sábado, 30 de julio de 2016

CATA ORGANOLEPTICA DE VINOS DE LA CEPA SHIRAZ




Cuando puedas comer, come. Cuando puedas dormir, duerme.
Cuando puedas disfrutar, disfruta. Cuando puedas trabajar,
trabaja. Y si aún puedes, échate unos tragos, juega dominó,
haz el amor y chifla en la regadera. Da gracias a Dios porque
tienes salud. No te la pases quejando. No mijito, altas y bajas
siempre han habido y siempre habrán.
 CONSEJOS DE UN VIEJO    (ANONIMO)
La cata “ciega” número 251 del Grupo Enológico Mexicano tuvo verificativo el jueves 28 de Julio de 2016, en el salón “Chihuahua”, del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas  (IPADE). Gracias a una gentil invitación del Dr. Carlos Ruíz González  (Miembro de Número de esa agrupación de enófilos y directivo de dicha prestigiada institución académica), esa degustación, así como la comida posterior, ofrecida por nuestro anfitrión,  tuvieron lugar  ese día.

Para esta degustación sensorial los catadores participantes aportaron  ---cada uno de ellos--- una botella de un vino, elaborado en México, el cual podía ser monovarietal (hecho 100% con la cepa Syrah, también denominada Shiraz), o bien  resultado de un coupage de ese vidueño con algún otro.

Acerca de esta variedad, de amplio cultivo por doquier, me ocupé hace poco menos de dos años, en la crónica de una cata en la cual los vinos eran de esta cepa. Considero conveniente transcribir algunos de aquellos párrafos, y señalar que entonces mencioné que  tiene infinidad de otros nombres. El más frecuente es Syrah, pero igualmente hay una docena de denominaciones diferentes de esta variedad de uvas, con la cual se obtienen vinos que se caracterizan por su hermoso color rojo violeta ---otros aseveran que su color es rubí, rojo intenso, con tonalidades muy vivas---, aromas a ciruelas, zarzamoras, frambuesas, cerezas, grosellas,, así como notas florales y especiadas. A la boca son vinos de muy buen cuerpo, carnosos, bien estructurados. 

Los ampelógrafos, nombre que reciben los científicos quienes se encargan de identificar y clasificar las diversas variedades de la vid (Vitis vinífera), han manifestado que existen más de diez mil variedades ---igualmente denominadas cepas y vidueños--- en todo el mundo. En el portal www.videsyvinos.com  leo que  “Durante la era terciaria, en el período cretácico, aparecieron las plantas sobre la faz de la tierra y con ellas, las vides. Estas plantas antiguas eran muy diferentes a la vid cultivada que conocemos hoy. Su forma era la de verdaderas enredaderas que trepaban a los árboles, dejando caer sus lianas. En la era cuaternaria, cuando el hombre apareció sobre la tierra, se encontró con esta vid silvestre que lo atrajo con la delicia de sus frutos. Y que cuando el hombre dejó de ser nómada,  para transformarse en sedentario, comenzó a domesticar animales y plantas, y fue a partir de entonces que la vid inició su evolución de Vitis silvestris  (vid silvestre)  a Vitis viníferasativa  (vid cultivada).”

Me parece prudente  agregar que existen unas cincuenta especies del género botánico denominado Vitis, y que en este mismo género están comprendidas ---junto a la Vitis vinífera--- la Vitis rupestris, la Vitis aestivalis. La Vitis riparia, y  la Vitis labrusca.Se tiene conocimiento que el cultivo de la vid, en sus más remotos orígenes, comenzó en la zona llamada Transcaucasia, ubicada entre el Mar Caspio y el Mar Negro, donde actualmente se hallan Georgia (en el idioma de este país el vocablo que designa al producto de la fermentación del jugo de la uva es Gvino) y Armenia. Desde estos lugares se propagó ese cultivo hacia otras áreas de Occidente, donde prosperó y se tornó intensivo. Y se considera que fue Sumeria, al sur de Babilonia, el primer país donde el cultivo de la vid alcanzó un notable desarrollo.

De ese amplísimo número de variedades  (algunos hacen que esa cifra se incremente hasta veinte mil, pero conviene tener en cuenta que en este crecido número seguramente están comprendidos los sinónimos de infinidad de cepas, y por ello el número es muy grande)  una de ellas entraña una historia en verdad curiosa: la Syrah, también llamada Shiraz. Se trata de una cepa tinta, la cual (según leo en el boletín de la Asociación Dominicana de Sommeliers, publicado el 25 de septiembre de 2013) “tiene otros nombres: Candive Noir, Entournerein, Hermitage, Hignin Noir, Petite Syrah, Plan de la Biaune, Schiraz, Serine, Seräne, Shiraz, Sirac, Sirahy Syra. 

