viernes, 30 de mayo de 2014

LA CEPA CABERNET SAUVIGNON



Prohibirle a la humanidad el consumo de vino
equivale a inducirle a que consuma bebidas nocivas.
La mejor defensa contra el alcoholismo será el uso
de la bebida natural, el vino, que alimenta y es
restaurador de la salud, a la vez que fuente de vigor
y de alegría.
GEORGES PORTMAN (1890-1986)

La vid es la planta cuyo fruto son las uvas, las cuales se dividen, en términos generales, en dos clases principales: aquellas apropiadas para elaborar vino, y las que son degustadas como alimento. Dice José Juan de Blas, en su libro El Vino y la Mesa, que “todas las vides pertenecen a un mismo género llamado Vitis; y que éste se divide en especies. Las vides europeas son de la especie denominada vinifera, que es la que produce buenos vinos. En América existen varias especies: rupestris, riparia, berlandieri, entre otras, las cuales son utilizadas como portainjertos”.

El nombre científico de la vid es Vitis vinífera. La primera parte de este nombre corresponde al género, el cual siempre es escrito con mayúscula (Vitis), y la otra parte del nombre denomina a la especie (vinífera), que invariablemente es escrito con minúscula. Los estudiosos de la viticultura ----el cultivo de las uvas--- señalan que existen descritas más de 800 especies, pertenecientes a la Familia Vitaceae.

En la obra La Cultura del Vino en México, escrita por Ángel Morales. (Ediciones Castillo. Monterrey, Nuevo León, 1980), leo lo siguiente: “La Vitis vinifera es originaria de las regiones cercanas a los mares Caspio y Negro, en Asia Menor, y de ella se han derivado más de seis mil variedades diferentes (también llamadas cepas o vidueños, agrego yo),  cuyas plantaciones comerciales producen las uvas para mesa, vino y pasas, que consumimos en la actualidad”.

En el portal  www.videsyvinos.com apareció un interesante artículo acerca de la vid y su historia, del cual ahora transcribo los siguientes párrafos: “Durante la era terciaria, en el período cretácico, aparecieron las plantas sobre la faz de la tierra y con ellas, las vides. Estas plantas antiguas eran muy diferentes a la vid cultivada que conocemos hoy. Su forma era la de verdaderas enredaderas que trepaban a los árboles, dejando caer sus lianas. En la era cuaternaria, cuando el hombre apareció sobre la tierra, se encontró con esta vid silvestre que lo atrajo con la delicia de sus frutos. Cuando el hombre dejó de ser nómada para transformarse en sedentario, comenzó a domesticar animales y plantas, y fue a partir de entonces que la vid inició su evolución de Vitis silvestris (vid silvestre) a Vitis vinífera sativa (vid cultivada). El origen de la vid cultivada, Vitis vinifera, se produjo en la región de la Transcaucasia, entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Desde allí, fue difundida hacia el occidente”. Hasta aquí esa cita.   

De ese crecidísimo número de distintas variedades de uvas (más de seis mil, como ya anoté, si bien no faltan investigadores que mencionan que “el número de variedades de vid cultivadas en el mundo se sitúa entre 10.000 y 20.000, en su gran mayoría pertenecen a la Vitis vinífera”),  los viticultores dedicados a la tarea de producir racimos de uvas para elaborar vinos, señalan que únicamente unas doscientas cincuenta, en todo el mundo, son las más apropiadas para elaborar vinos de buena calidad. Por su parte, el renombrado enólogo británico Michael Broadvent asienta que los grandes vinos “los de calidad y características gustativas excepcionales, distintivas y refinadas, proceden de un grupo limitado de vidueños nobles, entre los que destacan cuatro variedades: Cabernet Sauvignon y Pinot Noir,  uvas negras o tintas, y Riesling y Chardonnay, uvas blancas”.

A continuación enfocaré mi atención a la variedad Cabernet Sauvignon, también llamada Petit Cabernet y Petit Bouchet, la cual ocupa el primer lugar de las uvas finas más idóneas para producir los vinos tintos más afamados  (se ha dicho que la variedad Cabernet Sauvignon es la reina de las uvas negras, y que la variedad Chardonnay es la reina de las uvas blancas). Esa cepa, Cabernet Sauvignon, es utilizada ampliamente en la región vitivinícola de Burdeos, en Francia, junto con  otras dos variedades: Merlot y Cabernet Franc, para hacer un “coupage” (palabra francesa que tiene el significado de mezcla, mixtura y también combinación) y de esta manera elaborar vinos de finura indiscutible, de armonioso cuerpo y muy delicioso sabor.

