primeras vides a lo
que entonces era la Alta California, perteneciente al virreinato novohispano, y
fue en la Misión de San Diego de Alcalá donde ese misionero sembró los primeros
viñedos, que años después se habrían de
propagar de manera extraordinaria en lo que hoy en día es la entidad
estadounidense más importante, por su producción de vinos de mesa..
Estados
Unidos de América es el cuarto país productor de vino en el mundo (por atrás de
Francia, Italia y España), con un volumen superior a los mil quinientos
millones de litros. El viñedo cubre una extensión de 400 mil hectáreas.
California es el estado donde es elaborada la mayor cantidad (90% del total) de
esta báquica bebida. Cabe agregar que en
años recientes quien fungiera como gobernador de esa entidad, Arnold
Schwarzenegger, decretó que septiembre fuera celebrado como el “mes del vino”,
con lo cual se incrementaron las festividades en torno a una báquica bebida,
que permitió que más de veinte millones de visitantes, anualmente, recorran
las casi mil empresas y bodegas
vitivinícolas existentes en las veinte regiones ubicadas en dicha entidad
estadounidense.
La
bodega Duck Pond Cellars fue fundada en el año 1993, y está ubicada en la parte
Norte del estado de Oregon y al E del estado de Washington. En esta degustación
evaluamos el vino Duck Pond Merlot, que en la etiqueta ostenta la D.O. Columbia
Valley y el AVA Nahluke Slope. El otro vino estadounidense evaluado fue Stag’s
Leap Petite Syrah, elaborado en la bodega Stag’s Leap Wine Cellars, fundada en
California en 1970, y es considerada como una de las más importantes de Napa
Valley.
Existen
dos versiones respecto al origen del viñedo de Argentina. Una asegura que del
entonces virreinato de la Nueva España, hoy en día México, fueron llevadas las
primeras vides a Perú, en 1551, y que de ese virreinato español, años después,
fue propagado dicho cultivo a Chile y
posteriormente a Argentina. La otra versión refiere que las cepas vinícolas
llegaron a Perú procedentes de España, para ser llevadas, algún tiempo más
tarde, a Chile y Argentina. Lo cierto es que los historiadores del vino
consignan que las primeras vides plantadas en Argentina se remontan al año
1557, fecha en que comenzó la viticultura en la población de Santiago del
Estero. En otra fuente de información leo que esa práctica fue iniciada en
1554, cuando los misioneros que propagaron el cultivo de la vid sembraron las
variedades Criolla y País, para obtener vino.
Años más, años menos, lo cierto es que ya rebasa los cuatro siglos y
medio el cultivo de las cepas viníferas en este país sudamericano.
Hoy
en día existen diversas regiones vinícolas en Argentina (en nueve Provincias: Salta,
La Rioja, Catamarca, San Juan, Córdoba, Río Negro, Neuquen y Chubut), localizadas en la franja oriental del país,
desde el Valle de Cafayate, a los veinticinco grados de latitud sur, hasta la
Patagonia, a los cuarenta grados de la misma latitud austral. La región más
importante es la de Mendoza --famosa por
sus vinos tintos---, en la zona centro occidental del país, donde hay casi
ciento cuarenta y cinco mil hectáreas (exactamente 143.764) cubiertas de viñedos.
Allí es elaborado entre el setenta y setenta y cinco del total del vino
producido en Argentina. La segunda región vitivinícola, por la importancia del
vino elaborado, es la de San Juan , cuyos vinos blancos son muy apreciados.
Aquí hay más de cincuenta mil hectáreas
de viñedos, y la producción oscila entre
el diecisiete y el veintiuno por ciento del total del vino argentino
El
viñedo de Argentina se ubica entre los 25 y los 40° de Latitud Sur. Actualmente
hay más de doscientas diez mil hectáreas
cubiertas de viñas. Las bodegas vitivinícolas suman más de mil doscientas en la
Provincia de Mendoza, donde son elaborados más de mil millones de litros de
vino anualmente. Este país del Cono Sur produce más de mil quinientos millones
de litros de vino cada año, -motivo por el cual es el quinto productor a nivel
mundial, y exporta el 10% de su producción. El Instituto Nacional de
Vitivinicultura de Argentina reportó que
en el primer trimestre del año 2007 las exportaciones de vino a los
Estados Unidos de América fueron del orden de casi diecisiete millones de
litros (exactamente 16.946.284), registrándose un considerable incremento en
comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando las exportaciones a
nuestro vecino del norte sumaron casi siete millones y medio de litros
(exactamente 7.453.187).
La
Bodega Norton remonta sus orígenes al año 1893, cuando fue establecida por
Edmund James Palmer Norton en la población de Perdriel, en la Provincia de
Mendoza. La modernización de esta empresa vitivinícola data del año 1919.
