lunes, 28 de septiembre de 2009

DOS NUEVOS VINOS TINTOS DE CASA MADERO

En fecha reciente tuvo lugar la presentación de dos nuevos vinos tintos de Casa Madero, prestigiada bodega vitivinícola ubicada en la ciudad de Parras, Coahuila, que ese día celebró ---ante una nutrida concurrencia--- que sus productos “han sido aclamados en todo el mundo, como lo comprueban las 285 medallas de oro, plata y bronce que hemos recibido en los concursos más afamados internacionalmente, de los cuales 40 fueron obtenidos este año, además de 27 reconocimientos de similar importancia”.

Esas preseas, otorgados a la amplia gama de vinos de Casa Madero, les fueron otorgados en los siguientes dieciséis países Alemania, Argentina Austria, Bélgica, Canadá, España, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Japón, Nueva Zelandia, Portugal, Reino Unido y Suiza.

En el boletín de prensa entregado ese día a los medios de comunicación leo lo siguiente: “Somos los orgullosos herederos de la más grande tradición vitivinícola en América, pudiendo decir con satisfacción que somos la Bodega y Viñedos más antiguos del Continente Americano, mismos que han estado en operación continua desde el año de 1597, en decir, 412 años, más de cuatro siglos dedicados a la elaboración de Vinos y Brandies, un hecho del que pocas Bodegas en el mundo pueden vanagloriarse”.

En ausencia de José Milmo, el artífice de esta importante bodega vitivinícola (quien desde el año de 1961 ---hace ya casi cuatro décadas--- está al frente de tan renombrada empresa elaboradora de excelentes vinos) estuvieron sus hijos Daniel y Brandon ---quienes continúan la tradición familiar---, acompañados por Francisco Rodríguez, el enólogo titular; por Alfonso Cárdenas, el gerente de planta; y por Daniel Muñoz, el viticultor. Ellos constituyen lo que yo he llamado “los tres brazos derechos de José Milmo”.

Ese día la concurrencia presente degustó inicialmente el vino Cabernet Sauvignon/Merlot, cosecha 2007, resultado de un coupage de esas dos variedades de uvas, cuya crianza se prolonga por quince meses en barrica. A continuación fue servido el vino Cabernet Sauvignon/Shiraz, cosecha 2007, un espléndido vino que permanece en barrica durante veinticuatro meses, para alcanzar su cabal madurez.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

LOS VINOS DE MONTE XANIC


En la historia de la bodega vitivinícola Monte Xanic figura en forma por demás preponderante el hecho de que en 1987, se reunieron cinco amigos quienes tenían como común denominador su afición por degustar vinos de gran clase, y de ellos nació la idea de ”crear un gran vino mexicano, ya que soñaban con elaborar vinos que expresaran el terruño del Valle de Guadalupe, Baja California, con fineza y distinción, con personalidad propia y de la mejor calidad posible” Así nació la bodega Monte Xanic. “El nombre Monte Xanic es una combinación de la palabra “Monte” y del vocablo “Xanic” que proviene de los indios Cora, quienes todavía habitan regiones de Nayarit, entre Puerto Vallarta y Mazatlán, en la costa del Pacífico de México, y quiere decir "flor que brota después de la primera lluvia". En noviembre de 1987, durante la primer visita a las veinte hectáreas que hoy forman parte de nuestros viñedos, iniciaba la temporada de lluvia y los montes estaban cubiertos de flores; esta señal nos pareció indicar que este nombre "Monte Xanic" era el más apropiado”.

En la información oficial de esta empresa queda asentado lo siguiente: “En 1987 adquirimos una propiedad en el lado norte del Valle de Guadalupe y cerca de su extremo oriental. Buscamos en el carácter de estas tierras el estilo de nuestros vinos, encontrando que las variedades de Burdeos expresaban este carácter con fineza y distinción. Por tal motivo decidimos plantar Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot, Malbec, Sauvignon Blanc y Semillion. Decidimos elaborar también vinos de otras regiones francesas como la Chenin Blanc, por su gran identificación con nuestra región, con la Chardonnay, por la excelente calidad que desarrolla en nuestro clima e inclusive la Syrah y Voignier”.