La cepa Cabernet Sauvignon permite elaborar vinos de coloración muy intensa, muy ricos en tanino, de gran cuerpo.  Estos vinos, al envejecer  (madurar, reposar, son sinónimos del término anterior), tanto en barrica como en botella, ganan mucho en finura, aroma y sabor. Cuando son jóvenes, son afrutados , aromáticos, ligeramente herbáceos, de acentuado color rojo frambuesa y tonalidades violáceas. A este respecto la enóloga británica Serena Sutcliffe señala que “la variedad de uva Cabernet Sauvignon es una de las mejores de uva negra, y produce vinos llenos de afrutado (sic), tanino y aroma, y con un excelente equilibrio de la acidez, todos éstos son requisitos indispensables para un correcto envejecimiento. Mezclada con Cabernet Franc y Merlot produce magníficos vinos de larga vida, en Burdeos”.

The Oxford Companion to Wine ( Oxford University Press, Oxford, England, 1994) es una enciclopédica obra editada por la famosa enóloga Jancis Robinson. Allí encontré que “la uva más renombrada a nivel mundial  es la Cabernet Sauvignon, con la cual son elaborados vinos tintos de gran finura. Es originaria de Burdeos, donde invariablemente es mezclada con otras cepas. De aquí ha sido llevada tanto a otras regiones vitivinícolas de Francia como a otros países del Viejo y del Nuevo Mundo, donde ha sido mezclada. con variedades de uvas autóctonas, o bien empleada para producir vinos monovarietales. Sus orígenes más remotos permanecen en el misterio. Uno de sus nombres en el siglo XVII fue Bidure, lo que nos permite asegurar que se trata de una variedad descendiente de la cepa llamada Bitúrica por Plinio el Viejo, en el siglo I D..C., quien tomó ese nombre de la tribu de los biturigos, quienes estuvieron asentados en la región de Bordeaux desde tiempo atrás”.

.Los orígenes de la variedad Cabernet Sauvignon son bastante oscuros, y a diferencia de otras cepas, de las cuales se tiene un conocimiento más preciso, de aquella se habla que permanece en el más denso de los misterios su procedencia. En el siglo XVII se le llamaba Bidure, y así mismo Vidure, palabra que bien puede ser una corrupción de la expresión “vigne dure” (viña dura), aludiendo probablemente a la dureza de los sarmientos de esta planta. Otros nombres para designar esta cepa son los siguientes: Sauvignon Rouge, Bordeaux, Bouchet, Carbonet, Marchoupet, Lafit, Vaucluse, Carmenet, Burdeos Tinto, Castet, Cabernet Petit, Veron, Bordo, Breton, Petit Cabernet, Petit Vidure, Kaberne Sovinjon, Carboet, Carbouet, Navarre y Lafet.

No fue sino hasta fines del siglo XVIII cuando el cultivo de la variedad Cabernet Sauvignon  comenzó a incrementarse de una manera muy ostensible en el área de Burdeos, y por la clase de los vinos elaborados con esta cepa cada día se fue ampliando la extensión de los viñedos bordaleses cubiertas con uvas de este noble vidueño. Al presente, aproximadamente un ochenta por ciento de la región vitivinícola de Burdeos (la más importante de Francia, junto con Borgoña,  en lo referente a los vinos tintos) está sembrada con esta cepa. Y cabe agregar que dos de las empresas más importantes allí ubicadas: Chateau Latour y Chateau Lafite Rothschild  --ambas clasificadas como Premier Cru de Pauillac--, tienen viñedos con un ochenta por ciento de esta variedad de uva. Los vinos de esas dos marcas, de notorio prestigio en todo el mundo, si  bien son diferentes unos de otros, son muy apreciados por su deliciosa finura y acentuada posibilidad de longevidad.

Abundando en esta información, acerca de la historia de esta cepa de tan extendida utilización en todo el mundo, diré que en el libro El Pequeño Larousse de los Vinos (Editorial Larousse, México, D.F., 2007)  leo que “los ampelógrafos aseveran que el análisis de su genoma muestra que la cepa Cabernet Sauvignon, la más famosa del mundo, nació de la cruza de una Sauvignon Blanc con una Cabernet Franc.  Esta fecundación se hizo hace unos tres siglos, en algún lugar de la Gironde, en el suroeste de Francia”.

