Los ampelógrafos, nombre que reciben los científicos quienes se
encargan de identificar y clasificar las diversas variedades de la vid (Vitis
vinífera), han manifestado que existen más de diez mil variedades
---igualmente denominadas cepas y vidueños--- en todo el mundo. En el portal www.videsyvinos.com leo que
“Durante la era terciaria, en el período cretácico,
aparecieron las plantas sobre la faz de la tierra y con ellas, las vides.
Estas plantas antiguas eran muy diferentes a la vid cultivada que conocemos
hoy. Su forma era la de verdaderas enredaderas que trepaban a los árboles,
dejando caer sus lianas. En la era cuaternaria, cuando el hombre apareció
sobre la tierra, se encontró con esta vid silvestre que lo atrajo con la
delicia de sus frutos. Y que cuando el hombre dejó de ser nómada, para transformarse en sedentario, comenzó a
domesticar animales y plantas, y fue a partir de entonces que la vid inició
su evolución de Vitis
silvestris (vid silvestre) a Vitis vinífera
sativa
(vid cultivada).”
Me parece conveniente agregar que
existen unas cincuenta especies del género botánico denominado Vitis, y que en este mismo género
están comprendidas ---junto a la Vitis
vinífera--- la Vitis rupestirs,
la Vitis aestivalis. La Vitis riparia, y la Vitis
labrusca.
Se tiene conocimiento que el cultivo
de la vid, en sus más remotos orígenes, comenzó en la zona llamada
Transcaucasia, ubicada entre el Mar Caspio y el Mar Negro, donde actualmente
se hallan Georgia (en el idioma de este país el vocablo que designa al producto
de la fermentación del jugo de la uva es Gvino) y Armenia. Desde estos
lugares se propagó ese cultivo hacia otras áreas de Occidente, donde prosperó
y se tornó intensivo. Y se considera que fue Sumeria, al sur de Babilonia, el
primer país donde el cultivo de la vid alcanzó un notable desarrollo.
De ese amplísimo número de variedades (algunos hacen que esa cifra se incremente
hasta veinte mil, pero conviene tener en cuenta que en este crecido número
seguramente están comprendidos los sinónimos de infinidad de cepas, y por
ello el número es muy grande) una de
ellas entraña una historia en verdad curiosa: la Syrah, también llamada
Shiraz. Se trata de una cepa tinta, la cual (según leo en el boletín de la
Asociación Dominicana de Sommeliers, publicado el 25 de septiembre de 2013)
“tiene otros nombres: Candive Noir, Entournerein,
Hermitage, Hignin Noir, Petite Syrah, Plan de la Biaune, Schiraz, Serine,
Seräne, Shiraz, Sirac, Sirah y Syra.
Es un dato importante saber que el nombre de Syrah proviene de las zonas
frías de Francia y la denominación de Shiraz proviene de las zonas cálidas de
Australia. Hay muchas controversias con respecto al origen de esta uva. Hay
quien dice que es originaria de la ciudad persa de Shiraz, desde donde fue
llevada a Galia (antigua Francia). Otros piensan que es originaria de la
ciudad de Siracusa, en la isla Italiana de Sicilia. Se encuentra una
plantación de esta uva en el centro y sur de Francia, lo que hace pensar que
su origen es el Ródano. Esta variedad fue llevada a Australia, donde es
llamada Shiraz. También se cultiva en Chile, EEUU, Argentina; Italia, España,
Venezuela, Perú, México, Sudáfrica, Brasil”. Hasta aquí esta cita..