En la página oficial de esta empresa vitivinícola leo lo siguiente: “Monte Xanic nace en 1987 en un momento en el cual las opciones de vino en el mercado eran muy escasas. Cinco amigos, todos amantes del vino, tuvieron la visión de crear el primer vino mexicano Super Premium. Aunque para muchos parecía una locura, se aventuraron al proyecto adquiriendo tierras para el cultivo de la vid en el Valle de Guadalupe y la mejor tecnología disponible para crear vinos de calidad mundial. Así dio inicio una nueva era en la industria vitivinícola mexicana. Eran, aquellos, los últimos años de la década de los ochenta, y las fronteras habían sido abiertas a los vinos extranjeros, y por ello muchas empresas vinícolas cerraron sus puertas ante la imposibilidad de hacer competencia a vinos de muy variada calidad, ofrecidos a precios por debajo de los locales, en un incipiente mercado que todavía creía que todo producto importado era mejor”.

“En 1988 se produjeron nuestros primeros vinos, el Chenin Colombard y el Cabernet Sauvignon. La primera cosecha de Monte Xanic salió al mercado en 1989 con 6,200 cajas de nuestro Chenin Colombard. Hoy en día Monte Xanic produce 45,000 cajas anualmente repartidas entre 14 etiquetas bajo 3 marcas: Monte Xanic, Gran Ricardo y Calixa. Las tres con la calidad y consistencia que nos han caracterizado durante veinte y un años”.
Al cumplirse en 2008 los primeros veinte años de esta próspera bodega bajacaliforniana, (leo en una publicación de esta empresa lo siguiente) “como parte de la conmemoración de su vigésimo aniversario, Monte Xanic, empresa pionera en la producción de vinos Premium en México, se dio a la tarea de renovar su imagen con una nueva etiqueta mas acorde al lenguaje visual del siglo XXI, cuyo diseño fue encomendado a Icon, despacho líder en el diseño de etiquetas de vinos Premium a nivel internacional. La estrategia de renovación incluye también la ampliación y modernización de la bodega, ubicada en el Valle de Guadalupe. La producción de la vinícola, no obstante, no rebasará el tope de cincuenta mil cajas al año, que es el límite para ser considerada una bodega “boutique”. Es en este rango de producción en el que se ubican las bodegas que producen los mejores vinos del mundo”.

“Hoy cumplimos orgullosamente 21 años de nuestra primera cosecha y nuestro compromiso para los próximos 20 años es el de seguir esforzándonos y trabajando incansablemente para alcanzar año tras año el reconocimiento y preferencia del consumidor”

Considero pertinente enfatizar en el siguiente hecho: Los vinos de la marca Monte Xanic han sido galardonados ---en poco más de dos décadas de elaborar caldos de excelente calidad--- con más de ochenta premios (medallas de oro, de plata y de bronce, además de reconocimientos diversos) en infinidad de certámenes internacionales, en los cuales se ha puesto de manifiesto su señalada calidad..

La cata “ciega” mensual número 178 del Grupo Enológico Mexicano, correspondiente a septiembre de 2009, tuvo lugar en un salón privado del restaurante “Bistro 235”. Ese día fueron degustados ocho vinos de la bodega vitivinícola Monte Xanic, elaborados en Valle de Guadalupe, no lejos de la bajacaliforniana ciudad de Ensenada.

La Mesa de Catadores estuvo integrada esa tarde por los siguientes enófilos: Darío Negrelos, Roberto Quaas Weppen, Rafael Fernández Flores, Philippe Seguin, Mauricio Romero Gatica y Miguel Guzmán Peredo.

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Los resultados fueron los siguientes:

Vinos blancos:

1.- Chardonnay, cosecha 2006. 13.5% Alc. Vol. Monovarietal 100% Chardonnay. Crianza sur lie durante seis meses, en barricas nuevas un 33%, de un uso 33% y de dos usos el restante 33%.. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 89.20 puntos. Precio: $ 240.00
2.- Chenin Blanc cosecha tardía, 2008. 13.5% Alc. Vol. Monovarietal 100% Chenin Blanc. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 87.30 puntos. Precio: $ 137.00

3.- Sauvignon Blanc Viña Kristel, cosecha 2007. 13.5% Alc. Vol. Monovarietal 100% Sauvignon Blanc. Crianza de 21 días en barrica. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 86.70 puntos. Precio: $ 144.00

4.- Chenin Colombard, cosecha 2007. 13.5% Alc. Vol. Monovarietal 100% Chenin Blanc. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 83.80 puntos. Precio: $ 114.00

Vinos tintos:

1.- Merlot, cosecha 2005. 13.5 % Alc. Vol. Monovarietal 100% Merlot. Crianza de dieciocho meses en barrica nueva de roble francés. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 86.70 puntos. Precio: $ 270.00

2..- (Empate) .Cabernet Sauvignon, cosecha 2006. 13.5% Alc. Vol. Monovarietal 100% Cabernet Sauvignon. Crianza durante 18 meses en barricas nuevas y de un uso de roble francés. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 84.80 puntos. Precio: $ 282.00

2.- Cabernet Sauvignon/Merlot, cosecha 2006. 13.5% Alc. Vol. Coupage de 60% Cabernet Sauvignon, 20% Merlot, 10% Cabernet Franc, 5% Malbec y 5% Petit Verdot. Crianza durante dieciocho meses en barricas nuevas de roble francés. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. Calificación: 84.80 puntos.
Precio: $ 305.00

3.- Calixa Cabernet Sauvignon, cosecha 2006. 13.0% Alc. Vol. Monovarietal 100% Cabernet Sauvignon. Crianza durante catorce meses en barricas de roble francés. Monte Xanic, S. de R.L. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California.
Calificación: 83.30 puntos. Precio: $ 137.00

Es conveniente enfatizar que cuatro de los ocho vinos degustados rebasaron los 85 puntos, ubicándose en la categoría de “muy buenos”. Por este hecho dichos vinos aparecerán enlistados en la relación que el Grupo Enológico Mexicano publicara al concluir el año 2009, titulada “Los mejores vinos en México en el año 2009, según el Grupo Enológico Mexicano”.

Los otros cuatro estuvieron colocados en la banda de más de 80 puntos.

Otro pormenor digno de ser tomado en cuenta es la magnífica relación calidad/precio de los ocho vinos. de Monte Xanic evaluados en esta cata.

Al concluir esta degustación fue servida una deliciosa cena, preparada por los chefs del restaurante “Bistro 235”, Mauricio Romero Gatca y Héctor Dongu. Inicialmente saboreamos un Caldo de hongos silvestres, y como platillo principal fue servido un exquisito Chile en Nogada El postre consistió en Crepas de Cajeta.

Los vinos de la bodega Monte Xanic elegidos para acompañar estos guisos fueron los siguientes: Chardonnay, cosecha 2006. Cabernet Sauvignon-Merlot, cosecha 2006 y
Merlot, cosecha 2005.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

AQUEL FARAONICO BANQUETE DE 1910

Ahora que se halla en pleno auge todo lo referente a la próxima celebración, en 2010, de dos importantes aniversarios históricos: el bicentenario del movimiento de iniciación de la Independencia, ocurrido en 1810, y del centenario de la Revolución Mexicana, cuyo comienzo tuvo lugar en 1910, me parece conveniente recordar un extraordinario banquete ofrecido en 1910 a Porfirio Díaz, quien se eternizó en la silla presidencial de México durante tres décadas.

Es prudente agregar que cuando el “Porfiriato” se hallaba en su pleno apogeo, se respiraban en la capital mexicana los refinados aires de un afrancesamiento general. No deja de parecerme curioso que aquel presidente, quien había sido un valeroso militar en la guerra contra la intervención francesa, haya sucumbido, y con él todos los llamados “científicos” que encabezaban el gabinete presidencial, a la influencia cultural emanada de Francia (la gastronomía estaba incluida en este importante renglón de la vida cotidiana nacional). En aquellos lejanos días la cocina mexicana estaba notoriamente influenciada por la coquinaria gala. Los cocineros venidos de aquel país europeo eran vistos en la sociedad capitalina como verdaderos artífices del arte del bien comer.

Aquel banquete se llevó a cabo la noche del 3 de julio de 1910, cuando en la capital mexicana y en muchísimas ciudades del interior se hacían grandes preparativos para celebrar, con bombo y platillo, el primer centenario de la proclamación de la independencia. El chef francés Silvain Daumont (quien había llegado a México en 1891, para dar claras muestras de su quehacer culinario entre la “jeunesse dorée”, nombre que recibía ese selecto grupo de aristócratas) fue el creador de ese multitudinario ágape, ya que él era el chef de mayor renombre en aquellos días, previos a la proclamación de la Revolución Mexicana.

