Si el alimento es la
parte corporal del
buen vivir, el vino es
su espíritu.
CLIFTON FADIMAN
(1904-1999)
La atención de los aficionados al futbol está enfocada en la
ciudad de Lisboa, la hermosa capital de Portugal, ya que mañana, sábado 24 de
mayo de 2014, se llevará a cabo el partido final de la UEFA Champions League, en
la cual los equipos españoles del Real Madrid y Atlético de Madrid disputarán,
en la urbe lisboeta, el máximo galardón del continente europeo, en lo
concerniente al futbol..
Con ese motivo considero oportuno ocuparme, brevemente, de
la cocina y de los vinos de Portugal, que tantas exquisiteces tienen para
quienes degustan dichas ambrosías. .
Muchos años antes de que Cristóbal Colón hiciera realidad su
sueño de viajar al Oriente navegando hacia el occidente, y pudiera llegar a las
Islas de la Especiería --tan preciadas
para los europeos, porque significaban un valioso condimento para sazonar sus
platillos--, los portugueses ya efectuaban navegaciones a lo largo de la costa
occidental de África, y las carabelas
lusitanas exploraban regiones más distantes.
El príncipe Enrique El Navegante (1394-1460) patrocinó los viajes de
descubrimiento de las islas Madeira, Azores y aquellos otros hacia los confines
del continente africano.
Los portugueses fueron grandes navegantes que se aventuraron a recorrer
los mares, entonces desconocidos de todos los marinos europeos, y merced a sus
osadas exploraciones náuticas llegaron a las más lejanas regiones. En el año
1434 ---casi sesenta años antes de que Cristóbal Colón emprendiese el periplo que lo habría de llevar al
descubrimiento de un mundo nuevo--- los
marinos portugueses rebasaron el punto geográfico denominado Cabo Bojador,
considerado hasta entonces el sitio más alejado de la navegación en la costa
atlántica de África, al que era posible aventurarse en aquellos mares ignotos.
“”De sus viajes de descubrimiento hacia el Oriente, África, Asia y América, los
portugueses trajeron y divulgaron por toda Europa las más diversas especias:
pimienta, jengibre, canela, así como los productos exóticos actualmente tan
corrientes en nuestra mesa, como el té, el arroz, el tomate y la patata”. Cabe
señalar que durante muchísimos años Lisboa fue
el importante centro comercial de
diversos ingredientes traídos de África (Angola), Indonesia (Timor), India
(Goa), China (Macao) y de Malasia y de Ceilán. Por otro lado, es conveniente
recordar que el idioma portugués se habla en cuatro continentes: América, Asia,
África y Europa.
Portugal, situado en el extremo sudoccidental de Europa, forma parte de
la península ibérica (constituye el 16% de ella) junto a España. Su extensión
territorial es de poco más de noventa mil kilómetros cuadrados (exactamente
92.389). Como punto de comparación diré que la extensión de Oaxaca es
ligeramente superior a la de la nación europea que ahora me ocupa. Hace muchas
centurias se le llamaba Lusitania,
nombre que proviene de la provincia romana creada por órdenes del
emperador Augusto, en el año 27 A.C. Su capital era Emerita Augusta, la actual
ciudad de Mérida, en Extremadura, España. Los habitantes de esa región eran los
lusitanos, de donde se derivó el nombre de Lusitania. Por su zona limítrofe hacia el sur y
occidente, el litoral portugués es muy extenso,
lo que ha propiciado la acentuada actividad pesquera desde hace muchas
centurias. Por tal motivo, son muy comunes en la gastronomía de Portugal las deliciosas caldeiradas, elaboradas con
distintos pescados. Igualmente son frecuentes los platillos a base de sardinas,
almejas y mejillones. El plato nacional es el bacalao (bacalhau), que los
pescadores lusitanos traían desde Terranova. En las guías culinarias de este
país se habla de que existen mil y un recetas para cocinar este delicioso
producto marino. Otros pescados frecuentes en la mesa nacional son la trucha,
la lamprea y el sábalo.
Me parece conveniente agregar que el
viñedo de Portugal se remonta al siglo VII A.C., cuando los fenicios propagaron
el viñedo hacia la península ibérica. Ya en el siglo primero de nuestra era los vinos de Lusitania
habían alcanzado señalado prestigio. El historiador griego Estrabón los
elogiaba por su espléndida calidad, ya que los comerciantes romanos los daban a
conocer en todos los rincones del imperio de Roma. Más todavía, en el siglo XII
se registraba considerable exportación de los vinos de Portugal hacia
Inglaterra, que ya desde entonces manifestaba una singular preferencia hacia
los vinos lusitanos.
Siglos más tarde serían también los ingleses los que contribuyeron
notoriamente a dar a conocer al mundo la extraordinaria calidad de los vinos de
Oporto y de Madeira, dos gemas etílicas dentro de la categoría de los vinos
generosos o fortificados. Portugal es,
hoy en día, el séptimo país del mundo por la extensión de sus viñedos (poco
menos de 300.000 hectáreas), y el número siete u ocho en el orbe por el volumen
de su producción de vino, la cual es estimada en poco menos de setecientos millones de litros. Se calcula que el consumo anual per cápita de
vino en Portugal es de aproximadamente cuarenta litros.
En Portugal existen 55 Denominaciones de Origen, y se habla de que hay casi
quinientas variedades autóctonas de
uvas. Las cepas tintas más ampliamente utilizadas son las siguientes: Trincadeira
Petra, Aragonés (esta variedad recibe el nombre de Tempranillo en España),
Periquita, Alicante Bouchet, Touriga Roriz y la Touriga Nacional. Esta variedad
de uva es la más sembrada para el Oporto. Es prudente señalar que recientemente
se han introducido las variedades Cabernet Sauvignon y Syrah, Las cepas blancas
más empleadas son las siguientes: Roupeiro, Arinto, Perrum y Fernao Pires. Me parece importante agregar que Portugal fue
el segundo país en el mundo en crear el sistema de la Denominación de Origen,
la Regiao Demarcada, establecida
en 1756. Italia fue el primero en poner en funcionamiento esta clasificación,
en el primer tercio del siglo XVIII, en el área geográfica de Chianti.
Una de las cuatro categorías de vinos existentes (“tranquilos” o naturales,
espumosos, aromáticos y generosos), aquella de los vinos llamados de tres
maneras diferentes: “encabezados”, generosos y “fortificados”, está
representada de manera sobresaliente por el Oporto, de Portugal. Este vino
recibe los nombres líneas arriba mencionados en virtud de que en algún momento
del proceso de la fermentación, antes de que la acción de las levaduras haya
transformado por completo el azúcar del mosto en alcohol, ese jugo, que aún no es vino, es depositado en barricas
que contienen brandy --usualmente es una
proporción de veinte por ciento de aguardiente por ochenta por ciento de ese
mosto en proceso de convertirse en vino--, lo que de inmediato detiene la
fermentación. De esta manera ese vino, llamado “generoso” por el porcentaje etílico
que tiene, alcanzará un grado alcohólico de veinte a veintidós, a diferencia de los doce o catorce
grados de un vino “tranquilo”, como es el caso de un blanco, un rosado o un
tinto.
Oporto es la palabra castellana con que cual designamos
ese delicioso néctar etílico lusitano. El vocablo Oporto significa literalmente
“el puerto”, y hace alusión a la ciudad portuaria del norte de Portugal,
llamada por sus habitantes Porto. De la misma manera como el vino espumoso por
excelencia, el Champagne, tomó su nombre de la homónima región francesa de la
cual procede, así también ocurrió con ese vino “fortificado” portugués,
conocido en los países angloparlantes con el nombre de Porto.
El área de producción de este vino en extremo delicioso
fue delimitada en 1756, hace casi doscientos cincuenta años (se trata de una de
las Denominaciones de Origen de mayor antigüedad en el mundo), pero ya
veintidós años antes de esa fecha, en 1734, había dado comienzo el sistema de
clasificar las cosechas, de acuerdo a lo que para los productores eran añadas
buenas, regulares o mediocres, según hubiesen sido las condiciones
climatológicas de cada año en particular.
Ya desde el siglo XIX se dieron cuenta los productores de
esta clase especial de vinos que los
“generosos”, como el Oporto y el Madeira, ambos de Portugal; el Jerez,
el Málaga y el Montilla-Moriles, de España; y el Marsala, de Italia, maduran y
envejecen (la palabra envejecimiento no
tiene, en este caso, un sentido peyorativo, sino todo lo contrario, significa
la afinación y mejoramiento de sus cualidades vínicas) en forma más armoniosa
que aquellos similares que son puestos a añejar en botella. El resultado final
de ese dilatado tiempo en la barrica es un vino de extraordinaria calidad y
sabor, que puede ser guardado, en las condiciones idóneas, por un tiempo muy
prolongado, que puede llegar a ser hasta de cien años, y en ocasiones
especiales más, cuando se trata de
Oportos “Vintage” (la palabra portuguesa para designar esta clase excepcional
de vinos es “Colheita” , que significa vendimia), aquellos que son elaborados
con uvas obtenidas de una sola vendimia, los cuales pasan por lo menos siete
años en barrica. Algunos Oportos reposan mayor número de años, con el fin de
alcanzar características extraordinarias. Cabe decir que la producción de este
tipo especial de vino representa apenas el dos o tres por ciento de todo el
Oporto producido. He leído que otro autor señala que se trata únicamente del
medio por ciento del Oporto elaborado.
Existen más de noventa diferentes variedades de uvas cuya
utilización está permitida por la ley de
Portugal. Cinco de esas cepas son consideradas de señalada calidad para los
Oportos tintos; Touriga Nacional, Tinta Roriz, Tinta Barroca, Tinto Cao y
Touriga Francesa. Para los Oportos blancos las mejores variedades de uvas son las siguientes: Viosinho, Malvasia Fina,
Gouveio, Cedega y Rabigato.
En el blog Los vinos del mundo aparece que “El
oporto fue el primer vino del mundo cuyo proceso de elaboración fue sometido a
una reglamentación entre 1758 y 1761. El objetivo de esta
reglamentación era poner freno a los abusos de ciertos compradores ingleses y
fue clave en la historia de éxito del oporto, cuyo viñedo es todavía el más
reglamentado del mundo. Cuando son recién elaborados, todos los oportos son
“ruby”. Envejecidos en pipas durante varios años, pierden color y se convierten
en “tawny”. En la categoría Ruby tenemos : Ruby: Oporto tinto sometido a
un proceso envejecimiento de 3 años en pipa.
Late Bottled Vintage, o LBV: Oporto de añada, envejecido en pipa durante un período de 4 a 6 años.
Crusted: Mezcla de oportos que tienen más de 4 años de guarda en botella. Al no haber sido filtrados antes del embotellado, presentan un sedimento (“crust” en inglés).
Single quinta: Oporto de añada procedente de una sóla finca, con un envejecimiento de 2 años en pipa.
Vintage: Oporto de una añada excepcional. Se declara un “vintage” 2 años después de la vendimia, cuando el oporto mejora y presenta todas las características necesarias para tener un largo potencial de guarda en botella.
“En la categoría Tawny: Tawny: Oporto envejecido en pipa durante 5 años y que ha perdido su color"ruby".
Viejos tawnies: “Tawnies” de 10 años, 20 años, 30 años, 40 años de edad. Estos nombres se refieren siempre a una combinación de tawnies añejos, y su edad corresponde a la media de edad de cada uno de sus componentes. La mezcla contiene, por tanto, “tawnies” más jóvenes y “tawnies” más añejos, en diferentes proporciones.
Colheita tawnies: “Tawnies” que han sido elaborados de una sóla cosecha envejecida en pipa, desde la fecha que figura en la etiqueta (al menos 7 años).
El oporto blanco (Porto Branco): Se produce con cepas blancas y su proceso de elaboración es complejo. El oporto blanco puede ser muy seco cuando el encabezado es tardío, pero generalmente es dulce”. Hasta aquí esa cita.
Late Bottled Vintage, o LBV: Oporto de añada, envejecido en pipa durante un período de 4 a 6 años.
Crusted: Mezcla de oportos que tienen más de 4 años de guarda en botella. Al no haber sido filtrados antes del embotellado, presentan un sedimento (“crust” en inglés).
Single quinta: Oporto de añada procedente de una sóla finca, con un envejecimiento de 2 años en pipa.
Vintage: Oporto de una añada excepcional. Se declara un “vintage” 2 años después de la vendimia, cuando el oporto mejora y presenta todas las características necesarias para tener un largo potencial de guarda en botella.
“En la categoría Tawny: Tawny: Oporto envejecido en pipa durante 5 años y que ha perdido su color"ruby".
Viejos tawnies: “Tawnies” de 10 años, 20 años, 30 años, 40 años de edad. Estos nombres se refieren siempre a una combinación de tawnies añejos, y su edad corresponde a la media de edad de cada uno de sus componentes. La mezcla contiene, por tanto, “tawnies” más jóvenes y “tawnies” más añejos, en diferentes proporciones.
Colheita tawnies: “Tawnies” que han sido elaborados de una sóla cosecha envejecida en pipa, desde la fecha que figura en la etiqueta (al menos 7 años).
El oporto blanco (Porto Branco): Se produce con cepas blancas y su proceso de elaboración es complejo. El oporto blanco puede ser muy seco cuando el encabezado es tardío, pero generalmente es dulce”. Hasta aquí esa cita.
Hablando en términos generales se menciona que hay
varios tipos de Oporto: el White y el Ruby y el
Tawny. El Oporto White puede ser dulce o
seco. El Ruby, el menos caro, es una mezcla de vinos de diferentes cosechas, el
cual reposa de dos a tres años en tanques de acero inoxidable antes de ser
embotellado. El Oporto Tawny reposa varios años en barrica, y adquiere
tonalidad dorada, muy apreciada por los conocedores. El Aged Tawny es considerado el mejor de esta
categoría.
Es muy probable que el lector se pregunte por qué razón
estos vinos llevan nombres en lengua inglesa. La explicación es muy sencilla.
Fueron los comerciantes en vinos de
Inglaterra quienes contribuyeron a que el Oporto, el Jerez y el Madeira fuesen
ampliamente conocidos, degustados y apreciados en Gran Bretaña, y en muchos
otros países de Europa continental. A
ellos, a los habitantes del Reino Unido, se debe el renombre que por doquier
gozan actualmente esos elíxires etílicos, al grado de que por muchísimos
años --hablando concretamente del
Oporto— se decía que éste era “el vino de los ingleses” . Hoy en día se
empieza a decir que el Oporto es “el
vino de los estadounidenses”, ya que en este país, Estados Unidos de América,
existe una franca preferencia por saborear el Oporto, en sus varios tipos, lo
que se pone de manifiesto en la comercialización de casi cuatro millones de botellas de
Oporto, que cada año llegan al vecino país del norte.
En alguna información reciente acerca de estos vinos leí
que a pesar de su reducida extensión, es
el sexto país del mundo -después de Italia, Francia, España, Argentina y la
antigua URSS- por la cantidad de vino
producido y ocupa el tercer puesto en la producción de vinos encabezados. Se
discute mucho acerca de quiénes introdujeron la vid en Portugal. Unos dicen que
vino de las Galias con la colonización romana y otros afirman que fue traído
por los griegos y fenicios que, desde la más remota antigüedad, en el siglo VII
a.C., navegaban a lo largo de las costas donde habían fundado numerosas
factorías. En todo caso, la Lusitania romana fue famosa por sus vinos y
aceites, ya que la viña y el olivo son dos cultivos que coexisten bien sobre el
mismo terreno.
En la misma fuente de información mencionada párrafos
arriba encontré una interesante referencia acerca del vino de Madeira, que a la
letra asienta: “Madeira es una isla portuguesa situada a 600 km al oeste de
Casablanca, en el océano Atlántico. Madeira da nombre al único vino del mundo
que se produce en un horno. La cocción confiere aromas a tostados a un vino que
originalmente es muy ácido, lo cual permite además su conservación por muy
largo tiempo. Madeira fue una escala para el aprovisionamiento de agua de la
flota mercante inglesa, cuyos marinos se iniciaron rápidamente en el comercio
de los vinos locales. El vino de Madeira se volvió, entonces, un artículo
habitual de las flotas mercantes que navegaban alrededor del mundo. Por azar,
algunas barricas de vino de Madeira no vendidas volvieron a su lugar de origen.
Los viticultores descubrieron entonces un fenómeno extraño: las altas
temperaturas sufridas por los vinos durante el viaje los habían mejorado
notablemente. A partir de este instante, se comenzó a experimentar con los
vinos, sometiéndolos a un calentamiento ya fuera en hornos o a través de
conductos a alta temperatura inmersos en las cubas. Esta práctica continua
hasta nuestros días y se denomina "estufagem" (de la palabra
portuguesa estufa)”.
Cabe agregar, para concluir con esta información que en el
documento titulado Historia del Vino de Portugal, publicado en ese país, el 19
de agosto de 2012, queda asentado que Portugal posee más de 250.000 hectáreas
de viñedo (el quinto país en superfìcie), aunque apenas produce una media de
7.000.000 de hectolitros anuales, lo que no le basta para figurar entre los
diez primeros productores”
”
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