miércoles, 10 de septiembre de 2008

SEPTIMA CATA DE VINOS MEXICANOS,
DE LA REVISTA “DIA SIETE”


En los primeros días de septiembre se llevó a cabo la Séptima cata de vinos mexicanos, organizada por la revista “Día Siete”. En la ciudad de Ensenada, aledaña a los valles vitivinícolas que se localizan en esa hermosa región del estado de Baja California, tuvo lugar esta interesante degustación de 95 vinos elaborados en unas cuarenta y cinco bodegas de esa entidad y de los estados de Coahuila y Querétaro. La sede de esta cata “ciega” fue la Escuela de Enología y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Baja California, cuyo director, José Abraham Gómez Gutiérrez, pronunció el discurso de bienvenida a los 21 catadores participantes en este certamen enológico, que tiene por principal finalidad dar a conocer la excelente calidad de los vinos producidos en nuestro país.

Como en las catas anteriores, ésta fue organizada por Alejandro Páez Varela ---subdirector de dicha publicación--- y por Martha Robles Félix --la editora de la sección “Pasiones”---, asistidos por un magnifico equipo de colaboradores.

Los catadores (procedentes de diversas ciudades del país) se trasladaron del Distrito Federal a Tijuana, donde fueron agasajados con una exquisita cena en el restaurante “Villa Saverios”. El chef de ese prestigiado salón comedor, Javier Plascencia, preparó un menú de cuatro tiempos, que incluyó las siguientes sabrosuras: Ensalada de caracol de mar con tomate antiguo, pepino persa, arúgula orgánica, lenteja puy, crema de aguacate y aceite de oliva extra virgen infusionado con toronja. Con este manjar bebimos el vino blanco artesanal (Sauvignon Blanc, cosecha 2007) “La Viña, elaborado en Tecate, Baja California, por Alberto Gasol. Luego sirvieron Risotto de arroz arborio con erizo rojo de Ensenada y almeja chiluda, y para el maridaje fue elegido el vino “Sierra Blanca” Sauvignon Blanc (envasado en botella borgoñona y provisto de taparrosca), de Vinícola L.A. Cetto.

El tercer platillo fue Costilla de res cocinada en “Carta Fata”, con aromas y sabores del terruño, acompañada con polenta de maíz y camote blanco, piperras y piquillos del Rancho Badán, asados en leña de mezquite. El maridaje fue con el vino Malbec, cosecha 2004, de la Línea Boutique de Vinícola L.A.Cetto. El cuarto tiempo, el postre, consistió en Pizzetina de ate con queso Ramonetti y helado casero de vino Passito y piñón. La armonización de este melindre fue con el vino de postre Passito, cosecha 1999, de Vinícola L.A.Cetto. Con el café degustamos la Grapa de Cabernet Sauvignon, de la misma bodega bajacaliforniana.

Al día siguiente, ya en Ensenada, la cata dio comienzo a las 10 horas, y todos los catadores fueron registrando ---en las computadoras de las que estaban provistos--- las calificaciones que les otorgaron a los cuarenta y nueve vinos evaluados en esa jornada degustativa: catorce blancos y treinta y cinco tintos...

Al filo de las dieciséis horas el grupo viajó al Valle de Guadalupe, donde fueron recibidos por el chef Benito Molina, en su restaurante campestre “Silvestre”, desde donde se contempla una extraordinaria panorámica de los viñedos y de las instalaciones de la Vinícola L.A.Cetto y de la Casa Pedro Domecq. Allí comimos un delicioso menú a base de mariscos y costillas de cordero.