El escritor Artemio de Valle-Arizpe describió, con su impar estilo arcaizante, aquel festejo gastronómico, del cual escribió lo siguiente: “”Ofrecieron esta comida un numerosísimo grupo de banqueros, comerciantes, agricultores, industriales, propietarios, amigos particulares y un sin fin de amigos políticos, así como los clubes reeleccionistas que había instalados en todo el país. Nunca antes se había instalado en la capital mayor número de comensales, pertenecientes a todas las fuerzas vivas de la nación“”. Y yo agrego lo siguiente: las fuerzas muertas, o casi muertas de hambre, eran los campesinos, el peladaje, la plebe, quienes algunos meses más tarde integrarían la muchedumbre heterogénea de quienes se lanzarían a la revolución, contra el inequitativo sistema político encabezado por Díaz.

Vuelvo al texto de Valle Arizpe, quien escribió lo siguiente: “”El periódico capitalino “México Daily Record” hizo la crónica de aquel festejo, y para despertar el interés entre sus lectores publicó un reportaje previo al convivio, en el que señalaba lo siguiente: “Mañana, domingo en la noche, en los espaciosos salones de la antes (sic) Cigarrera Mexicana, será servido uno de los banquetes más suntuosos que haya sido servido en la capital, con el cual será obsequiado el primer magistrado por sus amigos, personales y políticos, en señal de admiración por el éxito de sus treinta años de administración””.

En la crónica de tan faraónico agasajo al dictador de México, Artemio del Valle Arizpe señaló que ”En ese banquete, para mil seiscientos invitados, se hizo derroche de magnificencia, ya que fueron servidas dos mil ochocientas ochenta botellas de Jerez de Cadiz, tres mil trescientas de vino blanco Pouilly. Otras tantas de vino tinto Mouton Rothschild, seiscientas de tinto Corton, de Borgoña, cinco mil cuatrocientas botellas de Champagne Mumm Cordón Rouge y poco más de tres mil botellas de Cognac Martell. Para atender a los comensales había trescientos cincuenta camareros, y el personal de cocina ascendía a dieciséis primeros cocineros, veinticuatro segundos cocineros y sesenta ayudantes.

”El brindis oficial fue pronunciado por Fernando Pimentel y Fagoaga, presidente del Ayuntamiento de la ciudad de México y autor de la idea de este monumental banquete. En el discurso manifestó que “se confiaba en el extranjero en la estabilidad de nuestra paz, y en la cordura y el patriotismo del pueblo mexicano para no armar revoluciones, y que el desorden ocurrido en Valladolid, en Yucatán, había procurado dos útiles enseñanzas: que desórdenes de este tipo no pueden propagarse en la República, porque a ellos se oponen las actuales condiciones del país y su amor por la paz, y que el gobierno tiene fuerza y poder bastante para sofocarlos.

”Al contestar estas palabras, el presidente Díaz puntualizó: “La base principal del gobierno será la conservación de la paz, y estaré siempre alerta para dar a la sociedad completas garantías. Por fortuna, la paz es el medio natural en que vivimos: forma la convicción del pueblo mexicano...pero si, contra estas previsiones, ocurre alguna perturbación del orden público, como puede acontecer en cualquier pueblo civilizado, tiene el gobierno los elementos necesarios para combatirla en el acto, como lo ha demostrado en el caso reciente de Valladolid”.

Hasta aquí la cita al texto de Artemio de Valle-Arizpe.

De aquel solemne y lujoso banquete, bañado con exquisitos caldos etílicos venidos de Francia, salieron los comensales muy satisfechos y complacidos. La felicidad invadía su espíritu. Engolando la voz hablaban con palabras melifluas de la cabal tranquilidad que reinaba en el país. Seguramente que no se percataban que en el horizonte ya se vislumbraban los primeros relámpagos de la tormenta que se avecinaba.

Apenas cuatro meses más tarde de ese regio festín estallaba, el 20 de noviembre de 1910, la Revolución Mexicana.