Es un dato importante saber que el nombre de Syrah proviene de las zonas frías de Francia y la denominación de Shiraz proviene de las zonas cálidas de Australia. Hay muchas controversias con respecto al origen de esta uva. Hay quien dice que es originaria de la ciudad persa de Shiraz, desde donde fue llevada a Galia (antigua Francia). Otros piensan que es originaria de la ciudad de Siracusa, en la isla italiana de Sicilia. Se encuentra una plantación de esta uva en el centro y sur de Francia, lo que hace pensar que su origen es el Ródano. Esta variedad fue llevada a Australia, donde es llamada Shiraz. También se cultiva en Chile, EEUU, Argentina; Italia, España, Venezuela, Perú, México, Sudáfrica, Brasil”. Hasta aquí esta cita..

Es prudente señalar que en  el blog que lleva por título Por el placer del Vino apareció publicado, el 30 de mayo de 2013, un breve texto acerca de esta variedad de Vitis vinífera, el cual asienta lo siguiente: “A lo largo de la historia de la uva y el vino, se han generado muchos mitos que debido a que se repiten mucho o se dicen con mucha seguridad, se  termina considerándolos como realidades.  Uno de estos mitos es el origen de la uva Syrah.  Me ha tocado asistir a pláticas por enólogos, sommeliers y apasionados del vino en donde se maneja que el origen de esta uva es Shiraz, Persia (hoy Irán), Siracusa, Sicilia, Italia, o la Isla de Saria, Grecia.  Además de la similitud del nombre de estos lugares con el nombre de la uva Syrah, no existen evidencias históricas documentales o ampelográficas (características morfológicas de la uva y la vid) sobre la presencia de esta uva en estas localidades.  Por otro lado, se tienen documentos que describen la presencia de la uva Syrah desde hace varios siglos en Francia.  Hasta antes de 1950, la uva Syrah era utilizada en general para producir vinos locales con poca exposición en los mercados internacionales.  En 1958 solo había 3,000 hectáreas de esta uva en Francia, pero debido a su reciente popularidad, ahora se han plantado cerca de 100,000 hectáreas”.

En otra fuente de información (el boletín Vinamigos, del 2 de marzo de 2014 ) apareció un texto de Natalia López Mota, donde señala que “Las dos formas más comunes en las que conocemos esta variedad son Syrah y Shiraz. Syrah mayoritariamente usado en Francia, resto de Europa, Argentina, Chile y Estados Unidos. Shiraz mayoritariamente usado en Australia y Nueva Zelanda. Otros nombres menos comunes con los que se le puede encontrar pueden ser Schiras, Sirac, Syra, Syrac, Serine, Sereine, Antourenein Noir, Balsamina, Candive, Entournerein, Hignin Noir, Marsanne Noir y Hermitage. Este último, nombre de una denominación de origen protegida  muy renombrada de Francia, ubicada en la zona de la que proviene esta variedad. Este nombre lo usó Australia como nombre de la variedad hasta los años ochenta, cuando el nominarla de esta forma comenzó a causar problemas al querer exportar. Por muchos años se pensó que la uva era originaria de Persia (ahora Irán) de una ciudad llamada Shiraz. A partir de varios estudios ahora se sabe que esta variedad es originaria de Francia,, del Valle de Ródano (Côtes-du-Rhône), y a partir de pruebas de DNA sabemos que sus padres son la variedad tinta Dureza y la variedad blanca Mondeuse Blanche”.

Los catadores participantes fueron: Carlos Ruíz González, Juan Ignacio Torreblanca, Juan Carlos Chávez, Gustavo Riva Palacio, Mauricio Romero, Darío Negrelos,  y Miguel Guzmán Peredo.















En estas degustaciones analíticas, en las cuales los catadores ignoran la marca y la procedencia de los vinos que van a degustar  los enófilos que participan en esas degustaciones sensoriales califican las características visuales, olfativas y gustativas de cada uno de los vinos, escribiendo junto con la puntuación otorgada en cada uno de estos tres renglones, sus comentarios respecto al color, al aroma o bouquet y al sabor de cada uno de los vinos sometidos al examen organoléptico de los miembros de la Mesa de Catadores que en esa ocasión participaron en dicha degustación. 

Una vez fueron analizadas esas características sensoriales, y  que se tiene inmediato conocimiento de cuál fue la calificación alcanzada por cada vino (momento éste en el que son descubiertas las botellas y se conoce de qué vino se trata en cada caso), cada catador  formula en voz alta sus propios comentarios, con la finalidad de escuchar las opiniones de los restantes catadores, enriqueciéndose, de esta manera, el imparcial juicio emitido por cada uno de esos enófilos.

Las calificaciones están basadas en los parámetros que maneja el Grupo Enológico Mexicano. Aquellos vinos cuya calificación oscila entre los 50 y los 59 puntos son considerados “no recomendables”. Si la puntuación se halla comprendida entre los 60 y los 74 puntos, son juzgados “bebibles”. Una calificación entre los 75 y los 84 puntos permite evaluarlos como “buenos”. Si el puntaje oscila entre los 85 y los 94 puntos, son juzgados “muy buenos”. En el caso de que la calificación esté comprendida entre los 95 y los 100 puntos, entonces alcanzan la categoría de “extraordinarios”.

Me parece interesante enfatizar en el siguiente hecho: seis de los siete vinos evaluados en esta cata “ciega” (aportador por los catadores que en dicho análisis organoléptico participaron) fueron vinos monovarietales  ---es decir, elaborados con una sola cepa de uva: Shiraz, igualmente denominada Syrah---, en tanto que el séptimo, el cual quedo en el lugar postrero, fue el resultado de un coupage de seis variedades diferentes de uvas (entre las cuales figuraba el vidueño Syrah) , lo cual, a mi parecer, dificulta bastante la buena estructura de un vino.  
 
Los resultados fueron los siguientes:
Primer lugar:  Casa Grande Parras Estate Shiraz Reserva Especial. Cosecha 2001. Monovarietal 100% Shiraz. 13.90 % Alc. Vol. Crianza de 24 a 26 meses en barricas nuevas de roble estadounidense. Casa Madero. Parras, Coahuila. Calificación:  90.85  puntos  Precio: No existen a la venta, en la ciudad de México,  botellas de la añada 2001 de este vino. (Aportación de Miguel Guzmán Peredo)
Segundo lugar:  Casa Grande Gran Reserva Shiraz, cosecha 2011. Monovarietal  Shiraz 100%. 13.5% Alc, Vol.  Crianza de 26 meses en barrica de roble estadounidense. Valle de Parras, Coahuila. Casa Madero, Parras, Coahuila. Calificación:  89.57   puntos  Precio: $ 500.00   (Aportación de Juan Ignacio Torreblanca.
Tercer lugar: Santo Tomas Syrah, cosecha 2011. Monovarietal Syrah 100%. 14.0 % Alc. Vol. Crianza de doce meses en barrica de roble francés y reposo en botella de 48 meses. Bodegas de Santo Tomás, S.A. de C.V. Ensenada, Baja California. Calificación: 85.71  puntos  Precio: $ 285.00  (Aportación de Carlos Ruiz González)
Cuarto lugar: Tierra Adentro. Cosecha 2011. Monovarietal 100% Syrah. 13.5° Alc. Vol.  Crianza de 12 meses en barrica nueva de roble estadounidense.  Campo Real Vinícola S. P. R. de R. L de C. V. Trancoso, Zacatecas. Calificación: 84.57  puntos  Precio: $  451.00   (Aportación de Darío Negrelos)
Quinto lugar: Altotinto Syrah, cosecha 2012. Monovarietal 100% Shiraz. 14.0 % Alc. Vol. Crianza de 15 meses en barrica de roble estadounidense, tostado medio de primer y segundo uso, y reposo en botella de 12 meses. . Bodega Altotinto. Valle de la Grulla. Ensenada, Baja California.  Calificación:  84.42  puntos  Precio: $ 350.00  (Aportación de Juan Carlos Chávez)
Sexto lugar: Anxelín, cosecha 2014. Monovarietal 100%  Shiraz. 13.5% Alc. Vol. Crianza de 15 meses en barrica de roble francés, y posterior guarda en botella durante seis meses. Valle de Encinillas, Chihuahua. Viñedos y Bodegas Encinillas, S.A.  Calificación:  83.42  puntos  Precio: $ 270.00  (Aportación de Gustavo Riva Palacio)
Séptimo lugar:  Maríatinto Syrah, cosecha 2012.  Coupage de Tempranillo, Syrah, Grenache, Petite Syrah, Cabernet Franc y Nebbiolo.  13.5° Alc. Vol.  Crianza de 12 meses en barrica de roble francés.  Denominación de Origen Controlada, S.A. de C.V. Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California, Calificación:  81.14   puntos  Precio: $  475.00   (Aportación de Rafael Fernández)


De acuerdo a las calificaciones, cinco de estos siete vinos ---elaborados en México--- fueron calificados con una puntuación que oscila entre los 84 y los 95 puntos, lo que (de acuerdo a los parámetros del Grupo Enológico Mexicano) permite evaluarlos como “muy buenos”





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