De aquí fuimos a “La Villa del Valle”, un precioso hotel boutique de seis habitaciones, donde sus propietarios Philip y Eileen Gregory recibieron al grupo con una exquisita serie de bocadillos (confeccionados por Omar García Salazar, el chef de ese encantador lugar), armonizados con los vinos que Philip Gregory elabora, de la marca “Vena Cava” Ese yantar comenzó con shots de gazpacho de pepinos del huerto con tequila. Luego sirvieron Brochetas de camarón de profundidad con reducción de sandía y té limón, maridados con Sauvignon Blanc, cosecha 2007. En seguida probamos los Mejillones con chorizo del valle y salsa de azafrán, armonizado con Tempranillo, cosecha 2006. Otra sabrositud consistió en Papas rellenas de cordero del valle, acompañadas de pesto de tres mentas, y el vino que las acompañó fue el delicioso Petit Syrah, cosecha 2006. Todavía faltaba el remate de esta manducatoria: sopes de codorniz con salsa de higo, que fueron maridados con el vino Cabernet Sauvignon, cosecha 2006.

A la mañana siguiente prosiguió el certamen. Primeramente fueron evaluados siete vinos blancos y en seguida treinta y nueve vinos tintos. En este momento quiero hacer una mención especial a la encomiable labor desarrollada por Manuel Orgaz (ex presidente de la Asociación Mexicana de Sommeliers), quien de alguna manera fungió como coordinador de esta Séptima Cata de Vinos Mexicanos, ya que a él le correspondió la prolija y compleja tarea de seleccionar el orden en el que debían ir siendo servidos los noventa y cinco vinos de este concurso, tanto por variedades de uvas como por añadas. El éxito y excelente realización de la cata en mucho se debió a Manuel Orgaz, a quien en la cena de clausura Alejandro Páez Varela hizo un sentido reconocimiento.

Cuatro horas, aproximadamente, se prolongó la degustación, y al concluir la evaluación Martha Robles Félix y Manuel Orgaz dieron conocer los nombres de los vinos, por el orden en que fueron catados. En breve el equipo de la revista “Día Siete” dará a conocer los resultados oficiales, de acuerdo a las calificaciones alcanzadas por todos y cada uno de los vinos participantes en esta cata.

La comida de ese día tuvo lugar en las instalaciones de Bodegas de Santo Tomas, donde Juan Pablo Núñez Glennie (el director general de la empresa) y Laura Zamora, (la enóloga de esta bodega bajacaliforniana) dieron la bienvenida a los participantes, quienes allí degustaron una variada, abundante y en extremo exquisita serie de bocadillos ---a base de pescados y mariscos--- preparados por Sabina Bandera González, propietaria de “La Guerrerense”, un establecimiento de restauración de la ciudad de Ensenada. La armonización de esos guisos fue con varios vinos de la marca Santo Tomas.

Al caer la tarde el grupo recorrió (a bordo de unos cómodos vehículos) varios de los viñedos, donde degustaron diferentes vinos procedentes de viñas de diversas edades, lo que permitió que los invitados se percatasen de las variaciones que muestran los vinos cuando proceden de plantas de mayor o menor antigüedad.

Ya en la noche se llevó a cabo la cena de clausura de la Séptima Cata de Vinos Mexicanos, en el restaurante “La Embotelladora Vieja” (el nombre hace alusión a que en ese sitio, en la parte céntrica de Ensenada, funcionó en el pasado la embotelladora de Bodegas de Santo Tomas). El menú consistió en Gazpacho andaluz con uvas y almendras tostadas, acompañadas del vino Solera Blanco. A continuación sirvieron Trío de carpaccio (res, callo garra de león y atún) con lechugas mixtas, que acompañamos con el vino Chardonnay Sauvignon. Luego trajeron Ravioli de cuatro quesos al pesto con hongo porcini, y el maridaje fue con el vino tinto Barbera. Momentos más tarde sirvieron Codorniz en su jugo perfumada con trufa blanca, y la armonización del manjar fue con el vino tinto Tempranillo. El postre fue de Fresas al mezcal con menta fresca y se acompañó con el vino de postre Tardo Valdepeñas.

De esta manera concluyeron las actividades de esta Séptima Cata de Vinos Mexicanos 2008, organizada en forma excelente por el equipo humano de la revista “Día Siete”.

http://www.wnologicomexicano.com/

www.guzmanperedo.com





.

No hay comentarios: