miércoles, 27 de agosto de 2008

CASA MADERO: LA BODEGA VITIVINICOLA MAS ANTIGUA DE AMERICA

Hace unos tres años, en ocasión de una cata “ciega” de vinos de Casa Madero, escribí un reportaje del cual ahora voy a transcribir tres párrafos, que hacen referencia a la historia de ésta, la bodega vitivinícola más antigua del continente americano. Para comenzar diré que me parece muy interesante, como ejercicio de la imaginación, pensar, aún cuando sea por un momento, lo que habrá sido, en la segunda mitad del siglo dieciséis, recorrer la colosal distancia existente entre la capital del virreinato de la Nueva España, y las desoladas regiones de la parte septentrional de la más rica colonia de la metrópoli hispana en América. Esas distantes tierras estaban pobladas por belicosos indígenas nómadas, entre los que puedo mencionar a los guachichiles, los tepehuanes, los coahuiltecos, los somitilas y los tobosos, quienes habitaban aquellos alejados parajes. En aquellos días esa zona geográfica recibió el nombre de Nuevo Reino de León (más tarde Coahuila formaría parte de Nueva Extremadura), que comprendía lo que actualmente son los estados de Coahuila, Chihuahua, parte de Durango, Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas y Texas, en el vecino país del norte.

El actual estado de Coahuila formó parte del Reino de Nueva Vizcaya, y de acuerdo a lo que señalan los historiadores en 1578 Martín López de Ibarra fundó un asentamiento novohispano con el nombre de Valle del Pirineo, el cual no prosperó por los conflictos entre los pobladores autóctonos y los recién llegados a colonizar esas tierras del septentrión de la Nueva España. Pasados veinte años, en ese mismo sitio fue repoblado ese inicial asentamiento, al cual le cambiaron el nombre por el de Villa de Santa María de la Asunción de las Parras, por la gran cantidad de parras silvestres que los nuevos pobladores allí encontraron. Unos historiadores aseveran que el nuevo fundador fue, en 1598, el capitán Antón Martín Zapata, mientras que otros afirman que fue obra de Martín López de Ibarra y el jesuita Agustín de Espinoza.

Existen diversas opiniones respecto a la fecha en que fue establecida la primera bodega vitivinícola en esta región. Lo más certero, de acuerdo a la documentación de que dispone, es lo que José Milmo Garza asienta: “Los primeros intentos de fundación de la Misión de Santa María de las Parras, hoy la ciudad de Parras, no se llevaron a cabo sino hasta los años 1592-1593, cuando los primeros pobladores trataron de asentarse y establecerse en la zona, para poco meses después ser expulsados por las feroces tribus locales. Únicamente permaneció en la zona Don Lorenzo García, quien se estableció a siete kilómetros al norte de Parras, y fundó las Bodegas de San Lorenzo, hoy Casa Madero”.

Cabe agregar que en aquellos días, para solicitar al rey de España una “merced” o dotación de tierras, era necesario que el solicitante hubiese ya “sentado sus reales” en la localidad.
Las Bodegas San Lorenzo fueron oficialmente establecidas en el año 1597, al recibir don Lorenzo García, el 15 de Agosto de ese año, la “merced” que el rey Felipe II le concedió.

Pasados los años la propiedad de Lorenzo García fue vendida a Luis Hernández Escudero, quien, en el tercer tercio del siglo diecinueve, la vendió a un visionario vitivinicultor mexicano, de nombre Evaristo Madero.

Evaristo Madero adquirió en Paris, en 1883, esta propiedad, que a la sazón pertenecía a una empresa francesa, cuya denominación comercial era San Lorenzo Mexique. Durante la intervención francesa varios empresarios se hicieron dueños de esa bodega vinícola, y pasados los años la vendieron a quien, de inmediato, se dio a la tarea de traer a México, de Francia, Italia y España las mejores variedades de uvas para producir buenos vinos de mesa. Igualmente invitó a enólogos y técnicos de esos países a venir a nuestro país, para hacerse cargo de la producción de esos caldos vínicos. Al presente, los herederos de Evaristo Madero continúan dirigiendo la empresa cuya razón social es Casa Madero, cuyos orígenes se remontan a aquellos años de fines del siglo dieciséis.