Esa prudente señalar que en el blog
que lleva por título Por el placer del
Vino apareció publicado, el 30 de mayo de 2013, un breve texto acerca de
esta variedad de Vitis vinífera, el cual asienta lo siguiente: “A lo largo de
la historia de la uva y el vino, se han generado muchos mitos que debido a
que se repiten mucho o se dicen con mucha seguridad, se termina considerándolos como
realidades. Uno de estos mitos es el origen de la uva Syrah. Me
ha tocado asistir a pláticas por enólogos, sommeliers y apasionados del vino
en donde se maneja que el origen de esta uva es Shiraz, Persia (hoy Irán),
Siracusa, Sicilia, Italia, o la Isla de Saria, Grecia. Además de la
similitud del nombre de estos lugares con el nombre de la uva Syrah, no
existen evidencias históricas documentales o ampelográficas (características
morfológicas de la uva y la vid) sobre la presencia de esta uva en estas
localidades. Por otro lado, se tienen documentos que describen la
presencia de la uva Syrah desde hace varios siglos en Francia. Hasta
antes de 1950, la uva Syrah era utilizada en general para producir vinos
locales con poca exposición en los mercados internacionales. En 1958
solo había 3,000 hectáreas de esta uva en Francia, pero debido a su reciente
popularidad, ahora se han plantado cerca de 100,000 hectáreas”.
En otra fuente de información (el boletín Vinamigos, del 2 de marzo de 2014 )
apareció un texto de Natalia López Mota, donde señala que “Las dos formas más comunes en las que conocemos esta
variedad son Syrah y Shiraz. Syrah mayoritariamente usado en Francia, resto
de Europa, Argentina, Chile y Estados Unidos. Shiraz mayoritariamente usado
en Australia y Nueva Zelanda. Otros nombres menos comunes con los que se le
puede encontrar pueden ser Schiras, Sirac, Syra, Syrac, Serine, Sereine,
Antourenein Noir, Balsamina, Candive, Entournerein, Hignin Noir, Marsanne
Noir y Hermitage. Este último,
nombre de una denominación de origen protegida muy renombrada de
Francia, ubicada en la zona de la que proviene esta variedad. Este nombre lo
usó Australia como nombre de la variedad hasta los años ochenta, cuando el
nominarla de esta forma comenzó a causar problemas al querer exportar. Por
muchos años se pensó que la uva era originaria de Persia (ahora Irán) de una
ciudad llamada Shiraz. A partir de varios estudios ahora se sabe que esta
variedad es originaria de Francia del Valle
de Ródano (Côtes-du-Rhône), y a partir de pruebas de DNA sabemos que
sus padres son la variedad tinta Dureza y la variedad blanca Mondeuse Blanche”.
Ahora bien, los enófilos de todo el orbe
están de acuerdo en que los vinos elaborados con la cepa Syrah se
caracterizan por su color rubí, rojo intenso, con tonalidades de color frambuesa. A la olfacción
se distinguen por sus aromas frutales ---ciruelas, zarzamoras, frambuesas,
cerezas, grosellas---, así como notas florales y especiadas. A la boca son
vinos de muy buen cuerpo, carnosos, bien estructurados,
Como curiosidad enológica acerca de los vinos más
caros del mundo señalaré que en el portal Cocina
y Vino.net apareció una nota de los cinco vinos de mayor precio. En ella
queda registrado que una botella de vino elaborado en Australia, con la cepa
Shiraz, figura al lado de otros cuatro vinos franceses, de Burdeos. La
información consigna que “La botella
de vino más costosa de la
historia fue una de Château
Lafitte, cosechada en 1787, según la revista económica Forbes. Su valor es de $156.450
dólares. Se piensa que perteneció a Thomas
Jefferson. En segundo lugar está Château d'Yquem, cosecha 1787, valuada en $100.000 dólares. Es
de una viña ubicada en Burdeos, Francia. Está elaborado con Chenin Blanc y es dulce. El tercer puesto lo ocupa el Penfolds Grange Hermitage, de la
cosecha 1951, cuyo costo es de $50.200 dólares. Este vino fue el experimento
del productor Max Schubert y colocó al Syrah australiano en el mapa vinícola. El cuarto vino más
caro del mundo es el Cheval
Blanc. Concretamente la botella cosecha 1947, de 750 ml, fue vendida
en 33.781 dólares. El último, pero no por ello mucho más barato, es el Château Mouton-Rothschild. La
botella, cosecha 1945, costó $28.750 dólares”.
Con el deseo de conocer un poco más acerca de ese
vino Shiraz de Australia, tan costoso, visité la pagina titulada The Trenders, del 9 de mayo de 2013,
donde leí que “El vino Penfolds Grange
Hermitage es sin ninguna duda el referente de los vinos australianos, y
también el más caro, con algunas de sus botellas subastada por más de 30.000
euros (suma equivalente a quinientos cuarenta mil pesos mexicanos). En la
Región de Barossa, una de las zonas vitivinícolas más prestigiosas del
sur de Australia, y gracias al Enólogo Max Schubert se elaboró en 1951
el primer Penfolds Grange Hermitage, compuesto predominantemente de uva de Shiraz y, por
lo general, un pequeño porcentaje de Cabernet Sauvignon (14%). Se convierte en un vino con gran
carga de color, aromas complejos y poderosa expresión en boca. Del cual se
hacen entre 80 mil y 110 mil botellas anuales. El resultado son vinos
potentes y exóticos”.
Ahora que me ocupo de mencionar diversos pormenores
de la cepa Syrah (o Shiraz) recuerdo muy gratamente que el día 23 de febrero
de 2005 el Grupo Enológico Mexicano llevó a cabo una ceremonia, en el salón
“Terraza”, en el restaurante Hacienda de los Morales, para galardonar a la
empresa Casa Madero Esa fue la
primera ocasión ---y hasta la fecha la
única--- que ese grupo de enófilos premia a una vitivinícola nacional, y la primera que otorgó la presea denominada
“Racimo de Platino”, que fue entregada a José Milmo Garza-Madero, Director General
de la compañía que ostenta la distinción de haber sido (por el hecho de que
su fundación, en Parras, Coahuila, se remonta al año 1597) la primera bodega vitivinícola del
continente americano..
Para
José Milmo ese reconocimiento fue la culminación de décadas de inversiones en
viñedos y en bodega, lo que hasta ese
momento tenía como resultado haber obtenido 127 medallas de oro, plata
y bronce en prestigiosas competencias internacionales, a más de numerosos
Reconocimientos y Diplomas que, en su momento, le fueron otorgados a Casa
Madero, por la excelente calidad de sus vinos. Y conviene agregar que merced
a la notoria calidad de esos vinos esta empresa exportaba, en aquellos días,
más del 80% de su producción y sus vinos se hallaban presentes en 23 países,
principalmente en el continente Europeo. Otros tres reconocimientos (hechos,
al igual que el “Racimo de Platino”, por el escultor y medallista Lorenzo
Rafael), denominados “Racimo de Oro” fueron entregados, en esa misma
ceremonia, a personal clave de Casa Madero: el viticultor Daniel Muñoz, el
enólogo Francisco Rodríguez y el director de la bodega Alfonso Cárdenas. Al recibir la presea “Racimo de Platino” José
Milmo anunció la introducción en el mercado nacional del “mejor vino que ha producido Casa Madero en
sus 408 años de existencia: El Gran
Reserva Casa Grande Shiraz, cosecha 2001”, del cual únicamente se
elaboraron 1,000 cajas.
Concluyo
diciendo que José Milmo, fallecido el 22 de diciembre de 2010, a la edad de
72 años, fue un dilecto amigo mío, de
imperecedera memoria, a quien ahora recuerdo en estas líneas.Principio
del formulario
|
La
cata “ciega” número 246 del Grupo Enológico Mexicano se llevó a cabo el
jueves 27 de noviembre, y en esa degustación fueron analizados sensorialmente
ocho vinos elaborados en México con la variedad Syrah (en realidad fueron siete vinos
mexicanos, ya que uno de los catadores llevó un vino elaborado en Australia).
La
Mesa de Catadores estuvo integrada por
los siguientes enófilos:
Patricia
Amtmann, Juan Ignacio Torreblanca, Joaquín López Negrete Amtmann,
Rafael Fernández, Philippe Seguin, Mauricio Romero, y Miguel Guzmán Peredo.
En
estas degustaciones analíticas, en las cuales los catadores ignoran la marca
y la procedencia de los vinos que van a degustar los enófilos que participan en esas degustaciones
sensoriales califican las características visuales, olfativas y gustativas de
cada uno de los vinos, escribiendo junto con la puntuación otorgada en cada
uno de estos tres renglones, sus comentarios respecto al color, al aroma o
bouquet y al sabor de cada uno de los vinos sometidos al examen organoléptico
de los miembros de la Mesa de Catadores que en esa ocasión participaron en
dicha degustación. Una vez fueron analizadas esas características
sensoriales, y que se tiene inmediato conocimiento de cuál fue la
calificación alcanzada por cada vino (momento éste en el que son descubiertas
las botellas y se conoce de qué vino se trata en cada caso), cada
catador formula en voz alta sus propios comentarios, con la finalidad
de escuchar las opiniones de los restantes catadores, enriqueciéndose, de
esta manera, el imparcial juicio emitido por cada uno de esos enófilos.
Las calificaciones están
basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos
vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados
“no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los
74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84
puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y
los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación
esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la
categoría de “extraordinarios”.
Los
resultados fueron los siguientes:
1.-
Tierra Adentro Syrah. Cosecha 2011. Monovarietal 100% Syrah. 13.6% Alc. Vol.
Crianza de doce meses en barrica de roble francés ( el 75% del vino) y 25%
estadounidense el 25% restante. Campo Real Vinícola. Trancoso, Zacatecas.
Calificación: 87.00 puntos Precio: $ 430.00 (Aportación de Mauricio Romero Gatica)
2.-
Balché 2012 Syrah, cosecha 2008. Monovarietal 100% Syrah. 13.8% Alc. Vol.
Crianza de 24 meses en barrica de roble francés de primer uso. Edición
limitada a 6.200 botellas. Bodega Barón Balché. Valle de Guadalupe, Ensenada.
Baja California. Calificación: 86.71
puntos. Precio: $ 2.228.00
(Aportación de Patricia Amtmann)
3.- McWilliam’s
Hanwood Estates Shiraz, cosecha 2008. Monovarietal
100% Shiraz. 13.5% Alc. Vol. Sin información de la crianza. Elaborado por la
bodega McWilliam’s Hanwood Estates, South Eastern Australia,
Calificación: 85.14 puntos. Precio: $
222.0.00. (Aportación de Philippe Seguin)
4.- Casa Grande Gran
Reserva Shiraz. Cosecha 2010. Monovarietal 100% Shiraz. 13.90 % Alc. Vol.
Crianza de 24 a 26 meses
en barricas roble estadounidense y de Europa del Este.. Casa Madero.
Parras, Coahuila. Calificación: 84.43 puntos Precio: $ 400.00 (Aportación de Joaquín López Negrete
Amtmann)
5.- Casa
Grande Parras Estate Shiraz Reserva Especial. Cosecha 2001. Monovarietal 100%
Shiraz. 13.90 % Alc. Vol. Crianza de 24 a 26 meses en barricas nuevas de roble
estadounidense. Casa
Madero. Parras, Coahuila. Calificación: 84.28
puntos Precio: $ 705. 00
(Aportación de Miguel Guzmán Peredo)
5.-
(Empate) Syrah Las
Nubes. Cosecha 2012. Monovarietal 100% Syrah. 13.9% Alc. Vol. Crianza de doce
meses en barricas francesas y estadounidenses. Bodegas y Viñedos Las Nubes.
Ensenada, Baja California, Calificación: 84.28 puntos.
Precio; $ 577.00 (Aportación de Patricia Amtmann).
6.- Casa Grande Reserva Cabernet Sauvignon-Syrah,
cosecha 2010. Coupage de 70% Cabernet Sauvignon y
30% Shiraz. 13.9 % Alc. Vol. Añejamiento en barrica nueva por 12 meses y 12 meses en barricas de
segundo uso, de Francia, Europa del este y Estados Unidos de América. Guarda
de un año en botella. Casa Madero.
Parras, Coahuila. Calificación: 83.86 puntos Precio: $ 450.00
(Aportación de Juan Ignacio
Torreblanca)
7.- Syrah Vino de la Reina. Cosecha 2011.
Monovarietal 100% Syrah. Crianza de 14 meses en barrica francesa. Viñedos de
la Reina. Tijuana, Baja California. Calificación: 83.00 puntos. Precio $ 450.00 (Aportación de Rafael Fernández Flores):
Los
catadores allí presentes eligieron “mejor etiqueta” la del vino Casa Grande
Reserva Cabernet Sauvignon-Syrah, cosecha 2010, de Casa Madero..
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