Los granos de las uvas de la variedad Cabernet Sauvignon son de tamaño pequeño. La piel (también llamada cáscara u hollejo) es gruesa y es rica en polifenoles –sustancias químicas que le confieren a los vinos hechos con este vidueño el factor agregado de resultar muy convenientes para la salud humana--. Las semillas o pepitas, situadas en la parte media de la pulpa de la uva, están cargadas de taninos.

La cepa Cabernet Sauvignon tiene la propiedad de aclimatarse con extrema facilidad en las principales regiones vitivinícolas de todo el mundo. En Francia se sirven de esta variedad principalmente en Burdeos, pero también en Provenza y Languedoc. Y por lo que respecta a otros países, se hacen “coupages” con ese vidueño en Italia, con la cepa nativa Sangiovese; en Hungría, con la variedad autóctona Kekfrancos ; en España, con la cepa Garnacha y Tempranillo. Otras naciones vinícolas que utilizan ampliamente la cepa Cabernet Sauvignon  son Rusia, Ucrania, Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica, Chile, México, Brasil, Perú, Uruguay, Bolivia, Estados Unidos de América (no sólo en California, sino también en Arizona, Texas y Washington), Bulgaria y Rumania, entre muchas.

Cabe agregar que, a juicio de Joaquín Fernández Rizo (quien en el boletín Hojas del Valle: sección “Catando letras, escribiendo vinos” --- publicado en Tijuana, Baja California--- escribió un breve texto acerca de la cepa Cabernet Sauvignon), el nombre de esa cepa  significa pimiento salvaje. A mi parecer, es más atinada la opinión de Diego Di Giacomo, autor de un interesante escrito, cuyo título es “Historias curiosas: El origen de los nombres de las uvas tintas” (publicado en el portal anb gastronomía, de San Carlos de Bariloche, Argentina, el 2 de marzo de 2013). Allí aparece que “Cabernet viene de la deformación de “cavernícola” y Sauvignon de “salvaje”. O sea, “cavernícola salvaje” o “salvaje de las cavernas”.

En el portal de Wikipedia aparece que la variedad Cabernet Sauvignon “es una cepa de origen francés, de la región vinícola de Burdeos, y una de las más reconocidas variedades de uva a nivel mundial. Se cultiva en casi todos los principales países productores de vino. Se adapta a un amplio espectro de condiciones climáticas, desde el valle Okanagan, al sur de la provincia canadiense de Columbia Británica, hasta el valle de la Becá, en Líbano. El Cabernet Sauvignon comenzó a ser reconocido internacionalmente a partir de su destacada presencia en el vino proveniente de Burdeos, donde suele utilizarse en vinos de corte con Merlot y Cabernet Franc.

“Desde Francia, la uva se diseminó por Europa y América donde se adaptó con facilidad a varios lugares como la zona vinícola estadounidense del valle de Napa, la región australiana de Coonawarra, el valle del Maipo en Chile, entre otros. Durante casi todo el siglo XX fue la variedad premium más cosechada del mundo, hasta que fue superada por el Merlot en la década de los años 90.
 
“A pesar de su destacada presencia en la industria del vino, esta uva es relativamente una nueva variedad, producto de un cruce entre el Cabernet Franc y el Sauvignon Blanc durante el siglo XVII en el suroeste de Francia. Su popularidad se atribuye a la facilidad de cultivo -las uvas tienen piel gruesa y los viñedos son resistentes a la descomposición y a las heladas- a su presentación de estructura consistente y a los sabores que expresan el típico carácter de la variedad. La familiaridad con la cepa y la facilidad de pronunciación en varios idiomas también han ayudado a divulgar los vinos Cabernet Sauvignon entre los consumidores. Sin embargo, su extendida popularidad también ha contribuido a que esta uva sea criticada como una variedad «colonizadora» que termina monopolizando regiones vineras a expensas de variedades de uva nativas. Se cultiva en Francia, sobre todo en la región vinícola de Burdeos, en Italia, en países de Europa Central (Bulgaria, Hungría, Eslovenia, entre otros), y en la región mediterránea oriental (Chipre, Grecia, Israel y Líbano). En California, Estados Unidos, el Cabernet Sauvignon ha desarrollado su característico estilo y reputación, reconocible en el mercado mundial. La producción y viñedos de esta variedad en California son similares en cantidad a los de Burdeos. En Hispanoamérica tiene fuerte presencia en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay. También se cultiva en Australia y Sudáfrica”. Hasta aquí esa cita. 

Para la cata “ciega número 242 del Grupo Enológico Mexicano, correspondiente al mes de mayo de 2014,  la cual se llevó a cabo el jueves 29 de ese mes, fueron seleccionados  nueve  vinos elaborados en nuestro país, con la cepa Cabernet Sauvignon, los cuales fueron aportados por los catadores participantes en esta evaluación sensorial. 

La Mesa de Catadores estuvo integrada esa tarde por los siguientes enófilos: Patricia Amtmann,  Mariana Fernández, Gustavo Riva Palacio, Darío Negrelos,  Rafael Fernández Flores, Mauricio Romero,  y Miguel Guzmán Peredo. 

En estas degustaciones analíticas, en las cuales los catadores ignoran la marca y la procedencia de los vinos que van a degustar  (pues únicamente tienen conocimiento del que cada uno de ellos aportó para la cata), motivo por el cual reciben el nombre de “ciegas”,  los enófilos que participan en esas degustaciones sensoriales califican las características visuales, olfativas y gustativas de cada uno de los vinos, escribiendo junto con la puntuación otorgada en cada uno de estos tres renglones, sus comentarios respecto al color, al aroma o bouquet y al sabor de cada uno de los vinos sometidos al examen organoléptico de los miembros de la Mesa de Catadores que en esa ocasión participaron en dicha degustación. Una vez que los jueces analizaron esas características sensoriales, y  que se tiene inmediato conocimiento de cuál fue la calificación alcanzada por cada vino (momento éste en el que son descubiertas las botellas y se conoce de qué vino se trata en cada caso), cada catador  formula en voz alta sus propios comentarios, con la finalidad de escuchar las opiniones de los restantes catadores, enriqueciéndose, de esta manera, el imparcial juicio emitido por cada uno de esos enófilos.

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Los resultados fueron los siguientes:

1.- Cabernet Sauvignon Xecué, cosecha 2010. 14.4% Alc. Vol. Varietal 100% Cabernet Sauvignon. Crianza de 12 meses en barrica de roble francés. Bodegas Xecué. Rancho Llano Colorado. Valle de San Vicente. Ensenada, Baja California. México. Calificación: 85.14 puntos. Precio: $ 400.00  (APORTADO POR MAURICIO ROMERO GATICA)
2.- Casa Madero Cabernet Sauvignon, cosecha 2012.   13.7 % Alc. Vol. Varietal 100% Cabernet Sauvignon. La fermentación se realizó en tanques rotatorios con levaduras seleccionadas y control de temperatura para conservar los aromas frutales; permaneció de 11 a 12 meses en barricas de roble francés y americano. Valle de Parras. Casa Madero. Parras, Coahuila, México. Calificación: 84.85 puntos. Precio: $ 220.00.  (APORTADO POR GUSTAVO RIVA PALACIO)
3.- Casa Madero Cabernet Sauvignon, cosecha 2012.   13.7 % Alc. Vol. Varietal 100% Cabernet Sauvignon. La fermentación se realizó en tanques rotatorios con levaduras seleccionadas y control de temperatura para conservar los aromas frutales; permaneció de 11 a 12 meses en barricas de roble francés y americano. Valle de Parras. Casa Madero. Parras, Coahuila, México. Calificación: 82.85   puntos. Precio: $ 220.00. (APORTADO POR PATRICIA AMTMANN)
4.-  Cabernet Sauvignon Monte Xanic, cosecha  2011. 13.5%  Alc. Vol.  Varietal 100% Cabernet Sauvignon. Crianza de 18 meses en barrica de roble francés. Bodega Monte Xanic. Valle de Guadalupe.  Ensenada, Baja California. México. Calificación: 82.00 puntos. Precio: $ 450.00    (APORTADO POR MARIANA FERNANDEZ)
5.- Cabernet Sauvignon Relieve, cosecha  2011  13.5% Alc. Vol. Varietal 100% Cabernet Sauvignon.   Crianza de siete meses en barricas  de roble americano San Antonio de las Minas. Ensenada, Baja California, México. Calificación: 78.14      puntos. Precio: $ 550.00 (APORTADO POR RAFAEL FERNANDEZ)
6.-  Cabernet Sauvignon Casa Grande,  Casa Madero, cosecha 1998. 13.5 % Alc. Vol. Varietal 100% Cabernet Sauvignon. La fermentación se realizó en tanques rotatorios con levaduras seleccionadas y control de temperatura para conservar los aromas frutales; Crianza de 11 a 12 meses en barricas nuevas de roble francés y americano. Valle de Parras. Casa Madero. Parras, Coahuila, México. Calificación: 73.85  puntos. Precio: $ 615.00. (APORTADO POR MIGUEL GUZMAN PEREDO  
7.-  Cabernet Sauvignon Ojos Negros, cosecha 2010, 13.9 %  Alc. Vol. Varietal 100% Cabernet Sauvignon. Crianza de 18 meses en barrica de roble americano.  Bodegas San Rafael. Valle de Ojos Negros. Ensenada, Baja California, México. Calificación:     70.14 puntos. Precio; $ 630.00  (APORTADO POR DARIO NEGRELOS)

Los catadores eligieron “mejor etiqueta” la del vino Cabernet Sauvignon Xecué, cosecha 2010.

Al concluir la evaluación organoléptica los catadores saboreamos una deliciosa cena degustación, preparada por la Chef Liette Castaño, propietaria del restaurante Mon Paradis: A la Maison, ubicado en la ciudad de Tequisquiapan (en el estado de Querétaro). Esas sabrositudes consistieron en los siguientes platillos, en pequeñas raciones;
Granite de tomate -Basilio (albahaca).
Pollo con tagliattelle de verduras en salsa de miel y balsámico 
Salmón en naranja con espinacas y anís estrella 
Veloute de espárragos 
Tartines de fromage(queso) con beurre ail-romarin (mantequilla ajo-Romero )
Soupe de pain con champiñón y tocino chip
Terrine de hachís parmentier
Salade Pop con vinagreta de framboise, cebolla ,papa y jamón Serrano 
Mini costilla con puré de cebolla a la canela y durazno en cardamomo 
Merengue con compota de manzana y chocolate  y
Lemon con frambuesa. 










viernes, 23 de mayo de 2014

LOS VINOS DE PORTUGAL



Si el alimento es la parte corporal del
buen vivir, el vino es su espíritu.

CLIFTON FADIMAN (1904-1999)

La atención de los aficionados al futbol está enfocada  en  la ciudad de Lisboa, la hermosa capital de Portugal, ya que mañana, sábado 24 de mayo de 2014, se llevará a cabo el partido final de la UEFA Champions League, en la cual los equipos españoles del Real Madrid y Atlético de Madrid disputarán, en la urbe lisboeta, el máximo galardón del continente europeo, en lo concerniente al futbol..

Con ese motivo considero oportuno ocuparme, brevemente, de la cocina y de los vinos de Portugal, que tantas exquisiteces tienen para quienes degustan dichas ambrosías. .

Muchos años antes de que Cristóbal Colón hiciera realidad su sueño de viajar al Oriente navegando hacia el occidente, y pudiera llegar a las Islas de la Especiería  --tan preciadas para los europeos, porque significaban un valioso condimento para sazonar sus platillos--, los portugueses ya efectuaban navegaciones a lo largo de la costa occidental de África,  y las carabelas lusitanas exploraban regiones más distantes.  El príncipe Enrique El Navegante (1394-1460) patrocinó los viajes de descubrimiento de las islas Madeira, Azores y aquellos otros hacia los confines del continente africano.

Los portugueses fueron grandes navegantes que se aventuraron a recorrer los mares, entonces desconocidos de todos los marinos europeos, y merced a sus osadas exploraciones náuticas llegaron a las más lejanas regiones. En el año 1434 ---casi sesenta años antes de que Cristóbal Colón emprendiese el  periplo que lo habría de llevar al descubrimiento de un mundo nuevo---  los marinos portugueses rebasaron el punto geográfico denominado Cabo Bojador, considerado hasta entonces el sitio más alejado de la navegación en la costa atlántica de África, al que era posible aventurarse en aquellos mares ignotos. “”De sus viajes de descubrimiento hacia el Oriente, África, Asia y América, los portugueses trajeron y divulgaron por toda Europa las más diversas especias: pimienta, jengibre, canela, así como los productos exóticos actualmente tan corrientes en nuestra mesa, como el té, el arroz, el tomate y la patata”. Cabe señalar que durante muchísimos años Lisboa fue  el  importante centro comercial de diversos ingredientes traídos de África (Angola), Indonesia (Timor), India (Goa), China (Macao) y de Malasia y de Ceilán. Por otro lado, es conveniente recordar que el idioma portugués se habla en cuatro continentes: América, Asia, África y Europa.

Portugal, situado en el extremo sudoccidental de Europa, forma parte de la península ibérica (constituye el 16% de ella) junto a España. Su extensión territorial es de poco más de noventa mil kilómetros cuadrados (exactamente 92.389). Como punto de comparación diré que la extensión de Oaxaca es ligeramente superior a la de la nación europea que ahora me ocupa. Hace muchas centurias se le llamaba Lusitania,  nombre que proviene de la provincia romana creada por órdenes del emperador Augusto, en el año 27 A.C. Su capital era Emerita Augusta, la actual ciudad de Mérida, en Extremadura, España. Los habitantes de esa región eran los lusitanos, de donde se derivó el nombre de Lusitania.  Por su zona limítrofe hacia el sur y occidente, el litoral portugués es muy extenso,  lo que ha propiciado la acentuada actividad pesquera desde hace muchas centurias. Por tal motivo, son muy comunes en la gastronomía de Portugal  las deliciosas caldeiradas, elaboradas con distintos pescados. Igualmente son frecuentes los platillos a base de sardinas, almejas y mejillones. El plato nacional es el bacalao (bacalhau), que los pescadores lusitanos traían desde Terranova. En las guías culinarias de este país se habla de que existen mil y un recetas para cocinar este delicioso producto marino. Otros pescados frecuentes en la mesa nacional son la trucha, la lamprea y el sábalo.

Me parece conveniente agregar que el viñedo de Portugal se remonta al siglo VII A.C., cuando los fenicios propagaron el viñedo hacia la península ibérica. Ya en el siglo  primero de nuestra era los vinos de Lusitania habían alcanzado señalado prestigio. El historiador griego Estrabón los elogiaba por su espléndida calidad, ya que los comerciantes romanos los daban a conocer en todos los rincones del imperio de Roma. Más todavía, en el siglo XII se registraba considerable exportación de los vinos de Portugal hacia Inglaterra, que ya desde entonces manifestaba una singular preferencia hacia los vinos lusitanos.

Siglos más tarde serían también los ingleses los que contribuyeron notoriamente a dar a conocer al mundo la extraordinaria calidad de los vinos de Oporto y de Madeira, dos gemas etílicas dentro de la categoría de los vinos generosos o fortificados.  Portugal es, hoy en día, el séptimo país del mundo por la extensión de sus viñedos (poco menos de 300.000 hectáreas), y el número siete u ocho en el orbe por el volumen de su producción de vino, la cual es estimada en poco menos de  setecientos millones de litros.  Se calcula que el consumo anual per cápita de vino en Portugal es de aproximadamente cuarenta litros.

En Portugal existen 55 Denominaciones de Origen, y se habla de que hay casi quinientas  variedades autóctonas de uvas. Las cepas tintas más ampliamente utilizadas son las siguientes: Trincadeira Petra, Aragonés (esta variedad recibe el nombre de Tempranillo en España), Periquita, Alicante Bouchet, Touriga Roriz y la Touriga Nacional. Esta variedad de uva es la más sembrada para el Oporto. Es prudente señalar que recientemente se han introducido las variedades Cabernet Sauvignon y Syrah, Las cepas blancas más empleadas son las siguientes: Roupeiro, Arinto, Perrum y Fernao Pires.  Me parece importante agregar que Portugal fue el segundo país en el mundo en crear el sistema de la Denominación de Origen, la Regiao Demarcada, establecida en 1756. Italia fue el primero en poner en funcionamiento esta clasificación, en el primer tercio del siglo XVIII, en el área geográfica de Chianti. 

Una de las cuatro categorías de vinos existentes (“tranquilos” o naturales, espumosos, aromáticos y generosos), aquella de los vinos llamados de tres maneras diferentes: “encabezados”, generosos y “fortificados”, está representada de manera sobresaliente por el Oporto, de Portugal. Este vino recibe los nombres líneas arriba mencionados en virtud de que en algún momento del proceso de la fermentación, antes de que la acción de las levaduras haya transformado por completo el azúcar del mosto en alcohol, ese jugo,  que aún no es vino, es depositado en barricas que contienen brandy  --usualmente es una proporción de veinte por ciento de aguardiente por ochenta por ciento de ese mosto en proceso de convertirse en vino--, lo que de inmediato detiene la fermentación. De esta manera ese vino, llamado “generoso” por el porcentaje etílico que tiene, alcanzará un grado alcohólico de veinte a  veintidós, a diferencia de los doce o catorce grados de un vino “tranquilo”, como es el caso de un blanco, un rosado o un tinto.  

Oporto es la palabra castellana con que cual designamos ese delicioso néctar etílico lusitano. El vocablo Oporto significa literalmente “el puerto”, y hace alusión a la ciudad portuaria del norte de Portugal, llamada por sus habitantes Porto. De la misma manera como el vino espumoso por excelencia, el Champagne, tomó su nombre de la homónima región francesa de la cual procede, así también ocurrió con ese vino “fortificado” portugués, conocido en los países angloparlantes con el nombre de Porto. 
    
El área de producción de este vino en extremo delicioso fue delimitada en 1756, hace casi doscientos cincuenta años (se trata de una de las Denominaciones de Origen de mayor antigüedad en el mundo), pero ya veintidós años antes de esa fecha, en 1734, había dado comienzo el sistema de clasificar las cosechas, de acuerdo a lo que para los productores eran añadas buenas, regulares o mediocres, según hubiesen sido las condiciones climatológicas de cada año en particular.

Ya desde el siglo XIX se dieron cuenta los productores de esta clase especial de vinos que los  “generosos”, como el Oporto y el Madeira, ambos de Portugal; el Jerez, el Málaga y el Montilla-Moriles, de España; y el Marsala, de Italia, maduran y envejecen  (la palabra envejecimiento no tiene, en este caso, un sentido peyorativo, sino todo lo contrario, significa la afinación y mejoramiento de sus cualidades vínicas) en forma más armoniosa que aquellos similares que son puestos a añejar en botella. El resultado final de ese dilatado tiempo en la barrica es un vino de extraordinaria calidad y sabor, que puede ser guardado, en las condiciones idóneas, por un tiempo muy prolongado, que puede llegar a ser hasta de cien años, y en ocasiones especiales más,  cuando se trata de Oportos “Vintage” (la palabra portuguesa para designar esta clase excepcional de vinos es “Colheita” , que significa vendimia), aquellos que son elaborados con uvas obtenidas de una sola vendimia, los cuales pasan por lo menos siete años en barrica. Algunos Oportos reposan mayor número de años, con el fin de alcanzar características extraordinarias. Cabe decir que la producción de este tipo especial de vino representa apenas el dos o tres por ciento de todo el Oporto producido. He leído que otro autor señala que se trata únicamente del medio por ciento del Oporto elaborado.

Existen más de noventa diferentes variedades de uvas cuya utilización  está permitida por la ley de Portugal. Cinco de esas cepas son consideradas de señalada calidad para los Oportos tintos; Touriga Nacional, Tinta Roriz, Tinta Barroca, Tinto Cao y Touriga Francesa. Para los Oportos blancos las mejores variedades de uvas  son las siguientes: Viosinho, Malvasia Fina, Gouveio, Cedega y Rabigato.

En el blog Los vinos del mundo aparece que “El oporto fue el primer vino del mundo cuyo proceso de elaboración fue sometido a una reglamentación entre 1758 y 1761. El objetivo de esta reglamentación era poner freno a los abusos de ciertos compradores ingleses y fue clave en la historia de éxito del oporto, cuyo viñedo es todavía el más reglamentado del mundo. Cuando son recién elaborados, todos los oportos son “ruby”. Envejecidos en pipas durante varios años, pierden color y se convierten en “tawny”. En la categoría Ruby tenemos : Ruby: Oporto tinto sometido a un proceso envejecimiento de 3 años en pipa.
Late Bottled Vintage, o LBV: Oporto de añada, envejecido en pipa durante un período de 4 a 6 años.
Crusted: Mezcla de oportos que tienen más de 4 años de guarda en botella. Al no haber sido filtrados antes del embotellado, presentan un sedimento (“crust” en inglés).
Single quinta: Oporto de añada procedente de una sóla finca, con un envejecimiento de 2 años en pipa.
Vintage: Oporto de una añada excepcional. Se declara un “vintage” 2 años después de la vendimia, cuando el oporto mejora y presenta todas las características necesarias para tener un largo potencial de guarda en botella.
“En la categoría Tawny: Tawny: Oporto envejecido en pipa durante 5 años y que ha perdido su color"ruby".
Viejos tawnies: “Tawnies” de 10 años, 20 años, 30 años, 40 años de edad. Estos nombres se refieren siempre a una combinación de tawnies añejos, y su edad corresponde a la media de edad de cada uno de sus componentes. La mezcla contiene, por tanto, “tawnies” más jóvenes y “tawnies” más añejos, en diferentes proporciones.
Colheita tawnies: “Tawnies” que han sido elaborados de una sóla cosecha envejecida en pipa, desde la fecha que figura en la etiqueta (al menos 7 años).
El oporto blanco (Porto Branco): Se produce con cepas blancas y su proceso de elaboración es complejo. El oporto blanco puede ser muy seco cuando el encabezado es tardío, pero generalmente es dulce”. Hasta aquí esa cita.

Hablando en términos generales se menciona que hay varios  tipos  de Oporto: el White y el Ruby y el Tawny.  El Oporto White puede ser dulce o seco. El Ruby, el menos caro, es una mezcla de vinos de diferentes cosechas, el cual reposa de dos a tres años en tanques de acero inoxidable antes de ser embotellado. El Oporto Tawny reposa varios años en barrica, y adquiere tonalidad dorada, muy apreciada por los conocedores. El Aged  Tawny es considerado el mejor de esta categoría.

Es muy probable que el lector se pregunte por qué razón estos vinos llevan nombres en lengua inglesa. La explicación es muy sencilla. Fueron los comerciantes en vinos  de Inglaterra quienes contribuyeron a que el Oporto, el Jerez y el Madeira fuesen ampliamente conocidos, degustados y apreciados en Gran Bretaña, y en muchos otros países de Europa continental.  A ellos, a los habitantes del Reino Unido, se debe el renombre que por doquier gozan actualmente esos elíxires etílicos, al grado de que por muchísimos años   --hablando concretamente del Oporto—   se decía que éste era  “el vino de los ingleses” . Hoy en día se empieza a decir que el Oporto es  “el vino de los estadounidenses”, ya que en este país, Estados Unidos de América, existe una franca preferencia por saborear el Oporto, en sus varios tipos, lo que se pone de manifiesto en la comercialización  de casi cuatro millones de botellas de Oporto, que cada año llegan al vecino país del norte.

En alguna información reciente acerca de estos vinos leí que  a pesar de su reducida extensión, es el sexto país del mundo -después de Italia, Francia, España, Argentina y la antigua URSS-  por la cantidad de vino producido y ocupa el tercer puesto en la producción de vinos encabezados. Se discute mucho acerca de quiénes introdujeron la vid en Portugal. Unos dicen que vino de las Galias con la colonización romana y otros afirman que fue traído por los griegos y fenicios que, desde la más remota antigüedad, en el siglo VII a.C., navegaban a lo largo de las costas donde habían fundado numerosas factorías. En todo caso, la Lusitania romana fue famosa por sus vinos y aceites, ya que la viña y el olivo son dos cultivos que coexisten bien sobre el mismo terreno.

En la misma fuente de información mencionada párrafos arriba encontré una interesante referencia acerca del vino de Madeira, que a la letra asienta: “Madeira es una isla portuguesa situada a 600 km al oeste de Casablanca, en el océano Atlántico. Madeira da nombre al único vino del mundo que se produce en un horno. La cocción confiere aromas a tostados a un vino que originalmente es muy ácido, lo cual permite además su conservación por muy largo tiempo. Madeira fue una escala para el aprovisionamiento de agua de la flota mercante inglesa, cuyos marinos se iniciaron rápidamente en el comercio de los vinos locales. El vino de Madeira se volvió, entonces, un artículo habitual de las flotas mercantes que navegaban alrededor del mundo. Por azar, algunas barricas de vino de Madeira no vendidas volvieron a su lugar de origen. Los viticultores descubrieron entonces un fenómeno extraño: las altas temperaturas sufridas por los vinos durante el viaje los habían mejorado notablemente. A partir de este instante, se comenzó a experimentar con los vinos, sometiéndolos a un calentamiento ya fuera en hornos o a través de conductos a alta temperatura inmersos en las cubas. Esta práctica continua hasta nuestros días y se denomina "estufagem" (de la palabra portuguesa estufa)”.
Cabe agregar, para concluir con esta información que en el documento titulado Historia del Vino de Portugal, publicado en ese país, el 19 de agosto de 2012, queda asentado que Portugal posee más de 250.000 hectáreas de viñedo (el quinto país en superfìcie), aunque apenas produce una media de 7.000.000 de hectolitros anuales, lo que no le basta para figurar entre los diez primeros productores”