Al frente de Casa Madero está, desde hace casi cinco décadas, José Milmo Garza, quien ha dedicado sus mejores esfuerzos y su experiencia como vitivinicultor a hacer de esa empresa, la bodega más antigua del continente americano, un modelo a seguir en la elaboración de vinos de gran clase y extraordinaria finura. Desde los años 60 del siglo pasado ha contado con la asesoría de enólogos de diversos países del orbe, y ha concertado convenios de asesoría técnica con las universidades de Montpellier, en Francia, y Davis, en California, con la finalidad de que los más distinguidos enólogos brindasen sus conocimientos al personal mexicano de Casa Madero, para que el arte de elaborar vinos de ostensible categoría estuviese cimentado en los más sólidos principios tecnológicos.

Considero pertinente recordar que el 23 de febrero de 2005 el Grupo Enológico Mexicano hizo entrega, en un salón de la Hacienda de Los Morales, a José Milmo Garza del reconocimiento denominado “Racimo de Platino” . En esa ocasión señalé, a los poco más de doscientos asistentes a dicho acto de homenaje, que esa presea le era otorgada “por su invaluable aportación a la industria vitivinícola mexicana, ya que su dinamismo, entusiasmo y vasta experiencia enológica se han conjuntado atinadamente para hacer de Casa Madero, la bodega vinícola mas antigua del continente americano ( fundada en 1597, en Parras, Coahuila), una empresa de gran prestigio, tanto a nivel nacional como internacional, cuyos vinos de extraordinaria calidad han sido galardonados con ciento veintisiete medallas, de oro, plata y bronce, en infinidad de certámenes internacionales celebrados, hasta finales de enero de este año, en trece países del orbe”.

Ese mismo día también fueron objeto de reconocimiento tres personas más de Casa Madero: los ingenieros Francisco Rodríguez González, el enólogo titular; Alfonso Cárdenas Aguirre, el gerente de planta; y Daniel Muñoz Muñiz, viticultor, cuya importante función fue encomiada con sendas preseas “Racimo de Oro”.

La extensión actual de los viñedos de Casa Madero es de poco más de cuatrocientas hectáreas, donde hay cepas consideradas “finas”, como Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot, Chenin Blanc, Sauvignon Blanc, Shiraz, Tempranillo y Semillon. La producción promedio anual es, aproximadamente, de ciento cincuenta mil cajas (esta cifra equivale a un millón ochocientas mil botellas. El setenta y cinco por ciento de la producción es de vino tinto y el restante veinticinco por ciento es de vino blanco. La exportación asciende aproximadamente al ochenta por ciento del total del vino producido, y es comercializado en treinta y siete países: Estados Unidos de América, Canadá, Australia, Japón, Malasia, Tailandia, Singapur, Hong Kong y toda Europa.

La compañía vitivinícola Casa Madero, ubicada a siete kilómetros de la población de Parras de la Fuente, en el Estado de Coahuila, ha sido galardonada en infinidad de ocasiones en algunos de los concursos más afamados del orbe, celebrados en catorce países; Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, España, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Japón, Portugal y Suiza. . Es pertinente señalar que hasta febrero de 2005 Casa Madero había sido distinguida con 127 medallas, de Oro, Plata y Bronce. Al presente, agosto de 2008, el número de estas preseas se ha elevado a 238. .

La cata “ciega” mensual número 164, correspondiente a agosto de 2006, del Grupo Enológico Mexicano, se llevó a cabo en un salón privado del restaurante “La Jolla” del hotel Marquis Reforma, la sede permanente de estas degustaciones analíticas. Para esta degustación analítica fueron seleccionados ocho vinos de la empresa Casa Madero, que en la etiqueta ostentan la leyenda: Denominación Valle de Parras.