En
el panorama vinícola mundial Chile es un caso sorprendente, no sólo por la
producción de vino que cada año registra un incremento en extremo considerable,
sino también por el cuantioso volumen de exportación que, de manera tan
acentuada, año con año aumenta considerablemente.
La
antigüedad del viñedo chileno se remonta a mediados del siglo XVI, ya que fue
entonces cuando llegaron las primeras vides procedentes de Perú, las cuales a
su vez procedían del virreinato de la Nueva España, hoy en día México. Los
historiadores del vino en Chile aseveran que el sacerdote Francisco Carabantes
desembarcó, en 1548, en un punto denominado Concepción, a quinientos kilómetros
al sur de Santiago. Allí plantó vides, movido por el deseo de disponer de vino
para la celebración de las misas. Un par de años más tarde, en 1550, Francisco de Aguirre se estableció al norte
de la ciudad de Santiago, donde,
igualmente, sembró vides con la misma finalidad que animó al fraile Carabantes.
Diversas circunstancias del todo favorables
para la vitivinicultura chilena contribuyeron para que esa industria fuese
cobrando mayor relevancia al paso de los años. En 1851 fue fundada la primera
industria vinícola por Silvestre Ochagavía, y desde entonces la superficie
sembrada con viñas (en este país del Cono Sur americano, cuya extensión
territorial es un poco menor a los ochocientos mil kilómetros cuadrados,
exactamente 756.626 kilómetros cuadrados: un poco menos de la mitad de la
superficie de México) ha experimentado un considerable aumento, factor que ha
permitido que la producción de vino vaya in crescendo, año con año.
Por
su situación geográfica extraordinariamente
privilegiada, desde el punto de
vista vitivinícola ----colinda al
norte con Bolivia, desierto de Atacama de por medio; al sur con la zona de la
Antártida; al oriente con la Cordillera de los Andes; y al poniente con el
Océano Pacífico-- Chile es un país, se
dice que es el único en el mundo, que no
estuvo afectado por la plaga de la
filoxera, que arrasó los viñedos de casi
toda Europa a mediados del siglo pasado, motivo por el cual la industria del
vino tiene extraordinaria importancia. Cabe decir que Chile comenzó a exportar
vino a Europa en 1877, y en las Exposiciones
de Burdeos, en 1882; Liverpool, en 1885; y Paris, en 1889, se puso de
manifiesto la finura de estos caldos vínicos.
En
la vitivinicultura latinoamericana el caso de Chile es punto menos que sorprendente. En 1990 la
producción de vino fue de 320 millones de litros. En el año 2000 alcanzó la
cifra de 642 millones de litros. Y en 2001 fue de poco más de 545 millones de
litros. Para 2004 Chile alcanzó el lugar
número nueve, atrás de Italia, Francia, España, Estados Unidos de América,
Australia, Alemania, Portugal y Argentina, con un volumen de casi 648 millones
de litros de vino. Un año más tarde, en 2005
(de acuerdo a la información oficial de la Oficina Internacional de la
Viña y el Vino) la producción se incrementó a poco mas de 788 millones de litros,
y en 2006 subió a casi 845 millones de litros, de los cuales el 84.8%
(
poco mas de 716 millones de litros) son vinos con Denominación de Origen.
Actualmente
Chile ocupa el quinto lugar mundial como exportador de vino, por atrás de
Francia, Italia, España y Australia. De acuerdo a la página web todovinos.cl el número de hectáreas cubiertas de viñedos
asciende a casi ciento ochenta mil hectáreas. La exportación en 2006 fue de 379
millones de litros. Estados Unidos de América importa el 25% de ese volumen,
mientras que el 55% está destinado a la Unión Europea. Cabe agregar que en Chile hay de 300 a 350
bodegas vitivinícolas funcionando
actualmente.
La
Viña Ventisquero inició la producción de vinos en el año 2000, con viñedos
propios en Maipo, Casablanca, Colchagua y Leyda. La bodega se localiza en el
Valle de Maipo y allí son elaborados vinos con una treintena de etiquetas. Cabe
agregar que esta Viña Ventisquero exportó en el año 2009 más de ocho millones
de litros de vino.
La
Viña Arboleda es considerada una viña boutique, fundada en 1999 como un
proyecto personal de Eduardo Chadwick, una renombrada figura de la
vitivinicultura chilena, quien así mismo es propietario de la Viña Errazuriz,
una de las que alcanzan mayor nivel de producción y exportación en Chile.
La
producción de vino en Australia dio comienzo a finales del siglo XVIII, ya que en
el año de 1788 fueron sembradas las primeras viñas australianas, en una zona próxima a la
ciudad portuaria de Sydney. Al presente (de acuerdo a las estadísticas de 2007)
la extensión del viñedo en este país es superior a las ciento setenta mil
hectáreas, en sesenta y dos áreas vitivinícolas. En el año 2004 la producción
de vino fue de 1.375 millones de litros. En 2006 Australia era considerado el cuarto país
exportador de vino en el mundo (por detrás de Francia, Italia y España), al
comercializar en el exterior 757 millones de litros. El consumo interno
asciende a más de quinientos millones de litros cada año.De acuerdo a la Oficina
Australiana de Estadísticas (ABS), a finales de 2008 la producción de vino australiano fue de mil
doscientos millones de litros. Los tres principales importadores de vinos
australianos son: Reino Unido, Estados Unidos de América y Nueva Zelandia. De
acuerdo a la información proporcionada por el organismo denominado Australian Bureau of Statistics
“Unas 1500 bodegas se reparten un número de hectáreas de viñas plantadas que ha
duplicado (y más) su extensión en los últimos 20 años. Son 90 000 ha de uva
tinta (un 61,3% de la producción total) y 57 000 de blanca (32,2%). Desde los
años noventa a nuestros días, la producción de uva ha pasado de las 762 000 t
de 1996 a las 1 391 000 t del 2001. En cuanto a las variedades, las regiones
vinícolas de Australia comercializan unas 90 variedades diferentes, de entre
las cuales destacan Chardonnay, en
blancos y Shiraz, en tintos”.
En algún portal de internet encontré que las variedades clásicas son la
Shiraz (que es
como se denomina a la Syrah en este país y Sudáfrica), la Semillon y la
Riesling (antigua reina de los vinos blancos australianos). En los años 70
fueron introducidas otras cepas: la Cabernet Sauvignon, la Merlot, la
Chardonnay (la más abundante en la actualidad) y la Pinot Noir. No fue hasta
los años 90 cuando fueron redescubiertas la Garnacha y la Monastrell, que
responde al nombre de Mataro, y ahora están experimentando con la Tempranillo.
Por lo que concierne a la vitivinicultura en
España señalaré que en el boletín francés E-lettre
de Vitisphere, del 21 de febrero de 2012, apareció la noticia de que, de
acuerdo a las cifras proporcionadas por el Observatorio Español del Vino (OeMV),
en el año 2011 la producción de vino en Francia fue de cinco mil trescientos millones de litros, mientras que
en Italia alcanzó ---y con ello ocupó el segundo lugar mundial--- los cuatro
mil doscientos millones de litros. En España descendió a casi cuatro mil
millones. La producción de vino en otros países, considerados los más
importantes en el orbe, fue la siguiente: Estados Unidos de América: mil ochocientos
setenta millones de litros (cuarta posición mundial), Argentina: mil
cuatrocientos sesenta millones de litros. Australia: mil cincuenta millones de
litros. Chile: mil cincuenta millones de litros, y China: mil cuarenta millones
de litros.
La Bodega 4 Pasos fue fundada en 2003, en la
población de Cacabelos, en la comarca El Bierzo, perteneciente a la Provincia
de León.
Las Bodegas Valdubón remonta su origen al año
1997, y fue establecida en la población de Milagros, ubicada a unos kilómetros al sur de Aranda de
Duero y dentro de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
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La
cata “ciega” número 230 del Grupo Enológico Mexicano (estas degustaciones evaluativas
tienen lugar desde enero de 1995) se
llevó a cabo el martes 14 de mayo, en el
salón “Decanter”, del hotel St. Regis México City, la sede permanente de
estas evaluaciones organolépticas. La Mesa de Catadores estuvo integrada por
los siguientes enófilos: Patricia Amtmann, Juan Ignacio Torreblanca, Roberto
Quaas Weppen, Philippe Seguin, Gabriel Iguíniz, Darío Negrelos, Joaquín López
Negrete, Salomón Cohen, Oscar Nicanor y Miguel Guzmán Peredo.
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Las calificaciones están
basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos
vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados
“no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74
puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos
permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94
puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté
comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de
“extraordinarios”.
Los resultados fueron los
siguientes:
Vinos blancos:
1.- Arboleda Sauvignon
Blanc, cosecha 2012. 13.5% Alc. Vol. Varietal 100% Sauvignon Blanc. El 98% del
vino fue fermentado en tanques de acero inoxidable y el 2% en barricas de roble
francés, de varios usos. Denominación de Origen Aconcagua Costa. Viña Arboleda.
Chilhué, Chile. Calificación: 84.00
puntos. Precio: $ 315.00
2.- Valdubón Rueda Verdejo,
cosecha 2011. 13.0% Alc. Vol. Varietal 100% Verdejo. El 68% del vino tuvo
crianza en barrica ---francesa el 50% y
estadounidense el otro 50%--- durante 4 meses, y el restante 32% del vino en
tanques de acero inoxidable. Denominación de Origen Ribera del Duero. Bodegas
Valdubón. Milagros, Provincia de Burgos. Castilla la Vieja, España.
Calificación: 81.60 puntos. Precio: $
165.00
2.- (Empate) Penfolds Thomas Hyland Riesling, cosecha 2008. 12.0% Alc. Vol.
Varietal 100% Riesling. Crianza durante tres meses sur lies, en tanques de
acero inoxidable. Denominación de origen Adelaide. Penfolds Winery. Barossa
Valley. Southern Australia. Australia. Calificación: 81.60 puntos. Precio: $ 324.00
Vino
rosado:
4
Pasos, cosecha 2010 14.0% Alc. Vol Varietal 100% Mencía. Viñas de más de 80
años. Crianza durante dos meses en barricas de roble francés (Nevers y Allier)
y estadounidense (Missouri y Ohio). Denominación de Origen Bierzo. Bodega 4
Pasos. Cacabelos, Provincia de León, España. Calificación: 81.30 puntos. Precio: $ 189.99.
Vinos
tintos:
1.- Duck Pond Merlot,
cosecha 2009. 14.5% Alc. Vol. Coupage de 95% Merlot y 5% Cabernet Franc. Crianza
durante 10 meses en barrica estadounidense. Columbia Valley AVA Wahluke Slope. Columbia Valley,
Washington. Estados Unidos de América. Calificación: 89.50
puntos. Precio: $ 234.00
2.- Stags’Leap Petite Syrah,
cosecha 2007 14.$ Alc. Vol. Coupage de 81% Petite Syrah; 13% Syrah;
3% Garnacha; 2% Mourvedre y 1% Carignan. Viñedos de màs de 30 años. Crianza en
barrica de roble estadounidense durante 12 meses. Stag`s Leap Winery Cellars. Silverado Trail. Napa Valley, California. Estados Unidos
de América. Calificación: 88.80 puntos.
Precio: $ 899.00
3.-
Herù Pinot Noir, cosecha 2010. 14.0 % Alc. Vol. Varietal 100% Pinot Noir.
Crianza durante 12 meses en barrica de roble francés (el 25% nuevas; el 35% de
segundo uso y el restante 40% de tercer uso). Denominación de Origen Valle de Casablanca.
Viña Ventisquero. Rancagua, Chile. Calificaciòn: 84.00 puntos. Precio: $ 598.00
4.-
Finca Perdriel Colección Malbec, cosecha 2008.
14.5 % Alc, Vol. Varietal 100% Malbec. Crianza durante 12 meses en
barricas de roble francés y estadounidense , de primer y segundo uso. Más 10
meses de reposo en botella. Bodega Norton. Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina,
Calificación: 83.70 puntos. Precio: $
298.00
Los
integrantes de la Mesa de Catadores eligieron “mejor etiqueta”, en el caso de
los vinos blancos, la del vino Arboleda, de Chile. De los tintos, la del vino
“Herú”, también de Chile.
Una
vez concluída la evaluación organoléptica saboreamos una exquisita cena,
diseñada por Guy Santoro, Chef de Cuisine del hotel St. Regis México City. El menú comprendió las
siguientes sabrositudes : Abanico de Pechuga de Pato Ahumado, Ensalada
Mixta con Frutos Secos (Eventail de Magret
de Canard Fumé, Salade Mixte aux Fruits Secs). En seguida sirvieron Gnocchi de Berenjena en Salsa de Jitomate, Pesto al Cilantro (Gnocchi
d’Aubergines en Sauce Tomate, Pistou de Coriandre). El plato principal fue Gallo al vino Tinto, Papa al Vapor,
Guarnición de la Abuela (Coq au Vin, Pommes
Vapeur, Garniture Grand-mère). El postre consistió en Esfera de Chocolate Blanco, Frutos Rojos, Sorbete de Guanábana (Sphère au Chocolat Blanc, Fruits
Rouges, Sorbet Guanabana). Los vinos elegidos para la armonización con estos
platillos fueron los siguientes: Arboleda
Sauvignon Blanc, cosecha 2012. Penfolds Thomas Hyland Riesling, cosecha 2008.
Herù Pinot Noir, cosecha 2010, y Stags’ Leap Petite Syrah, cosecha 2007.
La
armonización resultó excelente con estos cuatro caldos báquicos del “Nuevo
Mundo”, de gran calidad enológica..
guzmanperedo@hotmail.com
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