Dichos vinos fueron los siguientes:

Casa Madero Semillón, premiado con tres medallas de oro y diez de plata. (13).
Casa Madero Chenin Blanc, galardonado con cuatro medallas de oro, seis de plata y cuatro de bronce. (14)
Casa Grande Chardonnay Gran Reserva, que ha recibido ocho medallas de oro, catorce de plata y once de bronce.(33)
Casa Madero Merlot, cuya calidad ha sido distinguida con cuatro medallas de oro, seis de plata y trece de bronce.(23)
Casa Madero Shiraz, premiado con tres medallas de oro, ocho de plata y cinco de bronce. (16).
Casa Madero Cabernet Sauvignon, distinguido con cinco medallas de oro, siete de plata y doce de bronce. (24)
San Lorenzo tinto, que recibió una medalla de plata.
Casa Grande Parras Estate Reserva Especial, que ha recibido tres medallas de oro, once de plata y tres de bronce (17)

En total, los ocho vinos degustados por los Miembros de Número del Grupo Enológico Mexicano, la tarde del martes 26 de agosto, suman 141 medallas. 30 de oro. 63 de plata y 48 de bronce.

La Mesa de Catadores estuvo integrada por los siguientes enófilos: Patricia Amtmann, Jorge Luis Trejo, Roberto Quaas Weppen, Alejandro Guzmán Galán, Gabriel Iguiniz García, José Del Valle Rivas, Joaquín López Negrete, Rodolfo Fonseca Larios y Miguel Guzmán Peredo.

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Los resultados fueron los siguientes:

Vinos blancos

1.- Casa Madero Chenin Blanc, cosecha 2006
Denominación Valle de Parras
Monovarietal 100% Chenin Blanc. 13.9% Alc. Vol.
Calificación: 83.14 puntos. Precio: $ 135.00

1.- Casa Madero Semillón, cosecha 2006
Denominación Valle de Parras
Monovarietal 100% Semillón. 13.0% Alc. Vol
Calificación: 83.14 puntos. Precio: $ 145.00

2.- Casa Grande Gran Reserva Chardonnay, cosecha 2003
Denominación Valle de Parras
Monovarietal. 100% Chardonnay. 12.7% Alc. Vol.
Una parte del vino fue fermentado en barrica y el resto en cubas de acero inoxidable. guarda en barrica (“sur lies”) de roble francés y americano durante un lapso de 4 a 6 meses. Calificación: 82.71 puntos. Precio: $ 310.00
(En la cata número 120, del 22 de junio de 2005, un vino de esta marca , de la cosecha 2003, obtuvo 85.50 puntos)

Vinos tintos

1.- Parras Estate Reserva Especial Casa Grande Shiraz, cosecha 2005
Denominación Valle de Parras
Monovarietal 100% Shiraz. 13.8 % Alc. Vol.
Guarda en barrica nueva de roble francés, americano y de Europa del Este durante un lapso de 24 a 26 meses. Calificación: 90.57 puntos. Precio: $ 495.00
(En la cata número 120, del 22 de junio de 2005, un vino de esta marca , de la cosecha 2001, obtuvo 87.75 puntos)

2.- Casa Madero Shiraz, cosecha 2006
Denominación Valle de Parras
Monovarietal. 100% Shiraz. 13.9 % Alc. Vol.
Guarda en barricas nuevas de roble francés y americano durante 12 meses.
Calificación: 83.71 puntos. Precio $ 199.00
(En la cata número 120, del 22 de junio de 2005, un vino de esta marca , de la cosecha 2003, obtuvo 83.71 puntos)

3.- Casa Madero Cabernet Sauvignon, cosecha 2006
Denominación Valle de Parras
Coupage. 90% Cabernet Sauvignon y 10% Merlot. 13.2% Alc. Vol.
Guarda en barricas de roble francés y americano.
Calificación: 81.57 puntos. Precio: $ 195.00
(En la cata número 120, del 22 de junio de 2005, un vino de esta marca , de la cosecha 2003, obtuvo 84.50 puntos)

4.- Casa Madero Merlot, cosecha 2006
Denominación Valle de Parras
Coupage. 90% Merlot y 10% Cabernet Sauvignon. 12.6% Alc. Vol.
Guarda en barrica de roble francés y americano durante 12 meses.
Calificación: 80.00 puntos. Precio: $ 195.00
(En la cata número 120, del 22 de junio de 2005, un vino de esta marca , de la cosecha 2003, obtuvo 83.63 puntos)

5.- San Lorenzo tinto, cosecha 2007
Denominación Valle de Parras
Coupage de 55% Cabernet Sauvignon y 45% Tempranillo. 12.7% Alc. Vol.
Calificación: 78.86 puntos. Precio: $ 99.00

De acuerdo a los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano los vinos cuya calificación está comprendida entre los 75 y los 84 puntos quedan inscritos en la categoría de “buenos”, mientras que los que rebasan los 85 puntos --–y no alcanzan la calificación de 94 puntos--- quedan incluidos en la categoría de “muy buenos”. De los ocho vinos de la marca “Casa Madero”, degustados analíticamente en la cata “ciega” mensual número 164, correspondiente a agosto de 2008, uno superó ampliamente los 85 puntos, por lo que se halla en el renglón de “muy bueno”. Seis vinos alcanzaron una calificación de 80 puntos o más, y el restante superó los 78 puntos. Estos siete vinos quedaron ubicados e la categoría de “buenos”.

Los catadores allí presentes eligieron, por unanimidad, como “mejor botella” y “mejor etiqueta”, la del vino Shiraz Parras Estate Reserva Especial Casa Grande, una gema enológica de Casa Madero.

A concluir la degustación los catadores disfrutaron de una exquisita cena, preparada por el equipo de chefs del hotel Marquis Reforma: Ignacio Gutiérrez, Margarito Vargas y Ángel Mejía. El primer platillo fue Carpaccio de Portobello con ratatouille de fresa, que maridamos con el vino Casa Grande Chardonnay Gran Reserva, cosecha 2006.

El guiso principal consistió en Pechuga de pato rostizada con hongos, armonizada con dos vinos: Casa Madero Cabernet Sauvignon, cosecha 2006, y Shiraz Parras Estate Reserva Especial, cosecha 2005.

El postre fue una Bomba de capuchino y avellanas, y Petits Fours..

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lunes, 11 de agosto de 2008

EL VINO EN CHINA

La atención del mundo está enfocada hoy en día en China, el gigante asiático, con motivo de los XXIX Juegos Olímpicos, cuya deslumbrante y extraordinaria inauguración tuvo lugar el pasado día 8 de agosto de 2008. Para los habitantes de ese país, de 1.300 millones de habitantes, de acuerdo al censo de enero de 2004, el número 8 entraña buena suerte, y por ello el comienzo de esa justa deportiva tuvo lugar ese día.

El nombre oficial de esta nación asiática, la más poblada de la Tierra, es República Popular de China (la palabra Zhonghuá se traduce como China), y su capital es Pekín, la denominación en idioma castellano.. Ahora se ha puesto de moda referirse a ella, la sede de la Olimpíada que actualmente tiene lugar, como Beijing, su nombre tradicional en chino mandarín. Será interesante conocer si dentro de cuatro años, cuando en julio de 2012 comiencen los XXX Juegos Olímpicos (que se llevarán a cabo en la ciudad de Londres), los cronistas deportivos ---radiofónicos y televisivos--- que describan los principales momentos de esa competencia digan “los Juegos Olímpicos de London”. Abundando en este asunto, diré que seguramente cuando se realizaron los V Juegos Olímpicos, en Suecia, en 1912, se hablaba de la ciudad de Estocolmo, y no decían Stockholm Ni tampoco, Antwerp, cuando en 1920 tuvieron verificativo los VII Juegos Olímpicos, en Amberes. O Mockba, en lugar de decir Moscú, en ocasión de los XXII Juegos Olímpicos, celebrados en la capital de Rusia, en 1980.

Dejando a un lado los asuntos lingüísticos mencionaré que China es el cuarto país más grande en el orbe en extensión territorial, tras Rusia, Canadá y los Estados Unidos de América, y tiene fronteras con catorce naciones limítrofes.

Por lo que concierne al vino diré que China es el quinto país (otras fuentes de información le dan el lugar siete) en el mundo por la extensión de su viñedo (que cubre quinientas mil hectáreas dedicadas al cultivo de la vid), por atrás de España, Francia, Italia y Turquía. La ubicación geográfica de China se extiende de los 22 a los 52° de Latitud Norte. Como punto de comparación anotaré que España está comprendida entre los 36 y los 44° de Latitud Norte, y México entre los 16 y los 32°, igualmente de Latitud Norte.

En la Enciclopedia del Vino, cuyo autor es Luis Tomas Melgar Gil, queda consignado que el gobierno chino estima que en el año 2010 el consumo de vino será de dos mil seiscientos millones de litros de vino (poco menos de la mitad de la actual producción de España)..En esa obra leo que, durante siglos, la producción de vino en China fue de doscientos mil litros. En el año 1996 creció esa producción a diez millones de litros. Para 1980 se incrementó a cincuenta millones de litros. Un año más tarde, en 1981, se duplicó, alcanzando la cifra de cien millones de litros de vino. Esta cifra se triplicó (trescientos millones) cuatro años más tarde, en 1995; y en el año 1997 se estima que fueron elaborados aproximadamente cuatrocientos cincuenta millones de litros. Cifras oficiales hablan de que la producción en 2007 ascendió a seiscientos millones de litros de vino.

De acuerdo a la información aparecida en el monumental libro El Vino, de André Dominé,
Fue en 1889 cuando dio comienzo la historia moderna del vino en China. A principios del siglo XX se crearon las primeras bodegas extranjeras. “La zona más apropiada para la vitivinicultura es la península de Shandong, al norte de Shangai y al sur de Pekín. Está situada en el mismo paralelo que California”.

Me parece conveniente precisar que en China existen más de quinientos productores, siendo la más importante la empresa “Dynasty” (en la cual el 27% es de capital de la firma Remy Cointreau), fundada en 1980. Se localiza muy próxima a la ciudad de Pekín.

Por lo que se refiere al consumo anual per cápita de vino en China, se estima en trescientos mililitros, pero considerando que se trata de una población de más de mil trescientos millones de habitantes, ese débito global de consumo de vino se eleva a los setecientos millones de litros cada año.

Hace trece años, durante una degustación analítica de la Asociación Mexicana de Cata, A.C. (agrupación de enófilos fundada en 1987), degustamos dos vinos blancos elaborados en China. El primero fue de la marca “Dynasty”, cuya bodega se localiza en la provincia de Tianjin. En la etiqueta aparece una leyenda que dice que se trata de un vino de la empresa “Sino-French Joint Venture Dynasty Winery”, ubicada, al igual que la bodega productora del vino “Dynasty”, en las proximidades de la capital china.. Este vino blanco (de acuerdo a las anotaciones que hice), fue elaborado con la cepa Muscat. Mostraba características visuales agradables: bello color amarillo paja, con tonalidades verdosas. A la nariz, predominaban aromas frutales, cítricos principalmente y manzanas amarillas. A la boca se advertía un sabor abocado. La calificación que alcanzó fue de 76 puntos. Cabe agregar que en la etiqueta no aparecía ni el grado alcohólico ni la añada..

El otro vino fue de la marca “Great Wall” (la bodega productora aparece como una las principales patrocinadoras de los XXIX Juegos Olímpicos, que se llevan a cabo en Pekín). La bodega lleva el nombre de China Great Wall Wine Company Ltd, y está ubicada en la provincia de Sha Cheng, en la parte septentrional de este país. Las características organolépticas de este vino, elaborado con la cepa “Ojo de Dragón” fueron semejantes (si bien menores en calidad), a las del vino anterior, y recibió una calificación de 69 puntos. La etiqueta no consigna la añada, y si el grado etílico: 11% Alc. Vol.

jueves, 7 de agosto de 2008

CATA DE VINOS DE LA FINCA LAS MORAS

Argentina ocupa el quinto lugar mundial por el volumen de vino producido, por atrás de Italia, Francia, España y Estados Unidos de América. La Organización Internacional de la Viña y el Vino (O.I.V.), que agrupa a 43 Estados Miembros, considera que este país alcanzará en 2008 una producción de 1.525 millones de litros de vino (En el año 2007 produjo el 7.1% del total mundial de vino) . La principal región vitivinícola es Mendoza (donde hay mil doscientas bodegas productoras de vinos), cuyo viñedo cubre una superficie de 153 mil hectáreas. En esta ubérrima zona es elaborado aproximadamente el 70% del total del vino argentino. La segunda región es San Juan, cuyo viñedo se extiende en aproximadamente 48 mil hectáreas. Se estima que el 24% del vino elaborado en Argentina procede de San Juan, cuyas dos principales áreas son el Valle de Tulúm –en la zona meridional de la Provincia de San Juan--- y el Valle El Pedernal.

En ambos valles se localizan los viñedos ---algunos de ellos cuentan con parrales cuya antigüedad es de treinta y dos años--- de la Finca Las Moras, establecida en el año de 1991, que al presente ha adquirido señalado renombre por la calidad de sus vinos, premiados en varios certámenes internacionales, a más de una considerable exportación a los mercados internacionales. En 2007 comercializó en el exterior poco mas de dos millones de litros de vino, a treinta y cinco países. El principal importador es Inglaterra, y México ocupa el segundo lugar, y de acuerdo a la información de esta bodega Finca Las Moras es la marca numero uno en Argentina por su volumen de exportación a nuestro país.

Esta empresa vitivinícola, del Grupo Peñaflor, tomó su nombre por la abundancia en esa zona de moreras, árboles éstos donde se cría el gusano de seda. Cabe agregar que en el año en 2005, dentro del marco de la International Wine & Spirit Competition la Finca Las Moras fue designada “productor argentino del año”. (premio válido para todo 2006. En 2007 quedó dentro de los tres finalistas a este galardón..

En fecha reciente La Madrileña, representante en México de Finca Las Moras, organizó una cata de cuatro vinos tintos de la categoría Reserva de esa marca. Esta degustación fue para que los Miembros de Número del Grupo Enológico Mexicano conociesen mejor estos magníficos vinos. La presentación de la Finca Las Moras fue hecha por la licenciada Alejandra Gallegos Ocampo, directora de marcas importadas de la empresa anfitriona, quien describió la importancia que actualmente tienen ---tanto dentro como fuera de Argentina--- los vinos de esa bodega vitivinícola, en varias ocasiones galardonada en prestigiados concursos enológicos.

La cata (que se llevó a cabo en un salón privado del restaurante “Pámpano”, de Polanco) fue dirigida por Miguel Guzmán Peredo, Director General de esa agrupación de enófilos, quien inicialmente mencionó que el viñedo argentino se extiende de los 22 a los 42 grados de Latitud Sur, y que la ubicación de los viñedos de la Finca Las Moras, en la zona de la precordillera, al pie de los Andes, permite una mayor exposición solar y que se registren variaciones muy amplias de temperatura ---en el transcurso de un día---, lo que favorece la apropiada maduración de los racimos de uvas. En seguida describió los orígenes de los vidueños Cabernet Sauvignon, Shiraz (llamada Syrah en el Valle del Rhone) , Malbec (variedad llamada Auxerrois, en Cahors, al oriente de Burdeos) y Bonarda (llamada Croatina, en Italia), variedades éstas de las uvas con que están elaborados tan deliciosos vinos.

Inicialmente fue degustado el vino Cabernet Sauvignon/Shiraz Reserve, cosecha 2005. Coupage ( en Argentina para referirse a una combinación ---Assamblage--- de dos o mas cepas suelen decir Corte) de 50% de la variedad Cabernet Sauvignon y 50% de la uva Shiraz. Procede del Valle de Tulum, de viñas ubicadas a una altitud de 630 metros sobre el nivel del mar. La crianza en barrica de primer uso, de roble francés y americano, se prolongó por doce meses, más seis meses de reposo en botella.

Las características organolépticas de este vino fueron las siguientes: a la vista se aprecia su color rojo rubí con halo violáceo; de capa media alta; y acentuado escurrimiento de glicerol. A la olfacción se percibe un aroma complejo, en el que sobresalen las sensaciones de chocolate, barrica, vainilla, cuero, frutos rojos como cerezas, cassis, y un toque de pimienta blanca aunada a un dejo herbáceo y floral. A la boca se aprecia su ataque equilibrado, con taninos bien integrados y retrogusto largo.

El segundo vino fue Black Label Malbec, cosecha 2005. Se trata de un vino monovarietal 100% Malbec, cuya materia prima procede del Valle del Pedernal, donde las viñas están a una altitud de 1.350 metros sobre el nivel del mar. Su producción está limitada a únicamente 15 mil botellas, y la crianza en barrica nueva de roble francés y americano fue de quince meses.

Es un vino de color rojo intenso, profundo, con bello halo violáceo. El glicerol está presente, formando un cortinaje en la pared interna de la copa. A la nariz destacan aromas complejos, de barrica, tabaco, cuero, frutos rojos en vías de pasificación y un toque de flores blancas. A la boca sorprende la untuosidad de su ataque, equilibrado en cuanto a la vinosidad, tanicidad y acidez. Al igual que el anterior es de largo retrogusto.

A continuación fue degustado el vino Black Label Bonarda, cosecha 2005. Las uvas proceden del Valle de Tulum, de parrales de treinta y dos años de antigüedad, ubicados a 630 metros sobre el nivel del mar. Un vino monovarietal 100% Bonarda ---se trata de la uva más extensamente cultivada en Argentina, por atrás de la cual viene la uva Malbec---, cuya crianza tiene lugar en barricas de roble francés y americano durante quince meses. Al igual que el anterior es de producción limitada a 15 mil botellas.

A la vista destaca su color rojo rubí con halo violáceo claro y franca presencia del glicerol, con escurrimiento acentuado. Los aromas de este vino son acentuadamente complejos: flores amarillas, chocolate, barrica, vainilla, tabaco, cuero, cassis, frutos rojos y especias. A la boca es ostensible su ataque carnoso a la vez que untuoso, de taninos muy bien estructurados, y se corroboran las sensaciones olfativas anteriormente percibidas.

La cata concluyó con el vino premium de Finca Las Moras. Se trata del vino Mora Negra, cosecha 2005. Es el resultado de un Coupage de 70% de uva Malbec y 30% de la variedad Bonarda. Los parrales tienen una edad de treinta y dos años, y están a una altitud de 630 metros, en el Valle de Tulum. La crianza en barrica, de roble francés y americano, fue de 15 meses, más algún tiempo de reposo en botella.

A la vista se observa su color rojo intenso, con destellos azules, y halo violáceo. Magnífica presencia de glicerol. Al olfato se perciben aromas diversos (en realidad más que de aromas se podría hablar de bouquet, que recuerda sensaciones variadas), como chocolate, vainilla, cassis, ciruela pasa, mentol, tabaco y especias. Su ataque es poderoso, sin embargo sorprende que sea aterciopelado y bien estructurado, ya que los taninos están perfectamente integrados con la vinosidad y la acidez, lo que permite suponer que se trata de un vino que fácilmente puede ser guardado en una cava, en condiciones apropiadas, por una decena de años. El retrogusto es muy prolongado.

Acerca del porcentaje etílico de estos cuatro vinos conviene señalar que rebasan los catorce grados de alcohol por volumen. En las respectivas etiquetas aparece la siguiente información: El Cabernet Sauvignon/Shiraz tiene 14% Alc. Vol. El vino Black Label Malbec; 14.2% Alc. Vol. El vino Black Label Bonarda: 14.4% Alc. Vol. Y el Mora Negra: 14.5% Alc. Vol. Al degustar cada uno de estos caldos báquicos se experimenta una gratísima sensación de calidez; en la nariz se percibe cierto grado de prurito (dada por el alcohol), mientras que en la boca se aprecia el alcohol como una percepción envolvente en el paladar

Al concluir la cata dirigida (en la cual los Miembros de Número del Grupo Enológico Mexicano allí presentes formularon atinados comentarios acerca de las cualidades visuales, olfativas y gustativas de estos cuatro vinos, de encomiable calidad) fue servida una espléndida cena de cinco tiempos. El chef-propietario del restaurante “Pámpano”, Richard Sandoval preparó un menú de señalada sabrositud. A manera de entrada sirvieron un exquisito Tamal de Huitlacoche: masa de maíz y huitlacoche, relleno de requesón y queso de cabra sobre hongos rostizados y elote con aceite de trufa blanca y salsa de chile guajillo. El maridaje de este manjar fue con el vino Cabernet Sauvignon/Shiraz Reserve.

El segundo tiempo fue Tostones de Costilla: plátano macho frito, y ropa vieja de costillas de res, que los comensales armonizaron con el vino Black Label Malbec.

A continuación sirvieron Atún Sellado: marinado en piloncillo y chile ancho, con puré de camote blanco y pico de gallo al cilantro y jengibre. Este delicioso guiso fue acompañado con el vino Black Label Bonarda.

Luego llegó el platillo de Costillas de Cordero: con risotto de huitlacoche y salsa de tomatillo con hoja santa, maridado con el vino Mora Negra.

A tan delicioso yantar le faltaba el melindre, un Pastel de Plátano en extremo apetitoso, que degustamos con una aromática taza de café express.

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